El escenario económico tras la primera semana de Milei y lo que viene en Argentina

NACHO SÁNCHEZ - TÉLAM

Economistas y agentes del mercado coinciden en que el plan anunciado es más un programa de emergencia económica que una propuesta a largo plazo, y estiman que su futuro dependerá del Congreso y de la recepción de la población.


La calle, el Congreso y las expectativas. Esos son los factores con los que deberán lidiar las medidas económicas anunciadas por el ministro de Economía de Argentina, Luis Caputo, a mediados de esta semana. Reducción de gasto público y un alza del dólar oficial forman parte de las primeras iniciativas del nuevo gobierno de Javier Milei, quien el domingo pasado asumió la presidencia transandina.

Así, el economista libertario puso en marcha su plan de shock para restaurar los equilibrios macroeconómicos del país, sumando además medidas como la no renovación de los contratos laborales con menos de 1 año de vigencia; cancelación de la licitación de nuevas obras públicas; y la disminución de los subsidios a la energía y transporte. Junto con ello, se informó la decisión de hacer converger gradualmente el tipo de cambio oficial a precios de mercado (llevándolo desde cerca de $500 argentinos por dólar, a $800).

En general, los anuncios fueron tomados de forma positiva por los analistas, aunque señalan que, por ahora, se trata de un plan de emergencia más que de una planificación de largo plazo, y que aún restan una serie de escollos por sortear, entre ellos el Congreso y la calle.

Gabriel Caamaño, economista de la consultora Ledesma, explica que “hay medidas que ya empezaron, otras deberán pasar por el Parlamento y si son aprobadas, probablemente empiecen a regir a mediados de diciembre, y otras que recién se esperan para marzo”.

Sin embargo, existen riesgos. Al respecto, sostiene que “la devaluación inicial es un sinceramiento, pero no convence el alza del 2% mensual que se fijó (tras el alza a $800), porque la inflación proyectada implica una apreciación más rápida del tipo de cambio, y eso puede generar problemas al crear expectativas de una nueva devaluación hacia delante y, por tanto, puede llevar a que los productores no vendan, no liquiden, esperando obtener un mayor precio por el dólar a futuro. Eso puede generar problemas, no ahora, pero sí con el correr de los meses”.

De momento, en todo caso, el dólar blue (informal) saltó de los $990 del viernes de la semana previa a $1.000 el lunes y a $1.070 el martes, para luego el jueves, tras las medidas, empezar a retroceder gradualmente, hasta los $970 en que cerró el viernes. Con esto, la cotización no oficial de la divisa de EE.UU. cae $100 desde que el miércoles se anunciara la devaluación del tipo de cambio oficial.

Santiago Manoukian, economista jefe de Ecolatina, comenta que la subida del tipo de cambio “sorprendió un poco, porque es más de lo que esperaba el mercado, pero entendemos que es consistente con cierta necesidad del gobierno de sobrerreaccionar para ganar credibilidad y confianza, sabiendo que el tipo de cambio se apreciará en los próximos meses producto de la inflación”.

Pero por el lado de las medidas fiscales, Manoukian señala que están dentro de lo esperado, y que “al mismo tiempo que hay pragmatismo, se reconoce que no hay margen para una baja inicial de impuestos frente a un punto crítico de partida. Aún faltan algunos detalles, pero lo que podemos ver es que hay un shock fiscal y gradualismo en lo cambiario”.

En esa línea, Marcelo Elizondo, presidente de International Chamber of Commerce en Argentina, indica que hasta ahora todo lo anunciado es “para el corto plazo. La urgencia obliga a eso. Decisiones duras para la economía, pero no tan duras como quería Milei. Ajuste fiscal de alrededor de 3% del PIB (quería 5%). Un incremento no menor de impuestos. Veo ahora solo un plan de emergencia y luego un objetivo de ir al programa Milei, en el segundo semestre” de 2024.

Cuestiona que “todo ha sido anunciado de modo menos elaborado de lo esperable. Un poco improvisado”, razón por la cual, cree, “vamos a tener muchos anuncios en adelante”. A su juicio, “vamos a un año de contracción económica (de entre 3 y 4%), pero mucho peor en el primer semestre, y si no se les complica en la ejecución, mejorando en el segundo”. Por ello, plantea que hacia delante, y tras esta primera semana, será importante conocer la “capacidad de gestión, de negociación política y la reacción de la calle”.

Por su parte, en un informe enviado a clientes, Credicorp Capital afirmó que las medidas implican mayores impuestos a las importaciones y exportaciones, medidas que a juicio de la entidad tendrían un impacto de 3 puntos del PIB y no 5 puntos, lo que se debe a que “algunas de ellas requieren la aprobación del Congreso, mientras que otras dependen en gran medida de la disposición de la población para reducir los niveles de subsidios y jubilaciones”.

“Esperamos que el PIB real se contraiga en un rango entre el -2,5% y -3% para 2024, con un sesgo que podría llevar a la actividad económica a contraerse más allá del 3,5%. Con todo, las medidas van en el camino correcto ante su intención de estabilizar las cuentas fiscales, pero consideramos que la incertidumbre se mantendrá elevada”, dijo Credicorp.

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