Paula Badosa (Nueva York, 15 de noviembre de 1997) es la nueva sensación española del circuito. Con su metro 80 de estatura, recuerda mucho a Maria Sharapova tanto por sus golpes como por su gran parecido físico. Esta semana es histórica para la tenista, ya que por primera vez se encuentra en el top ten y debutará en las Akron WTA Finals de Guadalajara, donde integra el Grupo Chichén Itzá junto a la bielorrusa Aryna Sabalenka, la griega Maria Sakkari y la polaca Iga Swiatek. Precisamente, desde la capital del Estado de Jalisco conversa con El Deportivo acerca de su vida en el tenis y sobre cómo ha ido cambiando su vida en estos meses.

¿Cuáles son sus sensaciones de llegar a Guadalajara?

—La verdad es que no puedo acabar la temporada de una manera mejor, estando en un WTA Finals. Es algo muy emocionante, no me lo esperaba para nada si me lo llegaban a decir a principios del año. Al final, muy contenta, intentando disfrutar de cada momento.

¿Cómo enfrenta el cansancio de una temporada tan extenuante?

—Ha sido un año muy intenso, yo he vivido cosas nuevas. Todo ha sido muy rápido, de repente; pero al final me ha ayudado mucho el hacer buenos resultados ahora a final del año. Como que te da un extra esa motivación que te ayuda a acabar el año dándolo todo. Solo queda un torneo, es un torneo durísimo, pero nos queda uno. Y al final, termina siendo una recompensa a todo este año.

¿Pensaba en tener una temporada así de buena?

—No. Recuerdo que en el primer torneo del año mi propio entrenador me dijo “si sigues jugando así, acabarás top 30″. ¿Top 30? Ojalá acabe top 50 y será un buen año (N. de la R: en ese momento era 70 del mundo). Entonces, imagínate cómo me siento de estar aquí.

Imagino que su vida cambió muchísimo…

—Cambió mucho, es totalmente diferente. Ha cambiado de un día para otro. Por eso digo que ha sido un año muy intenso, estoy viviendo experiencias nuevas. Es lo que has dicho tú, ha cambiado totalmente, y me tengo que ir acostumbrando y encontrar ese equilibrio para jugar al tenis y también estar disponible para cosas extradeportivas. Entonces, es difícil, pero la verdad que es un privilegio tener esas horas extra más. Así que estoy muy contenta.

Usted nació en Nueva York y sus padres se desarrollaron en el mundo de la moda. ¿Cómo fue crecer en ese ambiente?

—Sí, yo crecí ahí. Estuve siete años antes de ir a España. Mis padres trabajaban en el mundo de la moda, mi familia nunca ha estado relacionada con el deporte. Empecé a jugar tenis un poco por casualidad. Y la verdad que no lo puedo agradecer más, pero sí; crecer en una ciudad así es algo totalmente diferente. Pero después me fui a un pueblo pequeño a jugar tenis. Entonces, tengo una mezcla bastante grande.

¿Siente que haber nacido en Nueva York y ser hija de padres dedicados al mundo de la moda le ha ayudado para enfrentar las luces?

—Mentalmente siempre he sido una persona muy abierta, muy activa. A mí me gustan las ciudades grandes. En Nueva York tampoco tengo muchos recuerdos, pero sí puede ser que haya cosas que me ayudaran. Que mis padres hayan estado en un mundo tan intenso, sirvió que me educaran para que esté preparada para eso.

Usted es zurda, pero para el tenis no.

—Fue algo de un día para otro. Yo jugaba tenis con las dos manos. Cuando me cansaba de la derecha, jugaba un rato con la zurda. Y así iba jugando. Hasta que un día no me cansé con la mano derecha. Y dije, “bueno, pues me quedo con esa”. Pero fue un poco, porque todo lo demás lo hago con la zurda.

Lo suyo, entonces, es como lo de Rafa Nadal, quien es zurdo solo para el tenis. ¿Lo han hablado alguna vez?

