Ala selección chilena se le perdió el gol. En Copa América anotó siete repartidos en tres de sus seis partidos disputados. El problema no ha sido solo de ahora. Desde un tiempo hasta esta parte, la Roja queda condenada al desempeño de Alexis Sánchez o Eduardo Vargas. Si ellos desaparecen, el gol chileno también se va. Así pasó en Brasil 2019.

Lo preocupante es que el abanico no es demasiado amplio. Todo lo contrario, de hecho. Los delanteros con instinto asesino escasean. Y los elegidos por Reinaldo Rueda para suceder a AS7 y Turboman en su proceso tampoco han dado el ancho.

El problema, encima, es que aparte de los elegidos por el colombiano no hay mucho más a lo que echar mano. Ni por presente ni por futuro. Ni jugando en el extranjero ni mucho menos en la liga chilena, donde el protagonismo está dedicado a extranjeros o jugadores en la recta final de su carrera.

De hecho, el torneo nacional aporta datos alarmantes: en apenas nueve de los 16 equipos de Primera el máximo anotador es chileno. El número baja a siete si se considera en ese análisis a Maxi Salas de O'Higgins y Mauro Quiroga de Curicó. Ambos argentinos abandonaron sus instituciones siendo los con más goles durante el primer semestre. Hay poco dónde ver.

En ese sentido, los chilenos que sí destacan no están ni cerca del radar de Rueda. A saber: el nacional con más goles en lo que va de año (considerando liga, copa internacional y Copa Chile) es Patricio Rubio, con ocho tantos.

A nivel local lo sigue Renato Tarifeño de Palestino, con siete festejos. Este último no es titular en su club. Tiene por encima a su compañero Roberto Gutiérrez, con seis goles durante 2019 y quien sigue en ese listado a nivel nacional. Tiene los mismos festejos que el itálico Ignacio Jeraldino, el iquiqueño Matías Donoso y el hispano Sebastián Varas.

Otro síntoma de que el gol está perdido o de que no está en el recambio es el siguiente: los delanteros chilenos con cinco goles o más durante 2019 promedian 28,4 años y de los 88 que están inscritos en el torneo, 39 aún no logra convertir.

El gol, por tanto, lo aportan jugadores que ya están en el ocaso de su carrera y que no pueden ser considerados como savia nueva para la Roja o extranjeros no seleccionables. Así, dentro de los 15 jugadores con cinco goles o más en 2019 en el fútbol chileno, quedan descartados los argentinos Lucas Passerini (5 goles), Juan Cuevas (5 goles), Pablo Mouche (5 goles), Walter Bou (6 goles) y Sebastián Sáez (7 goles).

Al mismo tiempo, por no poder responder al llamado recambio, se caen Edson Puch (33 años, 5 goles), Sebastián Varas (31 años, 6 goles), Matías Donoso (32 años, 6 goles), Roberto Gutiérrez (36 años, 6 goles), José Pedro Fuenzalida (34 años y 6 goles) y Patricio Rubio (30 años, 8 goles).

Por el contrario, la edad aún está a favor de Renato Tarifeño (22 años, 7 goles), Ignacio Jeraldino (23 años, 6 goles), Nicolás Orellana (23 años, 5 goles), Álvaro Ramos (27 años, 5 goles) y Andrés Vilches (27 años, 5 goles).

Un dato en favor de Tarifeño: sin ser titular en Palestino, es el chileno con mejor media anotadora (7 goles en 722 minutos de juego). Anota uno cada 103' disputados.

Hay otras cifras que reflejan la falta de gol en Chile, como que en Iquique, ante la partida de Edwin Pernía, solo queda Donoso como delantero con goles anotados durante 2019. O que en Antofagasta los Flores (Jason y Felipe), con apenas dos, son los atacantes chilenos con más festejos este año.

Encima, los que logran destacar, se van. Y afuera desaparecen. Años antes, Bryan Carrasco, Felipe Mora y Nicolás Castillo fueron goleadores de liga, pero afuera no rinden igual. En el extranjero la cosa no mejora. Los de mejores números en 2019 son Vargas, con 9 goles; Felipe Mora, con 7; y Carlos Soza, en la B de Ecuador, también con 7.