Ricardo Gareca vive sus primeras horas como técnico de la Selección. El jueves llegó a Santiago y por la tarde fue presentado en una conferencia en un hotel del sector alto de la región Metropolitana. Desde ese momento se abocó a trabajar, con una gira por Europa y los amistosos de marzo en vista. En rigor, ya lo hacía desde que alcanzó un acuerdo con el directorio de la ANFP para asumir el desafío de enrielar a la Roja y, finalmente, llevarla al Mundial de 2026. Viene a eso y lo asume con la naturalidad de quien está acostumbrado a los grandes desafíos. Y que ya ha conseguido sortear, como cuando instaló a Perú en Rusia 2018.

Para conseguir sus propósitos, necesariamente el Tigre tendrá que aplicar su fórmula. Un estilo que, por cierto, le posicionó como uno de los mejores entrenadores del continente y que, además del combinado del Rímac, le ha permitido dirigir a clubes en Argentina, Colombia, Perú y Brasil, con los vaivenes propios de la función. De hecho, Chile siempre le tuvo en la mira. De esos pasos, y de los pupilos que tuvo a cargo, surgen las señales que permiten avizorar su gestión en Juan Pinto Durán.

Sistema flexible

Una de las primeras definiciones es su flexibilidad táctica, a diferencia de entrenadores mucho más dogmáticos. “Siempre tiene una propuesta de protagonismo. Obviamente que en Sudamérica hay distintas clases de rivales. Tiene su estilo y su forma de atacar. Les da soltura a sus jugadores. Va viendo el sistema de acuerdo al partido que tenga que jugar. No tiene drama con eso. A veces ocupando uno u otro. Va viendo el día a día”, apunta a El Deportivo, por ejemplo, Emiliano Papa, quien lo conoció en dos roles: primero como técnico y luego como parte de la secretaría técnica de Vélez Sarsfield.

De cualquier forma, hay un principio que el Tigre no transa: defiende siempre con una línea de cuatro defensores. La flexibilidad está dada por la ubicación de los volantes y el número de delanteros. En una condición favorable y óptima en cuanto a la disposición de los jugadores, su sistema base es el 4-3-3. Sus variantes han sido el 4-2-3-1 y el 4-3-1-2.

Pablo Milad y Ricardo Gareca, en la presentación del nuevo técnico de la Roja (Foto: Reuters)

Waldo Ponce, quien también lo tuvo como entrenador en el Fortín, explica el principio. “Depende de las características de los jugadores. Yo no reventaba. Entonces, me pedía salir jugando. Y cuando abusaba de eso, me pedía despejar. Se mueve de acuerdo a lo que tiene. No sé qué le va a cambiar a la Selección, pero debe saber bien quienes va a tener, a qué echar mano. Los técnicos se adecuan. En Perú lo hizo. Luego le puso de su mano. Siempre lo hace. Sí aportará la experiencia, carácter. La forma de hacerse entender rápido. La propuesta va a depender de lo que encuentre. Lo debe tener claro”, sostiene el ex defensor de la U.

Cercanía y disciplina

Para que sus ideas resulten, Gareca suele plantearse como objetivo cautivar a sus jugadores. En esa línea, su método de trabajo procura no ser demasiado invasivo y generar lazos de confianza con los jugadores, aunque conservando la distancia propia de ambos roles. “Como persona, ser humano, es excelente. Una de las cosas que uno pide de un entrenador es la amabilidad, la llegada hacia uno. En eso, Gareca es diez puntos. Lo principal es que después de cada entrenamiento, te hablaba, individualmente. Esa es la clave que tiene para todo. No son cosas fuera de serie. Le gusta estar cerca del jugador, preocuparse de los pequeños detalles. Ahí marca diferencias”, apunta Wilian Chiroque, quien integró el combinado del Rímac cuando lo dirigía el Tigre.

La cercanía, en todo caso, va de la mano de la disciplina y, sobre todo, de la lealtad. “Se van pidiendo permisos, otras cosas. Es de los que te dice ‘tiene razón, vaya’, porque da confianza. Los errores son más del jugador. De ser incapaz de manejarse bien. La disciplina fue fundamental. En ocho días de concentración, todo era a muerte. Lo demás depende de la persona. A veces algunos le toman la mano o creen que lo hacen. Y cuando soltó la soga, quizás se le complicó un poco en algunos casos”, sostiene Chiroque.

Papa asiente. “En la disciplina fue bastante normal. Trata de darle libertad al futbolista, que el compromiso sea de todos. Si convence desde el lado futbolístico, el jugador se entrega. Quiere que el jugador esté a gusto. Que tenga libertad en su vida”, apunta el transandino, quien llegó a la selección albiceleste de la mano de Diego Maradona. “El punto, a mi juicio, es el impacto que tiene en los futbolistas, la comunicación que genera con ellos. Conoce la realidad de todos los que está en el plantel. Une a las partes para el objetivo y eso termina siendo fundamental para que se consigna. En lo personal, lo humano. La La amistad se tiene que dar. Es muy cercano. Intenta conocer la otra parte, lo que le rodea. Como es su entorno, la vida, las condiciones en que está, qué le puede estar pasando”, consigna. La apertura se extiende a otros actores. “Se lleva bien con los periodistas, por ejemplo”, apunta.

Ricardo Gareca, con la camiseta de Chile (Foto: Agenciauno)

Ponce aporta otra característica: Gareca está lejos de ser un técnico invasivo y, menos, controlador. “Aparece lo justo y necesario. Cada técnico tiene su manera de manejarse. No es de estar todo el día con el jugador, pero tiene esa cercanía suficiente y necesaria. No es que te lo esté refrescando roles ni rangos. Tiene ese manejo suficiente y necesario. Se da por si solo distinguir la diferencia”, sostiene.

24/7

Si bien Gareca no alcanza niveles de obsesión como los que se les conocen a otros entrenadores, sí se trata de un técnico que le dedica el mayor esfuerzo posible a su función y que se apoya frecuentemente en sus colaboradores de mayor confianza.. “Tiene un equipo de profesionales muy competente. Su círculo base son Néstor Bonillo y el Bocha (Sergio) Santin. Es gente muy profesional y capaz. Son extremadamente detallistas. No dejan nada al azar. Trabajan 24/7″, explican en el entorno del estratega.

La búsqueda de jugadores se alinea, precisamente, con la idea. Como todo entrenador, busca futbolistas afines a sus propósitos. En época de convocatoria, la comunicación y el traspaso de información son intensos. “No solo de parte de Gareca. Sus asistentes también hablaban mucho con los jugadores. En el fondo, como staff, quieren saberlo todo. Mantener todos los aspectos bien controlados”, recuerda Chiroque.

Quiere que las cosas resulten, que funcionen bien. Hace todo todo lo posible para conseguirlo, pero optimiza bien los tiempos Trabaja lo que tiene que trabajar. No te tiene 10 horas dentro de la cancha”, aporta Ponce. El ex zaguero laico se guarda una conclusión. “El mensaje de Gareca llega de buena manera, porque lo explica bien. Es súper claro en la información que te da. Papa aporta la otra, casi a modo de garantía: “Chile acierta con la llegada de Gareca. Aparte, seguramente fue analizada, consensuada. Se llevan a un gran entrenador que, con seguridad, los va a acercar al objetivo que se plantearon. Va a tener mucho éxito. Cuando toma un desafío así lo hace con todo. Ojalá que consiga entrar en los jugadores. Que todos vayan en el mismo camino, por el objetivo. Ahí parte todo”.

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