Marin Cilic (23º ATP) siempre es un jugador de cuidado. Incluso, en arcilla, su superficie menos predilecta, pero en la que sin duda es bastante efectivo. Y así lo está demostrando en Roland Garros, donde, desplegando un tenis muy sólido, ya se instaló en los cuartos de final. Lo hizo de manera notable, ya que apabulló al número dos del mundo, el ruso Daniil Medvedev, por 6-2, 6-3 y 6-2.

El triunfo del croata fue brillante en todo sentido, ya que nunca le dio oportunidades de meterse a su rival, que si bien tampoco se siente del todo cómodo en polvo de ladrillo, había mostrado progresos importantes en París.

Pero frente al saque del balcánico, Medvedev no pudo hacer nada. Ni siquiera tuvo posibilidades de quiebre. Es más, Cilic ganó un 90% de puntos con el primer servicio, lo que le alivianó bastante la tarea. Por otro lado, duplicó la cantidad de tiros ganadores (33 a 15) y cometió muy pocos errores no forzados (22). Una verdadera exhibición y uno de los mejores partidos de su carrera.

Por el paso a semifinales, se enfrentará al ruso Andrey Rublev (7º), quien derrotó por 1-6, 6-4, 2-0 y retiro al italiano Jannik Sinner (12º), en un partido que se interrumpió por la lesión en la rodilla izquierda del peninsular.

También destacó la gran victoria del danés Holger Rune (40º) sobre el griego Stefanos Tsitsipas (4º), por 7-5, 3-6, 6-3 y 6-4. Ahora enfrentará al noruego Casper Ruud (8º), quien superó al polaco Hubert Hurcacz (13º), por 6-2, 6-3, 3-6 y 6-3.

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