La simpleza como estrategia

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Con 'Mano Erudita, Ojo Salvaje', la gran muestra de Picasso en Santiago, CQ Estudio no solo demuestra su experiencia en exposiciones de gran envergadura, también se ve la sabiduría ganada en estos proyectos: el diseño y la museografía no pueden ser más que medios para destacar las obras.




Para todas sus grandes muestras el Centro Cultural Palacio La Moneda convoca a un grupo de oficinas especializadas, las que ellos saben son capaces de integrar en una propuesta diseño, arquitectura, gráfica, museografía, pero también pueden encargarse del proceso de construcción y montaje. Cuando Pedro Castro y Agustín Quiroga –socios fundadores de CQ Estudio– recibieron las bases para la exposición 'Mano Erudita, Ojo Salvaje', la más grande que hemos tenido en Chile sobre la obra de Pablo Picasso, supieron inmediatamente que la primera estrategia, la fundamental, tenía que ser la simpleza. "El diseño museográfico y el montaje tenían que estar en función de la obra y el recorrido cronológico que proponíamos. Escogimos elementos neutrales para destacar la obra, como parámetros verticales que separaran y organizaran los espacios, articulando un recorrido", dice Agustín.

Les contaron que en las reuniones para adjudicar el proyecto a una oficina, frente a la suya, los encargados de tomar la decisión dijeron 'esto es'.

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Agustín y Pedro cuentan que lo primero que hicieron fue buscar cada una de las 136 obras que contiene la muestra, imprimirlas, recortarlas y desplegarlas en el pizarrón de su oficina: "Queríamos entender su desarrollo como artista plástico y visual. Vimos que una cronología era la mejor manera de exponerlo".

Emilia Pinot, la curadora, estuvo en Santiago. Después el proceso continuó como un intercambio constante de archivos y anotaciones. Para ellos, que ya habían tenido experiencias como la exposición Tesoros de Egipto en el mismo centro cultural, trabajando con un número mucho más grande de piezas y bajo una curatoría compartida, 'Mano Erudita, Ojo Salvaje' resultó un proceso expedito: "Fuimos capaces de desarrollar un proyecto acotado y de buena manera. Prácticamente no hubo correcciones. Se aprobaron el layout, las estrategias y la elección de imágenes rápidamente".

La mayor parte de estas 136 piezas vinieron desde París y pertenecen el Museo y la Fundación Picasso. Algunas habían estado en una exposición previa en Sao Paulo y un número menor es parte de colecciones particulares. Aparte de una película que es parte de la curatoría francesa, la museografía no contempló ninguna estrategia audiovisual. "El resultado final es muy fidedigno a la propuesta que entregamos como anteproyecto. Si uno ve esa propuesta inicial y la compara con lo que se está mostrando en la realidad, son muy similares. Pero hubo un trabajo muy complementario con el centro cultural y con la Fundación Picasso en Francia. No fue algo que hicimos solos en la oficina, salió y volvió muchas veces, enriquecido", opina Pedro.

Este tipo de montaje es siempre un gran desafío en términos constructivos. En este caso contaron con alrededor de siete días para construir el sistema de tabiques que habían diseñado, para empastarlos y pintarlos, todo dentro del mismo centro cultural. En uno de los últimos días que le quedaban al 2016, Agustín y Pedro nos contaban todos estos pormenores entre decenas de adultos y niños recorriendo la muestra alrededor de las 11 de la mañana. Comprobaban satisfechos cómo el recorrido propuesto funcionaba fluidamente, cómo las frases de Picasso que seleccionaron para destacar funcionaban como pausas entre las obras y el público se detenía a procesarlas, cómo muchos veían la película en un espacio especialmente habilitado.

Parece que, como pensaron los encargados del CCPM cuando vieron la propuesta de CQ Estudio, cuando hay que mostrar a un artista como Picasso, 'esto es' lo que hay que hacer.

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