La trilogía High School Musical transcurre en un periodo de dos años. La primera cinta, muestra la llegada de la tímida Gabriella Montez (Vanessa Hudgens) a la Secundaria East High en Albuquerque, donde ya conoce al popular basquetbolista Troy Bolton (Zac Efron) a quien vio por primera vez durante un karaoke en Año Nuevo.

La historia oscila constantemente entre el deseo de ambos de participar del musical, y las presiones de sus amigos -principalmente los de Troy- de perder el tiempo en teatro y enfocarse en sus otros talentos: la ciencia en el caso de Gabriella y el deporte en el caso de Troy. Juntos luchan contra el status quo de la secundaria -y la egocéntrica Sharpay- para seguir sus almas artísticas y, en paralelo, desatar su amor adolescente.

Las siguientes dos entregas van más o menos de lo mismo, claro que la segunda se desarrolla en las vacaciones de verano, y la tercera en el último año previo a tomar caminos diferentes en la universidad. Un relato juvenil que vio crecer a una generación en simultáneo con sus protagonistas.

12 años después, Disney da una segunda vida a la historia protagonizada por Troy y Gabriella, pero con varios giros que la convierten en una propuesta totalmente nueva. Ya no es una cinta, sino que una serie en formato mockumentary creada para debutar en el streaming; y el relato consiste en un grupo de estudiantes que produce un musical basado en la trilogía.

High School Musical: el musical: la serie, fue creada por Tim Federle de la mano de Disney, la plataforma digital del gigante Disney Company. El guionista de televisión y teatro de 40 años, detalla en conversación con Culto que esta producción no es un reboot, sino un tributo a la historia original.

Nacido en Foster City, California, reconoce que odió su etapa escolar, ya que era más bien tímido y siempre lo elegían al último en los deportes. Pero sobre todo, resintió el no haber podido desarrollar a temprana edad su pasión: las artes escénicas. “Es agradable trabajar en un lugar donde puedes cantar y bailar sin que nadie se burle de ti”, confiesa.

De hecho, fue a través de su trabajo en la serie High School Musical que pudo -en cierta forma- reescribir su propia experiencia. “Los musicales te permiten decir cosas que no siempre puedes decir en la vida real”, dice respecto de una producción que destaca dentro del catálogo de Disney+, la plataforma recién llegada a Latinoamérica.

Fanático confeso de los musicales Evita y Cats, Federle tomó en sus manos una narrativa que se popularizó a través Disney Channel, y que -más de una década después-, busca cautivar tanto a los antiguos fans como a las nuevas generaciones. “Resuena con audiencias modernas porque actualizamos ciertos aspectos que tratamos de forma casual”, dice Federle a Culto.

-¿Cómo llegaste al formato mockumentary? ¿En qué series te inspiraste?

-Nos guiamos con series como The Office y Parks and Recreation, por dos razones. La primera, es que permite hacer esos momentos en el que los actores y actrices le hablan a la cámara y dicen lo que sienten -lo que es muy importante porque suele ocurrir que uno dice una cosa, pero en realidad siente otra-. Y la segunda razón, es que, por mucho que sea un tributo a la serie, realmente queríamos que se sostuviera por sí sola como una nueva pieza de contenido. Literalmente usando tiros de cámara distintos, creo que fue una buena forma de diferenciarnos y decir que amamos la serie, pero somos algo nuevo. Además, creo que hay cierto humor inherente con este formato.

-¿Qué tanto de la trilogía original hay en esta nueva serie?

-Es un tributo a las películas originales. Creo que resuena mucho en las audiencias internacionales porque lo grabamos en East High, así como en las mismas ciudades donde tuvieron lugar las películas. Como se trata de un grupo de estudiantes que realizan un musical sobre High School Musical, escuchas canciones como “Stick to the status quo” y “Breaking free”, pero también temas nuevos y diferentes líneas narrativas. Siempre lo pensamos como tributo y no como reboot, porque, por ejemplo, mi película favorita de siempre es E.T., y si supiera que alguien está haciendo un remake, creo que tendría una crisis nerviosa. (“No la toques!! es perfecta!!”). Creo que para muchos, High School Musical es la perfecta comedia musical romántica adolescente. Me gusta ver los remakes como un nuevo giro para nuevas generaciones. No un intento por replicar cuadro a cuadro, línea por línea o baile por baile. Creo que Jumanji lo hizo muy bien, y pienso que ese puede ser el futuro. Apuesto por ello.

-Las cintas se estrenaron hace más de 10 años ¿Cómo le hablas a los nuevos estudiantes que debieran identificarse con la historia?

-Siento que en el mundo hay una necesidad por conectar con las personas porque justamente nos sentimos muy desconectados. Pienso en esta historia como un relato sobre estudiantes, sin importar dónde estés, dónde vivas... Es sobre encontrar tu identidad y a tus amistades. Creo que resuena con audiencias modernas porque actualizamos ciertos aspectos que tratamos de forma casual, como Nina -la líder del show- quien tiene dos mamás. Hay dos muchachos que se identifican como gay, y creo que tocamos eso con una luz muy liviana. Narramos siguiendo la forma en la que se ha movido el mundo los últimos 10 años, y al mismo tiempo, reconocemos que hay temas que son eternos, como la necesidad de pertenencia.

