Contra el agua, los rivales y el cáncer: Vicente Almonacid, el héroe que arriesgó la vida para defender a Chile en Tokio
El nadador tuvo que enfrentarse a una arriesgada decisión antes de viajar a Tokio: asistió sabiendo que padecía de un tumor en el mediastino. Al retorno, deberá someterse a una delicada intervención quirúrgica.
La mayoría de las veces, en el deporte, la expresión ‘dar la vida’ suele utilizarse como un eufemismo que refleja esfuerzos sobrenaturales en la búsqueda de algún objetivo. Sin embargo, en pocas se trata de una expresión que se acerca a la literalidad, como en la que encarna el nadador paralímpico chileno Vicente Almonacid. Antes de viajar a Tokio, el representante nacional, de 20 años, debió enfrentarse a una dura disyuntiva: perseguir el sueño de competir en los Juegos u operarse del tumor de seis por cinco centímetros que presenta en el mediastino. Optó por buscar la gloria deportiva y su caso conmueve al mundo. Incluso el ministro de Salud, Enrique Paris, lo resalta como un héroe, después de que rematara en el octavo puesto de la final de los 100 metros pecho SB8. Al retorno desde Asia, la realidad le golpeará fuertemente: tendrá, inevitablemente, que pasar por el pabellón para tratarse del cáncer que lo afecta.
Pocos sabían del drama que lo afectaba. Fue el propio Almonacid quien esperó hasta el término de su participación en la primera especialidad para dar cuenta de la situación, al menos públicamente, a través de un posteo en su cuenta en Instagram. “Quizás no todos lo sepan, pero lo de ayer fue un golpe durísimo, del que todavía no me levanto al 100 por ciento. Pagué el precio que casi nadie paga por unos Juegos. Me enteré, un mes antes de viajar, de que tengo un tumor de seis por cinco centímetros en el mediastino. Tenía que decidir si arriesgar mi vida para cumplir el sueño y fue una lucha interna gigante, que solo unos pocos sabían que estaba pasando y que, aunque no quería, me afectó. Hubo días en que no quería entrenar. Tenía pena, rabia e incertidumbre”, reflejó, a través de la red social.
Su madre, Andrea Heyl, refleja el impacto familiar que produjo la noticia. E incluso el perjuicio en el rendimiento de Almonacid. “Es una noticia muy triste. El hecho de que haya clasificado a Tokio, porque se lo ganó y que no haya podido dar su 100 por ciento. Se fue con ese tumor. Claramente, lo perjudicó. Es complicado. Me duele mucho hablar de esto. Estoy muy consternada. Lo vi mal nadando. Yo dije ‘algo pasó’. Pensé que había sido producto del tumor”, sostiene a El Deportivo.
Igualmente, refleja el orgullo por la alusión gubernamental. “El apoyo del gobierno en un niño que ha sido un guerrero, un luchador, es súper importante. Que el ministro Paris se refiera así de mi hijo, sin conocerlo, me reconforta como familia. Y el apoyo de la ministra del Deporte ha sido fundamental. Ha sido un pilar enorme en su vida. Desde los 15 años, Vicente vive en el CAR. La ministra está pendiente siempre de él”, añade.
“Me la jugué por mi sueño”
El resultado deportivo no lo deja plenamente conforme. “Me la jugué una vez más por mi sueño, pero no siempre tiene que salir bien Los Juegos son algo gigante, que solo se dimensiona al estar acá. Vivir el proceso estos cinco años fue lo más hermoso que me tocó vivir y tengo la suerte de haberlo hecho. Le agradezco a Dios la oportunidad que me dio. Me siento orgulloso de mí, como persona. Nada ni nadie me arrebatará mis sueños y lucharé siempre, hasta el final, porque yo vivo para ser feliz y, en este último tiempo, he sido más feliz que nunca”, añade, dando cuenta de la mezcla de sensaciones que lo recorre.
Luego se refiere al inevitable paso que deberá dar, aunque siempre enfocado en . “Hoy viajo de vuelta a Chile, donde me está esperando el pabellón para ser operado, recuperarme y volver a entrenar”, plantea, además de agradecer el apoyo que ha recibido. “Solo me toca pasar este trago amargo y seguir adelante, porque, como dije una vez, la vida es injusta y no siempre te da lo que mereces”, concluye.
El presidente del Comité Paralímpico, Ricardo Elizalde, destacó la proeza. “A nivel institucional respetamos absolutamente la decisión de Vicente. Él consultó con varios médicos y había distintos diagnósticos, pero todos apuntaban a que era arriesgado que viniera y él se la jugó. Lleva cinco años preparándose para este evento y logró pasar a la final y obtener un octavo lugar. Vicente es un gallo sumamente aguerrido... no me imagino estar en una posición como esa, una situación de salud tan compleja e igual jugársela, venir a los Juegos y querer terminar su sueño. Nos dio una demostración de coraje increíble”, declaró el directivo, visiblemente emocionado. “Vino, compitió, se puso a la par, hizo una clasificación, logró un octavo lugar. Eso habla muy bien de él y de la resiliencia que tienen los deportistas paralímpicos. Son personas dignas de admiración”, resaltó.
El esfuerzo de años
La primera vez que Vicente Almonacid se metió a la piscina con algún afán competitivo tenía ocho años. Hace seis, sin embargo, se lo empezó a tomar en serio. La disciplina ha sido, además, un respaldo para su rehabilitación, aunque probó con varias otras. “Siempre me ha gustado mucho el deporte, y crecer me ayudó mucho en mi rehabilitación. Hice balonmano, fútbol, voleibol, running y skate hasta que probé la natación. Me gustó [la natación] porque es un deporte muy diferente del resto. En 2015 me fui a entrenar con la selección y nunca me fui”, declaró al Comité Paralímpico Internacional, según consta en un perfil que le realizaron antes de los Juegos.
Almonacid nació con una forma agresiva de fibromatosis, una afección en la que los tejidos del cuerpo desarrollan tumores. El problema afectó su brazo izquierdo desde que nació, y a los cinco años le tuvieron que amputar uno de los dedos. En 2012 le quitaron la parte inferior del brazo y desde entonces ha perdido el resto del brazo y el omóplato. “De hecho, nací con mi brazo, pero tenía un tumor y debido a todas las operaciones que tuve, tratamientos y más, ahora estoy sin mi hombro. No era tan 100% funcional como mi otro brazo, por lo que no era tan difícil para mí aprender todo con una mano”, expresa en la misma nota.
Campeón Parapanamericano en Lima 2019, reconoce como su ídolo al nadador británico Adam Peaty. Fuera del agua, le gusta ver series en Netflix y juntarse con amigos.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.