Nicolás Lodeiro es la próxima amenaza para Chile. Lo dejó claro en la contundente victoria de Uruguay sobre Ecuador, que abrió el grupo C de la Copa América. El mediocampista de 30 años resultó un aporte clave para la victoria de la escuadra de Óscar Tabárez: convirtió un golazo para la apertura de la cuenta y participó en la gestación de otro, que terminó marcando Edinson Cavani. Así, su nombre vuelve a estar en el tapete.

"Con el gol, sentí alegría por mis compañeros, que siempre me apoyan, por mi familia, amigos, que son los que sufren más que uno, porque uno está más allá de lo que se diga y les llega, pero estoy acostumbrado a las críticas y a lo que se dice", se desahogó después de la victoria sobre la escuadra del Guayas.

"De todo lo que viví en la selección, uno se prepara para dar lo mejor, pero lo que rescato es que nunca bajo los brazos. Trabajo y si me toca estar, estoy. Y si no me toca, sigo para adelante", continuó en una sentida declaración.

Lodeiro vive, de alguna forma, su revancha. No fue considerado por Tabárez para el Mundial de Rusia, aunque dice que no pensó en alejarse de la Celeste. "No pensé que estaba lejos. Lo tomé como una enseñanza. Obvio que uno quería ir y que fue un golpe durísimo", recapitula.

La 10 de Riquelme

Aunque en su infancia jugó básquetbol y vóleibol y exploró la natación y el triatlón, tempranamente advirtió que en el fútbol encontraría los medios para darle un mejor pasar a su familia, oriunda de Paysandú. Surgido en las divisiones inferiores de Nacional de Montevideo, el mediocampista muestra su habilidad en el Seattle Sounders, de la Major League Soccer, de Estados Unidos. En la escuadra norteamericana ha disputado 103 duelos y ha marcado 28 goles. Antes paseó su talento y su particular personalidad en medios más exigentes. Después de su formación en el Bolso, saltó al Ajax (4 goles en 29 encuentros) y luego retornó a Sudamérica, con dos paradas: Brasil y Argentina. En el país más grande de la región se puso las camisetas de Botafogo (17 goles en 85 encuentros) y Corinthians, donde no marcó en 17 cotejos.

Boca Juniors fue su siguiente estación. No le temió a pedir la emblemática camiseta número 10. Aclaró que la solicitaba por su devoción a Juan Román Riquelme, objeto de culto para los fanáticos. Su personalidad, la misma que lo llevó a lucir una cabellera platinada en la jornada de ayer, fue elogiada. En una entrevista a El Gráfico, de Argentina, declaró que esa faceta la había heredado de sus padres.

En los xeneizes celebró en 11 ocasiones sobre 51 juegos disputados. La eliminación en la semifinal Copa Libertadores de 2016 a manos de Independiente del Valle marcaría el divorcio con los hinchas xeineizes quienes ayer, después de su consagratoria actuación frente a la escuadra de Hernán 'Bolillo' Gómez, se preguntaban quién y por qué lo había dejado partir del club. El clamor para un eventual retorno al club ribereño se tomó las redes sociales.