-Entonces apuntan tanto al público de la trilogía original como a las audiencias más jóvenes…

-Creo que lo maravilloso de un musical es que se siente como un escape en un mundo desafiante. La alegría y la música es un lenguaje que todos hablan. Ciertamente muchos de los antiguos fans tienen a sus propios hijos ahora, y creo que querrán verlo porque tendrán momentos nostálgicos al revivir su adolescencia. Por otro lado, si bien puede no ser tan familiar para las nuevas generaciones, se trata de presentar un grupo de chicos que atraviesan problemas, peleas, y primeros amores. Y espero que la serie les hable como su propia generación de High School Musical. De hecho, uno de los motivos por el que quisimos trabajar con actores y actrices que realmente fueran de edad escolar, fue que queríamos autenticidad en la historia.

-¿Hubo algo en especial que, juicio tuyo, no podía faltar?

-Creo que lo que no quería perder es la realidad de todo lo que implica levantar un show y el drama de una noche inaugural. Así como los celos entre quienes obtienen un papel y quienes no, y la forma en que se siente la gente de teatro que forma una suerte de comunidad que se apoya mutuamente. Tampoco quise dejar fuera mis canciones favoritas: “Stick to the status quo” y “Breaking free”. Y hacia el final de la serie, tenemos un cameo de una de las estrellas de las cintas, y eso se sintió importante para mí y para la audiencia, porque es como contar la bendición del elenco original. Quiero ser irreverente, pero no quiero ser grosero.

-¿Sientes una suerte de privilegio al poder contar una historia con una pareja abiertamente gay en un show con la firma Disney?

-Sí. Me siento orgulloso y afortunado. Tenemos un actor llamado Frankie Rodríguez, cuyos padres son mexicanos, y mientras crecía estaba obsesionado con High School Musical, Beyoncé y Drag Race. Frankie me dijo que estaba muy feliz de interpretar a Carlos en la serie porque podía interpretar a un personaje que él no había visto en la televisión mientras crecía, especialmente en Disney. No creo que esté haciendo nada especialmente osado, simplemente muestro cómo es el mundo realmente, y me siento muy afortunado de poder hacerlo.

-Respecto a los detalles del detrás de escena, ¿Qué fue lo más desafiante?

Pienso en dos momentos. El primero es un dueto en el piano llamado “Wondering”, entre Nina y Ashlyn. Hicimos esa canción en vivo, lo que significa que no tenía lip sync. Y solo puedes repetir una canción una determinada cantidad de veces antes que comiences a perder tu voz. Por lo mismo, contratamos gente de teatro que realmente podía cantar, bailar y actuar rápidamente. Porque mi sensación es que mientras más veces filmes algo, se siente menos espontáneo. De hecho, teníamos a Sofia Wylie, quien interpreta a Gina, y cuando grabamos la primera temporada ella tenía 15 años, lo que significa que no podía grabar horas extra porque es ilegal. Generalmente alcanzamos a grabar dos escenas, gritábamos ¡Corte! y salía del set. Pero eso también le suma emoción. Cada desafío era una oportunidad.

-¿Qué tan difícil fue hacer nuevas canciones y coreografía para esta serie?

-Tuvimos directores geniales y al maravilloso coreógrafo Zach Woodley, quien trabajó en Glee. A veces, estábamos ansiosos previo a grabar una canción en específico porque hay algo muy especial en un musical, que nada más tiene, que es la emoción inherente a una canción. Incluso si es una canción divertida. Te toca de una forma que el diálogo no siempre puede. Los desafíos son también las oportunidades, que siempre decimos que en los musicales cuando los personajes comienzan a sentir mucho, es cuando pueden cantar -y creo que este año, 2020, ha sido de muchas emociones-.

-¿Qué piensas del mundo que vivimos actualmente en el que los estudiantes están con clases online? ¿Qué rol crees que juega High School Musical en este contexto?

-Es interesante porque siento que yo probablemente hubiese disfrutado las clases por zoom, porque odié la escuela real. Yo solo quería cantar y bailar. Hay una parte de mí que siente que hay personas que están prosperando inesperadamente, pero para aquellos que quieren un escape o algo a que aspirar, esta serie muestra que no todos los días son perfectos, y no siempre puedes estar con quien amas, o no siempre te dan el papel que quieres, y a veces una pandemia te mantiene en casa. Quienes vean el show se darán cuenta de que, a pesar de los roces con otras personas, creo que podemos estar de acuerdo con que es mejor estar en persona y no online. Recordar que a pesar del conflicto podemos trabajar juntos. En teatro sobre todo, a pesar de las diferencias, al final todos damos una reverencia en conjunto.

-¿Qué podemos esperar para la segunda temporada?

-Abrimos más el mundo. Para el siguiente ciclo los chicos producen La bella y la bestia, otro show que trata mucho de la experiencia humana: de quién me enamoro, cómo luzco... Así que es divertido ver cómo evoluciona. Pero intentamos conservar el espíritu de musical escolar.

High School Musical: el musical: la serie, debuta hoy 17 de noviembre con la llegada de Disney+ a Latinoamérica.

“Solo queremos hacer un tributo a la cintas originales y recordarles esa música que realmente tocó y conmovió a una generación. Pero también crear algo nuevo para los más jóvenes. Grabamos esto en Salt Lake, Utah, así que es muy emocionante ver que llegue a lugares como Perú, Brasil o Chile. Ese es el poder de una narrativa”, concluye Tim Federle.

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