La convergencia de la inflación a la meta de 3% es sin duda el tema del Ipom del primer trimestre. Lo que está ocurriendo con el costo de la vida fue abordado, además de en el informe central, en una serie de recuadros que abordaron distintas materias.

Así, en el recuadro titulado “Riesgos en la convergencia inflacionaria internacional”, el Banco Central comentó que la normalización de los costos de transporte fue un factor importante en la relajación de las restricciones de oferta surgidas durante el Covid, pero que “su normalización reciente estaría teniendo una incidencia negativa del orden de 0,7p puntos porcentuales” en la inflación.

El impacto de los costos de transporte y la nueva canasta en la inflación

Con todo el emisor estimó que con la “normalización de los costos de transporte las presiones deflacionarias tenderán a desparecer hacia fines de 2024″. Además, remarcó que “el rápido descenso de la inflación global se ha concentrado en los bienes”, y que “en ello han contribuido algunos factores de oferta, cuya incidencia se está diluyendo, a lo que se agregan el alza reciente en los costos de transporte y las perspectivas para los precios de los combustibles. Este escenario impone ciertos grados de incertidumbre a la velocidad de la convergencia de la inflación global”.

En el recuadro titulado “Evolución reciente de la inflación subyacente”, la entidad analizó la actualización de la canasta de bienes y servicios utilizada para el cálculo de la inflación, ante lo cual apuntó que “las series referenciales para 2023 calculadas con la nueva canasta arrojaron una inflación para 2023 en torno a 0,6 puntos porcentuales menor a la calculada con la canasta anterior”.

junto con ello, señaló que “la nueva canasta del IPC y la reestimación de la medida sin volátiles arrojan una inflación anual menor a la obtenida con la canasta previa, confirmando el marcado proceso de disminución de la inflación durante 2023″.

El impacto de los costos de transporte y la nueva canasta en la inflación

En un tercer recuadro sobre el tema, titulado “Inflación de bienes y servicios y brechas sectoriales”, el Emisor sostuvo que la inflación anual del IPC ha tenido un rápido descenso desde los máximos de 2022, y que en ese resultado “ha sido notorio el disímil comportamiento de la inflación de bienes y servicios que compone el IPC”.

En esa línea, destacó que “la inflación de servicios ha disminuido más lentamente, hasta 6,7% anual. Las razones detrás de este ritmo de descenso distinto descansan en los factores que provocaron su incremento. En el caso de los bienes, al excesivo aumento del gasto se sumó la depreciación del peso y el incremento de los costos globales”.

El descenso de la inflación desde sus máximos de 2022 se ha dado gracias a la resolución de los desequilibrios macroeconómicos acumulados durante años previos”, dijo el BC, y agregó que “el ajuste macroeconómico fue más intenso en los sectores de bienes respecto a los de servicios, lo que ayuda a explicar el comportamiento disímil del ajuste de precios relativos de estos componentes del gasto. Las proyecciones del escenario central de este Ipom consideran un traspaso moderado de la depreciación reciente a los precios de los bienes subyacentes, en línea con la evidencia acumulada y la lectura de brechas negativas en los sectores que ofrecen estos bienes”.