En las montañas de Sierra Nevada, California, no son pocos los árboles que están corriendo un gran riesgo de desaparecer y ser reemplazados por otras especies, pero que pese a las dificultades continúan en pie.

Según advirtió una investigación de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) publicada a fines de febrero en la revista científica PNAS Nexus, casi el 20% de los bosques de coníferas de esa zona están viviendo en hábitats que ya no son idóneos para ellos, debido a que el clima ha cambiado a cálido y seco.

Los “bosques zombies” que corren peligro

Avery Hill, investigador principal del estudio, explica que “a medida que el clima se ha calentado y los patrones de precipitación han cambiado en California, hay rastros de bosques a los que nos hemos estado refiriendo como ‘bosques zombies’, que todavía están en pie hoy, pero parece que el clima ha cambiado de manera en que es posible que no estén en pie mañana”.

“Están engañando a la muerte de alguna forma, y así es como lo hemos estado pensando”, añadió Hill.

Parque Nacional Sequoia. Foto: Getty Images.

De acuerdo al investigador, apenas ocurra algún tipo de incidente climático en esas montañas, como un incendio forestal, será el fin de estos bosques: “No volverán a levantarse”.

Los autores identificaron que los árboles más viejos de la zona de Sierra Nevada pueden continuar viviendo pese a que el clima se haya vuelto demasiado cálido. Sin embargo, a medida que avanza el tiempo las especies están teniendo mayores dificultades para poder regenerarse.

Incluso, es más alta la probabilidad de que crezca un nuevo tipo de vegetación que se adapte a las “nuevas” condiciones climáticas, en lugar de que vuelvan a surgir los bosques de coníferas que habían originalmente.

Cabe destacar que entre los árboles más antiguos y que han sobrevivido con el tiempo en Sierra Nevada, está el pino de azúcar, el pino ponderosa y el abeto de Douglas, que al mismo tiempo son algunos de los seres vivos de mayor altura en todo el mundo.

Vista del bosque del Lago Tahoe.

Además, se trata de especies que actualmente se pueden encontrar en varios lugares de renombre en Estados Unidos, tales como el valle de Yosemite, el Parque Nacional Sequoia y el Lago Tahoe.

Pese a su importancia, el futuro no parece ser demasiado alentador para los bosques de coníferas. Los investigadores determinaron que aún si llegaran a cambiar las condiciones climáticas en el hábitat, los árboles que no consiguieron adaptarse al clima se duplicarán en los siguientes 77 años.

Por ese motivo, se llegó a la conclusión de que actualmente es urgente un “un cambio en la estrategia de gestión y un marco a más largo plazo del riesgo de incendio catastrófico en California”, además de que “se necesitan desesperadamente herramientas para priorizar el tratamiento y la protección”.

Bosque de Sierra Nevada. Foto:

“Los administradores de bosques e incendios necesitan saber dónde sus recursos limitados pueden tener el mayor impacto”, comentó Avery Hill en un comunicado de prensa.

En tanto, Chris Field, otro de los autores de la investigación, dijo que “dada la gran cantidad de personas que viven en estos ecosistemas y la amplia gama de servicios ecosistémicos que brindan, deberíamos considerar seriamente las opciones para proteger y mejorar las características que son más importantes”.