Iba a ser un día de alegrías en el montañismo nacional. Dos expediciones habían adelantado que buscarían grandes logros para el deporte local este 16 de mayo. Sin embargo, desde el Himalaya solo llegó desazón.

El escalador nacional Rodrigo Vivanco (48 años, el primero en la foto) fue declarado desaparecido durante el proceso de ascenso al Kanchenjunga, el tercer macizo más alto del mundo (8.586 metros sobre el nivel del mar), pero que nunca había sido conquistado por un nacional. Vivanco era uno de los dos chilenos que dejó el último campamento para atacar la cima. Fueron 59 los aventureros que querían anotar el logro en sus bitácoras, una cifra que sorprendió a los medios especializados. No obstante, no todos regresaron.

El otro nacional era Hernán Leal (el cuarto en la foto), quien consiguió regresar y anotarse en la historia como el primer chileno en alcanzar esa cima, aunque lo hizo con la ayuda de oxígeno y sherpas. Es decir, no se trata de una escalada "deportiva", sino "comercial" (como hace la mayoría de los deportistas locales), diferencia que explica Eduardo Aguirre, presidente de la Federación Chilena de Andinismo (Feach).

En el ataque donde iba Vivanco también participaron los indios Kuntal Karar y Biplab Baidya, quienes murieron por mal de altura (hipotermia, edemas pulmonares y ceguera), mientras que otros tres montañistas quedaron hospitalizados.

"Fui parte de quienes abrieron la ruta para hacer la cumbre, por lo mismo sé el gran esfuerzo que esto implica. Es terrible la situación de Rodrigo, con quien compartí harto tiempo. Ruego que pronto lo encontremos", manifiesta Leal desde Nepal.

De acuerdo a la compañía de excursiones que organizó la aventura de Vivanco, el chileno alcanzó la cumbre, al igual que Leal, y se habría desviado de la ruta en algún momento del descenso. En la jornada, también se declaró desaparecido a un irlandés, quien cayó por una quebrada.

Hasta ayer, las esperanzas de encontrar con vida a Vivanco eran muy bajas, aunque hay un elemento que abre algunas esperanzas: ascendía con bastante equipo, lo que le podría servir para sobrevivir.

Su intento se realizaba sin la ayuda de oxígeno, es decir, se buscaba un logro deportivo, pero de todas maneras los montañistas llevan suplemento, en caso de emergencia.

"Estaba sin un guía, ya que escalaba al estilo alpino, e informó que tenía poca batería", declaró el sherpa que iba con Vivanco, quien confirmó que no usaba oxígeno. En Chile, pocos sabían de su aventura que iniciaba hace unas semanas. De hecho, para Leal encontrarlo en los campamentos fue una sorpresa. El escalador desaparecido tiene un amplio curriculum como Guía e Instructor de Alta Montaña, pero tiene un círculo reducido, en especial después de los problemas que ha tenido para validar sus ascensos.

El primer lío se dio en 1999, cuando reclamó la cima del Broad Peak o K3 (8.051 m.s.n.m.), que nunca pudo probar. En mayo de 2017 ascendió el Dhaulagiri (8.167 m.s.n.m.), logro que pese a que no había marcas de GPS ni fotos claras, fue aceptado por Himalaya Data Base, un organismo que lleva la estadística de estos ascensos. Ocho meses después, tras bajar del mismo Kanchenjunga, nuevamente con escasas pruebas, el organismo nepalés lo desestimó.

En Chile, ninguno de los tres hitos ha sido reconocido. Tal vez por eso, Vivanco intentó nuevamente subir a la tercera cumbre más alta de la Tierra. "Los ascensos comerciales y los pocos accidentes que hay tienen bastante cobertura y eso le da una mala imagen a nuestra actividad. No hay que demonizarla, los accidentes son muy marginales", dice Aguirre, timonel de Feach, quien insiste en señalar que mantiene esperanzas de encontrarlo con vida.

Tamara Muñoz, escaladora cercana a Vivanco, aseguró ayer que su última señal de GPS lo ubicaba en el algún sector cercano a la cumbre.