Columna de Daniela Lagos: 1923: toda la carne a la parrilla

1923 se presenta como una producción entretenida y desafiante, que por un lado puede ser algo nostálgica (o anticuada) de la época de las historias de vaqueros y las contiendas entre familias, pero que también busca tener a ratos una mirada desde la modernidad, con alusiones al rol de la mujer y al exterminio de las costumbres y culturas indígenas.



En tiempos de altísima competencia en la pantalla chica, lograr tener una franquicia, con varias series saliendo de la misma idea original y ojalá traspasándose al público cautivo, parece ser la meta de muchos. Y esto no sólo está reservado para los universos de enormes producciones como Game of thrones, Star wars o The walking dead, sino que también es una apuesta de aventuras más pequeñas, pero que han encontrado un nicho.

Ese es el caso de Yellowstone, ficción protagonizada por Kevin Costner, que ya va por su quinta temporada y que está estrenando su segunda precuela, 1923 (Paramount+), una historia que si bien se conecta con la original y con la primera precuela (1883), también puede ser vista por sí sola.

James Minchin III/Paramount+

Aquí la apuesta es por la acción, el romance y el drama, con dos pesos pesados en los papeles centrales: Harrison Ford y Helen Mirren, quienes interpretan a Jacob y Cara Dutton, una pareja y cabezas de un rancho con décadas de historia, quienes luego de años de prosperidad se están enfrentando a varias crisis al mismo tiempo, partiendo por una feroz sequía y una guerra con otro campesino ganadero que va subiendo rápidamente de tono. Mientras, tropiezan con la época de la prohibición, los traumas dejados por la Primera Guerra Mundial y los cambios tecnológicos que parecen estar llegando.

Con todo esto y más - hay tramas paralelas en su inicio, ocurriendo en África y en un severo internado católico que quiere “reformar” a niñas indígenas-, en su despegue la serie se siente demasiado pesada, sin momentos de humor ni levedad, sino que cargando y cargando la pesa con dramas, azotes, balazos, cacerías y traumas. Pero si se logra superar ese primer episodio, vienen otros que, si bien no sacan mucho el pie del acelerador, sí empiezan a mostrar historias más redondas, no sólo apelando a un momento terrible tras otro, sino que también con cambios de tono.

Foto: James Minchin III/Paramount+

Así, con sus primeros capítulos, 1923 se presenta como una producción entretenida y desafiante, que por un lado puede ser algo nostálgica (o anticuada, según cómo se le mire) de la época de las historias de vaqueros y las contiendas entre familias, pero que también busca tener a ratos una mirada desde la modernidad, con alusiones al rol de la mujer y al exterminio de las costumbres y culturas indígenas.

Es una serie que tira toda la carne a la parrilla y logra enganchar con tramas que avanzan sólidas y hacen querer saber qué más le puede pasar a estos héroes del pasado.

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