“Moderadamente optimista”. Así resume el expresidente del Banco Central (2011 a 2016) e investigador del Centro de Estudios Públicos (CEP), Rodrigo Vergara, el panorama planteado por el instituto emisor en el Informe de Política Monetaria (Ipom) publicado esta semana.

“El Banco Central proyectó un mejor escenario para el corto plazo, pero con una perspectiva de mediano plazo que no cambia y que sigue siendo preocupante, ya que hay un crecimiento tendencial muy bajo. Es decir, el Ipom tiene un tono moderadamente optimista, pero que muestra preocupaciones y riesgos, y con una inversión baja”, sostiene el economista.

¿Cuál es la principal conclusión que saca a partir del reciente Informe de Política Monetaria (Ipom) publicado por el Banco Central? ¿Se trata de un informe esperanzador, agridulce, preocupante?

El Ipom es moderadamente optimista. ¿Qué significa eso? Que hay un crecimiento más alto para este año, en un rango de entre 2% y 3%, y creo que es más probable que estemos en la parte alta de ese rango, es decir, más cercano a 3%. Dado lo que hemos vivido como economía durante los últimos dos años, me parece que eso es algo positivo.

¿Cuál es la principal alerta o luz roja que dejan estas proyecciones del BC?

La principal alerta del informe del BC es que la inversión se mantiene baja y eso se engancha con lo que es el crecimiento de más largo plazo del país. El crecimiento potencial hoy se estima en cerca de 2% y no hay ningún tipo de noticia que nos pueda hacer pensar que eso esté cambiando. Ahí hay una preocupación. La otra preocupación, aunque el Banco Central la matiza, es el aumento de la inflación que hemos tenido en el último tiempo. La proyección de inflación para este año sube casi un punto porcentual, desde un 2,9% a un 3,8%.

Pero, en resumen, este es un informe con un tono más positivo que el que veíamos hace un tiempo atrás. El Banco Central proyectó un mejor escenario para el corto plazo, pero con una perspectiva de mediano plazo que no cambia y que sigue siendo preocupante, ya que hay un crecimiento tendencial muy bajo. Es decir, el Ipom tiene un tono moderadamente optimista, pero que muestra preocupaciones y riesgos, y con una inversión baja.

19/04/2023 FOTOGRAFIAS A RODRIGO VERGARA FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

Mejor 2025

¿Cómo avizora el año 2025 con bajas tasas de interés e inflación, y con una leve alza de la inversión, entre otras cifras que podrían ser más positivas?

Me gustaría explicar por qué el corto plazo, donde incluyo 2025, se ve mejor. Tenemos un escenario externo que, si bien no es boyante, se ha mantenido relativamente razonable y moderado. El mundo está creciendo a tasas parecidas a su promedio histórico y eso nos da una perspectiva favorable. Además, los términos de intercambio y, en particular, el precio del cobre se ven bastante buenos. Tenemos un impulso externo que va a ser positivo y eso nos va a ayudar. También lo más probable es que en algún momento las tasas de interés externas empiecen a bajar.

En Chile, además, vamos a tener menores tasas de interés y es importante que se haya disipado toda la incertidumbre que provocó la discusión constitucional. Vamos a tener entonces un mejor 2024 y creo que podríamos tener un 2025 también mejor. De hecho, en ambos casos creo que podríamos estar en la parte alta del rango que proyecta el Banco Central. Con todo, hay algunos riesgos externos e internos.

¿Cree que esa mejor perspectiva en el corto plazo, sobre todo en dos años electorales, pueden ser capitalizados políticamente por el gobierno?

La economía siempre es importante, pero no le queda mucho tiempo a este gobierno. Es difícil. Hay otros temas que están presentes y que son muy importantes, como la delincuencia, por ejemplo. Ahí da la sensación de que no se mejora. La actual administración tiene mucho peso encima. No veo que vaya a haber un cambio político demasiado relevante, aunque quiero dejar claro que no soy analista político.

Usted durante muchos meses fue partidario de bajas fuertes en la tasa de interés. A luz de las proyecciones del Ipom y la trayectoria que ha tomado la inflación recientemente, ¿cómo evalúa las decisiones que ha tomado el instituto emisor en materia de tasas de interés?

Me parecen bien. Hay que decir que el Banco Central ha bajado las tasas de interés bien intensamente. De hecho, en los últimos ocho meses bajó la tasa desde 11,25% a 6,5%, Más allá de que en algún momento yo pensaba que se podía ir un poco más rápido, el Banco Central tomó la iniciativa y ha avanzado bien decididamente en esto.

La señal que el BC también entregó esta semana es que habrá bajas más pausadas de las tasas de interés en lo que resta del año…

Cuando el Banco Central ha llegado a tasas más normales, de 6,5%, es razonable que decida reducir el ritmo de baja de tasas y que sea más dependiente de los datos que vayan saliendo.

