Cómo Asesinar a Felipes: "Éramos los bichos raros de la academia"

Intentar oír a CAF sin sentirse como actor en un filme dramático es un ejercicio difuso, en donde los versos y paisajes abstractos se entrecruzan como recuerdos constantes, de los que es imposible escapar. Una sobredosis de conceptos que queman las venas, pero que no llevan a la muerte, sino que más bien trasladan a un espacio oscuro y desconocido, que late por sí mismo.

Influenciados por el cine de directores como David Lynch y Álex de la Iglesia, la banda de Koala Contreras, Sebastián Muñoz, Cristián Gallardo, DJ Espacio y Felipe Metraca se ha mantenida prófuga desde 2007, con un total de siete asesinatos atribuidos a su autoría. Hace menos de un año, reclutaron a Chino Moreno de Deftones para efectuar un disparo preciso, mientras que Billy Gould de Faith No More se mantiene como su fiel encubridor desde una reunión en 2010.

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Hoy gozan de una popularidad que los ha llevado a Europa y Estados Unidos. Nadie sospechó que un grupo de estudiantes de teoría musical se reuniría con un referente de la escena underground del hip-hop, para así efectuar uno de los crímenes seriales más llamativos en la historia del país. Felipe Metraca, uno de los impulsores del plan, comenta a Culto cómo ha sido este proceso.

-Los conceptos relacionados a la banda tienden a basarse en la idea de un delito, en donde una o varias personas son aniquiladas. ¿Cómo surgió esa estética?

F: Tiene que ver con asesinar los estereotipos, de ahí también viene el nombre del grupo. Es un juego conceptual en donde el público son los secuaces. Siempre nos ha gustado acompañar la música de otros elementos, para así darle un poco más de potencia.

-Cuando Marcos Meza, Sebastián Muñoz y tú estudiaban música en la Escuela Moderna, ¿tenían definidos los estilos que querían abarcar?

F: Queríamos tocar hip hop con instrumentos. Éramos los bichos raros de la academia, porque el alumno tipo gusta de otros géneros musicales. Me topé con Marcos en un par de ramos y caché que a él y al Seba les gustaba el rap. Empezamos a juntarnos y ahí armamos la banda, después llegó Koala.

-Entiendo que fuiste a verlo a un concierto de FDA y ahí le pediste que se uniera al grupo. ¿Cómo fue ese encuentro? ¿por qué lo buscaste a él?

F: Leí un comentario en un diario que decía que su música era como la de Radiohead y que hacían un rap bien experimental, por lo que partí a comprar el disco y aluciné cuando lo escuché. Luego fui a una tocata y le pasé unas maquetas. Al tiempo escribió para decirme que le habían gustado.

-¿Qué te llamó la atención de Koala?

F: Me encantan sus letras y cada palabra que ha escrito en estos doce años. Sus rimas son muy abiertas a la interpretación y además diría que es uno de los pocos a nivel global que puede rapear sobre métricas irregulares. Le gusta desenvolverse en estructuras que son más abstractas y que tienen elementos del jazz y elrock progresivo.

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-En la portada de su álbum homónimo se puede ver a dos personajes con caras de instrumentos, el cual uno le está pegando al otro. Asimismo, este inicia con la frase "no tenía escrúpulos para descargar sus puños o su música", lo que da a entender que esta se está golpeando a sí misma. ¿Qué buscaron representar?

F: Los Felipes éramos nosotros. Nuestro primer disco es un cuestionamiento sobre cómo reinventarnos. Todas las carátulas están conectadas entre sí, cuentan una historia que sigue con cierta continuidad. De hecho, intentamos empezar los discos de manera similar a como termina el anterior.

-Chile es un país conservador en diversos aspectos y Cómo Asesinar a Felipes es una de las pocas bandas que desafía las normas tradicionales y, simultáneamente, goza de popularidad. ¿Cómo logran desenvolverse de esta manera?

