Competencia internacional y Folclórica: ¿una instancia depreciada?

Quinta noche Festival de Viña del Mar 2020
Festival de Viña del Mar 2020. Foto: Agencia UNO.

Relegadas a la madrugada y con una difusión menor a los grandes artistas invitados, lo que en sus orígenes era el corazón del encuentro musical, actualmente es tratado como una sección más que no rinde tanto como las estrellas del momento. En conversación con Culto, Fernando Ubiergo -ganador del certamen en 1978- y Pedro Foncea -primer lugar en 1991-, analizan la relevancia que hoy en día se da a la contienda.


El reloj marcaba pasada la 1 AM cuando los animadores del Festival de Viña del Mar aparecieron en el escenario y tomaron sus micrófonos para anunciar que se daba por iniciada la competencia internacional. Descripción que aplica fácilmente a cualquier noche festivalera de los últimos años.

La competencia Internacional y Folclórica, son el corazón del Festival de la canción de Viña del Mar, o al menos lo fue durante sus primeras décadas de existencia en las que artistas emergentes postulaban su composición al certamen y esperaban con ansias el premio monetario, el honor de llevarse una gaviota, y el reconocimiento que implicaba cantar sobre el escenario de al Quinta Vergara.

Además de los competidores de diversos países, se invitaban a cantantes y bandas de renombre que, si bien eran aclamados por el público y convocaban audiencia, no eran el punto central del evento viñamarino.

https://culto.latercera.com/2020/02/26/vina-2020-competencias/

Actualmente ambas competencias son parte del Festival de Viña, pero sus participantes presentan sus canciones después del primer número musical y humorista de cada noche, lo que suele relegar su performance para aproximadamente la 1 am -este año la transmisión comenzó más temprano, por lo que años anteriores se programaba aproximadamente para las 1.30 o incluso 2 am-; además del intérprete se despliega una coreografía inspirada en la canción, y los temas suelen ser conocidos masivamente por el público al ser interpretados en vivo.

Al visitar las redes sociales en busca de comentarios alusivos a las competencias, hay dos tipos de reclamos: por qué la competencia es tan tarde y por qué no la eliminan definitivamente para dar paso al último artista de la jornada.

¿Tiene sentido continuar con la competencia internacional y folclórica a la que el Festival debe su nombre?

Una instancia obsoleta

"Había una época entre los 60 y 70, y hasta mediados de los 80 -no más allá- que los festivales sí fueron relevantes en la parte competencia", dice Fernando Ubiergo, cantautor chileno que ganó la competencia internacional en 1978  por "El tiempo en las bastillas".

"Uno pensaba 'Claro, si gano el festival, me contrata un sello'. Que es lo que se producía los festivales en esa época, porque no había otras plataformas para darse a conocer", dijo el artista en conversación con Culto. "Todos. Estoy pensando en Serrat en Eurovison, o el propio Raphael, Julio Iglesias... hablamos de gente muy connotados que participaban de esas instancias".

Comparando el festival desde sus inicios en 1960 hasta su actual edición 2020, el hombre de "Un café para Platón" explica que las competencias musicales en formato "festival" -como Eurovision, el Festival de la OTI, Beridorn- han perdido la relevancia de antaño por cómo ha evolucionado la tecnología.

"Yo digo no solamente Viña porque no es que ellos hicieron algo mal. El fenómeno de la competencia dejó de ser tan interesante como lo fue en alguna época, porque las personas y los artistas, en vez de ir a un festival, hacen su producción, la suben a Youtube o sus redes y ya", dice Ubiergo. "No hay que ser drástico con el Festival de Viña porque lo cierto es que en ninguna parte es lo mismo", afirma exceptuando al Festival de San Remo.

