Cadenas de suministros son responsables del 60% de las emisiones de CO2 a nivel mundial

La pandemia alteró la demanda y la oferta en prácticamente todos los sectores, especialmente el de la logística. Al mismo tiempo, el cambio climático avanza. Ambos conceptos se cruzaron en un estudio de Accenture y UN Global Compact, el cual concluyó que el 49% de los CEO de grandes compañías a nivel mundial afirma estar lidiando con interrupciones de las cadenas de suministros por fenómenos meteorológicos extremos.

En el caso de América Latina, los CEO identifican las interrupciones de las cadenas de suministros como el principal riesgo que les dificulta alcanzar los objetivos sustentables de ASG (ambientales, sociales y de gobernanza corporativa).

La investigación, que se basó en entrevistas a más de 1.200 directores generales en 113 países, entre ellos Chile, Argentina y Colombia, reveló, además, que las cadenas de suministros generan el 60% de las emisiones de CO2 mundiales, por lo que esta área se está transformando cada vez más en la pieza clave (o piedra de tope) para las políticas y estrategias de sustentabilidad. “Las empresas tienen que construir cadenas de suministros resilientes y responsables que aborden las emisiones, la circularidad y la confianza. Esto requiere que las organizaciones incorporen los objetivos ESG (ASG en sus siglas en inglés) en todas las operaciones”, comenta Nicolás Goldstein, presidente ejecutivo de Accenture Chile.

Es interesante comparar cuáles son los temas prioritarios por región con respecto al cambio climático. Por ejemplo, aparte de los temas de las cadenas de suministros, otros elementos que preocupan a las empresas, a nivel mundial, son los impactos negativos para la salud de sus trabajadores y los desafíos operativos debido a impactos físicos de las alteraciones del clima, como marejadas y olas de calor (ver infografía).

Tecnología, la clave

El estudio identifica cuatro elementos clave para impulsar una cadena de suministro sustentable. En primer lugar, las organizaciones deben aprovechar más eficazmente la tecnología avanzada y los datos en toda la empresa. “La inteligencia artificial, el internet de las cosas y la nube permiten a las empresas reinventar su cadena de abastecimiento para alcanzar sus objetivos ESG. Hay conciencia sobre la importancia de las tecnologías para avanzar”, señala Goldstein, al analizar los datos que muestran que el 75% de los directores generales dice que ha comenzado a digitalizar su cadena de valor para impulsar una gestión sostenible y el 87% identifica data analytics como la tecnología prioritaria para avanzar hacia los negocios sustentables.

El reporte muestra también que, a nivel mundial, el 81% de los CEO está aprovechando la tecnología para recopilar y gestionar datos ESG de toda la organización. Sin embargo, solamente el 25% está gestionando sus datos a un nivel avanzado.

El segundo elemento es la preparación de las personas. Aunque la tecnología y los datos proporcionan las herramientas para crear una cadena de suministro más sostenible, el aspecto humano es aún más crítico. “Las personas deben ‘aprender a aprender’ para seguir siendo competitivas en el mercado laboral, mientras que las empresas deben invertir en la empleabilidad y construir las habilidades que su fuerza laboral necesita para tener éxito en un entorno impulsado por la tecnología digital y centrado en la sostenibilidad”, indica el informe.

Mientras que el 63% de los directores generales de todo el mundo afirma que ha empezado a diversificar geográficamente su fuerza laboral y sus operaciones, solamente el 22% ha alcanzado un nivel avanzado.

En tercer lugar -según las conclusiones del documento- se deben tratar las emisiones como un costo de negocio. La gestión eficiente de su cadena de abastecimiento reduce los cargos impositivos y los costos globales, mejora el flujo de caja y crea transacciones más eficientes. La fijación de precios del carbono, tanto a escala micro como macro, será fundamental para abordar este tema y reducir las emisiones para alcanzar los objetivos climáticos. La colocación de un precio interno del carbono impulsa el progreso hacia una estrategia de bajas emisiones de carbono. Y el dinero que se recaude puede destinarse para gastos operativos, devolverlo a los accionistas o utilizarlo para proyectos de sostenibilidad.