—Nunca. Tengo una conversación pendiente con él, jajaja.

Al igual que usted, Chile también tendrá una debutante en Guadalajara como Alexa Guarachi. ¿La conoce?

—Sí, he coincidido con ella. Este año jugamos un dobles contra ella. Perdimos (ríe). La verdad es que juega muy bien. De hecho, jugamos a principio de año y me sorprendió. Dije “qué buen dobles”. Y además es una chica que siempre tiene una sonrisa en la cara y es muy agradable. No la conozco mucho, pero me ha marcado mucho que siempre va con una sonrisa muy grande, y eso me parece muy bueno.

¿Quiénes fueron sus ídolas en el tenis, en un país donde ha habido grandes jugadoras como Conchita Martínez, Arantxa Sánchez y Garbiñe Muguruza?

—No tuve la suerte de coincidir con la época de Conchita y Arantxa, aunque sé que han sido unas leyendas del deporte y del tenis español, pero sí que he tenido la suerte de crecer viendo mucho a Garbiñe. Cuando empezó a ser muy, muy buena e irrumpió en el top ten, era una jugadora que quizás salía un poco de lo común: española, alta, agresiva, con un juego muy dinámico... Era de mis favoritas y yo siempre me he sentido más identificada con ella por su estilo de juego que con las otras españolas. Entonces, siempre ha sido un espejo donde me he mirado, le he visto todos los WTA Finals y para mí es un honor y me emociona estar con ella aquí.

Paula Badosa en Tokio 2020, al momento en que sufrió el golpe de calor.

¿Qué recuerda de ese golpe de calor que la sacó de Tokio?

—Fue duro, porque estaba cerca y a la vez lejos. A un partido de semifinales, lo veía ahí... Mentalmente fue un golpe duro, lo sufrí, pero son cosas que pasan en el deporte. Eran condiciones muy duras, muy extremas, pero por suerte estoy aquí; pude recompensarlo bien después de ahí y acabar muy bien el año.

¿Cómo enfrenta a las redes sociales?

—Por suerte, de joven, no a este nivel, destaqué en juniors y sufrí un poco eso. Lo llevé bastante mal y he tenido unos años para poder aprender de esos errores. Ahora, sinceramente, no me afecta absolutamente nada. Está claro que a veces es muy intenso, pero intento coger distancia, estar un poco más al margen y centrarme en lo realmente importante. Sé que las redes sociales son importantes porque hay que cuidar a los fans, pero creo que hay que encontrar ese equilibrio para tener tus momentos y a la vez estar pendiente de eso. Tengo muy claro lo que quiero y lo que no, y lo llevo bastante bien.

Naomi Osaka puso en el tapete los problemas de salud en el tenis. ¿Cuál es su postura respecto de eso?

—Bueno, se lo has ido a preguntar a una que lo ha vivido en este aspecto. Justo después de la final de Indian Wells lo volví a comentar porque pensaba que era importante hacerlo en un momento en que me había ido bien. Pienso que es importante mandar el mensaje de que, por muy mal que lo estés pasando, si lo tratas, si luchas, si tienes esa perseverancia y si eres fuerte para salir de ahí, puedes triunfar. A mí me parece muy bien que Naomi Osaka, yo misma, Simone Biles o atletas que son tan grandes en este deporte hablen y normalicen una situación que es totalmente común. Nosotros vamos al gimnasio a entrenar el cuerpo, pero ¿por qué no podemos ir al psicólogo a entrenar la mente? Entonces, pienso que hay que ir normalizando todo esto y hay que ir viendo que un deportista es como un humano más: sufre, tiene miedo, tiene nervios… Si más se habla, pues más se va normalizando esta situación.

¿Y usted trabaja con un psicólogo?

—Sí. No le quiero llamar psicólogo. Le llamo más una persona de confianza, a quien le cuento cómo me siento; si algún día estoy mejor o peor y siempre está disponible para mí.

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