F: Ha sido un trabajo duro, desde el comienzo tocábamos mucho y con distintos tipos de bandas. Tratamos de no limitarnos a nosotros mismos, es típico que se diga 'no vayamos para allá, no nos van a pescar". Traté de ofrecer esta música como si fuese comercial. En los recuentos de los diarios salían artistas como Gepe, Francisca Valenzuela y Astro, pero también estaban los Felipes como una alternativa, siempre hay gente en busca de algo distinto.

-¿Y qué crees que esas personas encuentran en ustedes?

F: La originalidad, siempre tratamos de sorprender y hacer algo nuevo en cada disco. Mucha gente disfruta de la poesía de Koala y de nuestra calidad como intérpretes, somos muy estudiosos y preocupados por desarrollar nuestra técnica.

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-Pareciera que sus seguidores también se ven interesados en esa área, más que en escuchar un tema en específico.

F: Muchas veces ellos conocen las canciones más que nosotros mismos. A veces componemos por intuición, sin saber más allá lo que estamos haciendo y ellos tienen más conocimientos y se dan cuenta de otras cosas.

-¿Cómo conocieron a Billy Gould?

F: Cuando publicamos Un disparo al centro (2009) con la Orquesta Sinfónica Juvenil, mucha gente se acercó a decir que trataramos de internacionalizar nuestra música. Mandamos el disco a sellos que pudiesen interesarse —unos 20 o 25— y el único que nos contestó fue el de Billy Gould. Empezamos a conversar por correo y nos juntamos cuando vino Faith No More el 2010. Nos invitó a participar en Koolarrow Records.

-Juntos grabaron V (2014)...

F: El primer trabajo con él fue en la mezcla de Comenzará de nuevo (2012), que habíamos grabado acá con Chalo González. Para el quinto viajamos a su estudio en California y aprovechamos de hacer una gira. Él era chofer, tour manager y psicólogo cuando peleábamos (risas).

-Es interesante, porque Faith No More es una banda de categoría mundial.

F: Él es una persona súper sencilla y con los pies en la tierra, aunque a veces demasiado. Al principio teníamos una relación bien profesional, pero de a poco desarrollamos una amistad. Hemos grabado varios discos con él y también abrimos sus conciertos en Argentina y Brasil.

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-Billy Gould los contactó con Chino Moreno de Deftones para que colaborara en Naturaleza Muerta (2019). En una entrevista, ustedes dijeron que él tiene "personalidad de artista". ¿Qué quisieron decir?

F: Volátil y poco concreto. No nos conocíamos y era difícil enganchar una conversación, pero después entendí el código para hablarle. Billy Gould es lo contrario, él siempre va al grano y evita irse por las ramas, por lo que todo es más rápido y claro.

-A fines del año pasado realizaron una gira por Europa. ¿Sientes diferencias entre el público chileno y el de otros países?

F: Más que en la audiencia, yo diría que en el ambiente. Chile es bien hostil para los músicos en ese sentido, nuestra profesión no está tan establecida socialmente como en Colombia o Argentina.

-¿En qué lo percibes específicamente?

F: En el trato. Acá las personas que manejan la industria sienten que te están haciendo un favor y no entienden que, sin las canciones, ellos tampoco existirían.

-El próximo 2 de octubre se presentarán en Matucana 100 con Sistemas Inestables y Zet. La primera es una banda de post-rock, mientras que la segunda es de electrónica y ustedes son, esencialmente, una mezcla entre jazz y rap. ¿Hay algún motivo en particular que los reúna?

F: Ellos son instrumentales, podríamos decir que también están dentro de la escuela de Akinetón Retard y esos grupos de carácter más experimental. Sistemas Inestables es post-rock, pero también tienen harto sintetizador y una propuesta bien eléctrica. Como te comentaba antes, tratamos de tocar con la mayor cantidad de bandas y que ojalá no se parezcan tanto a nuestro a música. La idea es participar de un concierto transversal.