"Como joven compositor, había visto grandes artistas nacer de la competencia internacional, yo soñaba con ser uno de esos que alcanzaban el fuego sagrado. Era como entrar a un campeonato y meter un gol. La competencia estaba en un Olimpo del Festival. Hoy en día, la competencia es como una persona que envejeció mal", afirma el creador de "Cuando agosto era 21".

https://www.youtube.com/watch?v=n1DXlZ2epzE

Ubiergo afirma que la competencia es "de una época análoga" y está en una era donde proliferan los estrenos en Spotify, los sencillos que con 2 minutos de duración logran millones de reproducciones, y en que artistas pueden tomar su guitarra, subir un video y viralizarse.

"El Festival de Viña siempre tuvo una competencia de canciones interesantes, algunos años más que otros, pero siempre fue ese el propósito, y con el tiempo los shows han tenido más realce", dice Pedro Foncea, fundador de la banda De Kiruza y ganador de la Competencia Internacional en 1991 junto a Javiera Parra.

En conversación con Culto, el cantante relata que con Parra se prepararon arduamente para la presentación, pero que siempre tuvieron como objetivo dar lo mejor de sí, no ganar. Y recuerda con cariño que compitieron codo a codo con una canción compuesta por el cantautor cubano Silvio Rodríguez, la cual no pasó a segunda etapa.

"No soy un estudioso del tema. Es fantástico que el show tenga la potencia que tenga, pero el hecho que se mantenga una cosa tan anacrónica pienso que no se hace bien", dijo el hombre de "Camino por Santiago".

https://www.youtube.com/watch?v=SLv8_5BPPBE

Gaviota para todos y un jurado aleatorio

En principio, los galardones del Festival del Viña estaban reservados exclusivamente para los ganadores de las competencias.

En 1960 era una placa conmemorativa con un premio monetario (500 escudos). En 1961 se agregó la Lira de Oro y en 1969 llegó la Gaviota de Plata en su reemplazo, y con ello, un mayor monto en pesos.

Sin embargo, la preciada gaviota ya no se destinó netamente a los participantes de las competencias. Con el paso del tiempo, aquellos artistas invitados que eran altamente aclamados -por popularidad y/o trayectoria- también comenzaron a llevarse el trofeo a casa, convirtiéndose en un logro que -hoy en día- se da por hecho para quien se presente en la Quinta Vergara.

"Si se va hacer un festival de la canción que se va seguir llamando así, y que sigue entregando la gaviota, que era a los que ganaban el festival, o sea... ¡ yo tengo más gaviotas como invitado que como ganador!", dijo Fernando Ubiergo refiriéndose a la depreciación que ha tenido el galardón.

Respecto a jurado, también ha habido cambios que un ganador de la Competencia Internacional considera perjudicial para el prestigio de la misma. "El jurado era maravilloso, no era como hoy, que cada canal promociona a la gente que actúa en sus teleseries, y los lleva de jurado", afirma Julio Zegers, doble ganador de Viña en 1970 y 1973, a Culto.

https://www.youtube.com/watch?v=_7jXrvsdmh4

"Pero es el jurado que hoy se merecen. Para mi gusto, las canciones de hoy son muy poco atractivas, entonces merecen tener esos jurados. Ojalá aparezca como han aparecido ocasionalmente, gente con canciones interesantes", sentenció quien triunfó con las canciones "Magdalena" y "Los pasajeros".

El poder de la tv

El horario de las competencias es el punto en común de las críticas hacia la organización, tanto por parte de redes sociales como de ganadores de ediciones anteriores que lo consideran una falta de respeto que llegó como efecto de la televisión.

El medio que mide su éxito en base al rating, comenzó a emitir el Festival en 1963 -con la llegada de la televisión a Chile para el Mundial- y los colores llegaron en 1978. A juicio de Ubiergo, fue este artefacto el que influyó en las decisiones que afectan a la competencia.

"Si bien es cierto que a Viña le pasó lo mismo que a los otros festivales, creo que Viña tampoco hizo mucho por ayudar a la competencia. La presencia de la tv en particular fue algo que cambió el perfil del Festival hacia un gran show de verano, con gran pedigree e historia, pero creo que la tv siempre estuvo incómoda, porque vende un producto", asegura el cantautor.