Pero hay otro punto que me parece importante observar. El Banco Central nos ha dicho que la tasa neutral, la de llegada, es del 4% y es razonable empezar a preguntarse si ese nivel es el adecuado o es algo más alto. El Banco probablemente va a tener que evaluar eso durante este año. Esta es una discusión que ya empezó en países como Estados Unidos. El mundo ha vivido desde hace casi 20 años con tasas de interés extraordinariamente bajas. Cabe preguntarse si esas tasas extraordinariamente bajas en las cuales vivió el mundo son todavía las tasas normales.

¿Deberíamos, entonces, acostumbrarnos a tasas de interés neutrales más altas en Chile?

Eso es algo que de todas maneras va a estar en el debate y discusión. Lo más probable es que las tasas neutrales sean algo más altas que lo que hasta el momento hemos pensado. Es posible pensar que lo que hemos vivido durante los últimos 15 a 20 años haya sido una excepción en materia de tasas. Quizás la tasa neutral hoy es algo más alta. Hay argumentos en materia de deuda, ahorro e inversión que hacen que esto sea plausible.

¿Cree que el Banco Central, en materia monetaria, y Hacienda, en política fiscal, han capeado bien la “tormenta” de estos dos últimos años?

Hay que decir que los problemas de este país no están en la política macroeconómica. Esta tiene una institucionalidad que es bastante sólida y que nos ha permitido navegar bien, incluso en este período más complicado y de bajo crecimiento. Me refiero sobre todo al Banco Central autónomo. El BC subió rápidamente la tasa de interés antes que el mundo y agresivamente, y empezó a bajar la tasa de interés antes que el mundo y también en términos relativamente agresivos.

Luego, tenemos una regla fiscal que en el último tiempo ha sido más bien cuestionada. Con todo, la actual administración hizo un ajuste que hay que reconocer que fue importante el año 2022 y el déficit fiscal se ha mantenido dentro de rangos acotados. Sin embargo, la parte fiscal es menos fuerte que la parte monetaria. Hoy hay un riesgo fiscal y la deuda pública ha estado subiendo.

¿Ha minimizado el Banco Central el traspaso del precio dólar o del tipo de cambio a la inflación?

No me parece. Es evidente que el tipo cambio tiene un efecto en la inflación, pero la pregunta más bien que hay que hacer no es si tiene o no tiene efecto, sino cuánto es ese efecto, cuánto se demora en verificarse en el tiempo y cuán permanente es. En general, la visión que ha tenido el Banco Central es mantener el principio de la flexibilidad cambiaria.

09/09/2022 FOTOGRAFIAS A RODRIGO VERGARA FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

Reformas en vilo

¿Qué le pareció la declaración del Presidente Gabriel Boric: “Más Narbona y menos Craig”, en que aludía a los empresarios Jean Paul Luksic y Andrónico Luksic y en que apuntaba a dos estilos empresariales? ¿Son las adecuadas para este momento? ¿Cómo las explica?

No me parecen bien esas declaraciones del Presidente, probablemente se equivocó en eso, pero no elevaría esto a un problema de carácter nacional, lo veo como una anécdota. No vale la pena detenerse demasiado en eso.

¿Están muertas las reformas previsional y tributaria del gobierno?

Las reformas en su versión original están muertas y los proyectos actuales están bastante complicados. El gobierno debería haber aprovechado los dos primeros años para avanzar, aunque le tocó también un periodo muy politizado por los debates de los proyectos constitucionales. El gobierno también se equivocó en la forma en que planteó originalmente las reformas; eran refundacionales y no tenían las mayorías necesarias. Perdió mucho tiempo. Se equivocó en el planteamiento, en la estrategia.

Hoy nos acercamos aceleradamente al periodo electoral y en ese periodo sabemos que es difícil avanzar en reformas. Hay muchas dificultades para que las reformas prosperen. Haber cerrado, por ejemplo, lo previsional habría sido bueno. Es difícil que se apruebe la reforma previsional y es difícil que avance lo tributario, especialmente en lo que tiene que ver con cambios de impuestos. Pero estimo que hay alguna probabilidad de avanzar en algo con las medidas contra la evasión y elusión.

Espero que se llegue a un acuerdo en temas como la norma general antielusión o del secreto bancario. Por cierto, debe haber los resguardos necesarios del caso. Existen mejores prácticas y muchos países donde existen esos resguardos, de los cuales podemos aprender. El secreto bancario, por ejemplo, hoy prácticamente no existe en el mundo de la forma como existe aquí. Espero que se avance, pero tampoco es fácil por los tiempos electorales que se vienen.

Dado los escasos avances que ha tenido el gobierno en sus dos primeros años, ¿cómo proyecta el segundo tiempo del gobierno? ¿Cómo un gobierno sólo de administración?

En lo administrativo espero que este periodo se pueda avanzar en disminuir la burocracia y los permisos para la inversión, ya que se han transformado en un importante “cuello de botella”. También espero que haya un avance en la lucha contra la delincuencia, narcotráfico y crimen organizado, porque es la principal preocupación de la ciudadanía y, además, desde el punto de vista económico, es muy negativo.