Quien recuerda con cariño su presentación en 1978 "cuando solo era un muchacho de 24 años",  dice tener "una gran gratitud hacia el Festival", y por lo mismo ve con tristeza la evolución de lo que solía ser el alma del encuentro musical.

"Es difícil que la gente respete y escuche la competencia si el trato que se le da es un menoscabo notable. La reivindicaría poniéndolo en un horario más honorable, no es posible que cabros que viajan con toda la ilusión los ponen a cantar a las 2 de la mañana", considera Ubiergo, pero no es lo único.

Tanto en su presentación de 1978, como en la Julio Zegers en 1970, los intérpretes cantaron solo acompañados de los instrumentos que necesitaban. Actualmente, quienes participan tienen coreografías coloridas ocurriendo a su alrededor. Un adorno más del espectáculo televisivo.

"Una coreografía puede afectar para bien o para mal. La canción debe pararse sola. No es que el baile en sí me parezca mal, pero eso transmite que la canción no tiene el valor suficiente para sostenerse en sí misma", cree el compositor, "No debería tener aderezos. Frivolizó y desnaturalizó la competencia".

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Mando, el representante de México, en la Competencia Internacional de Viña 2020.[/caption]

El domingo 23 de febrero de 2020, la jornada inaugural del Festival, se daba comienzo a las primeras presentaciones de las competencias. Sin embargo, estas fueron pospuestas para el día lunes tras los incidentes en las cercanías de la Quinta Vergara y el Hotel O'Higgins. ¿La razón? Tener una primera noche más breve y, según dijeron de la organización, algunos artistas no pudieron llegar al recinto.

"Es muy injusto que quien tenga que pagar por esto sea la música y los nuevos artistas", dice Pedro Foncea a Culto. "Me parece absurdo que se haya suspendido justamente la competencia, es como castigar al arte", dijo el hombre De Kiruza.

https://culto.latercera.com/2020/02/22/festival-vina-1973-historia/

Apuntes finales para el festival de la canción

De la edición 2020 del Festival, Pedro Foncea destaca la presentación de Mon Laferte, la viñamarina que se presentó el día martes junto a  Javiera Contador y Francisca Valenzuela. Y es a partir del show que dio la mujer de "Tu falta de querer" que postuló algunas sugerencias para restaurar el prestigio de las competencias.

"Mon Laferte mostró una solidez musical realmente extraordinaria. Se valora la entrega y la factura musical artística. Una de las cosas que puede ayudar es que se haga el festival por invitación a grandes autores", aseguró el músico chileno.

Junto con presentarlas más temprano, y despojarlas de adornos como los bailes, Fernando Ubiergo indica que es importante dar a conocer las canciones postulantes antes del Festival, "por lo menos 3 meses antes, por las radios y las redes, y llevaría a la competencia a grupos o artistas jóvenes. La música es popular cuando se vincula a la juventud. También se puede incorporar el voto online, que la misma gente la elija.", aseveró.

"Pienso que la parte más potente del Festival, en cuanto a competencia, está en la folclórica", confiesa Foncea. "Pienso que se hace mucha más vanguardia. Los años anteriores hemos visto las propuestas de Perú, Bolivia… gente que cultiva la música de raíz, que la transforma de forma magistral. Esa es la posibilidad que veo: partir por el Festival de la canción", concluye el MC y cantante.

Quien es reconocido por su trayectoria, varias presentaciones en la Quinta Vergara y festivales internacionales de renombre, es más tajante con el certamen chileno.

"Si quieren mantener este festival con más de 60 años de competencia, entonces trátenla con un mínimo de dignidad. Es tan evidente la falta de consideración de la tv que uno se pregunta ¿Si la van hacer mal, para qué la hacen?", reflexiona Fernando Ubiergo.

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Fernando Ubiergo en la Competencia Internacional del Festival de Viña del Mar, 1978. Foto: Cortesía de Fernando Ubiergo.[/caption]

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