A más de un año de iniciada la inoculación masiva contra el Covid-19 en el país, más de 17 millones de personas ya cuentan con al menos una dosis de vacuna. Hasta este domingo, según cifras del Departamento de Estadísticas e Información de Salud del Ministerio de Salud, el 94,5% (17.365.228) de la población objetivo (mayores de tres años) tiene su primera dosis, el 92,2% (16.909.199) completó su esquema de vacunación basal.

Sin embargo, las cifras y los expertos dan cuenta de que con el paso del tiempo la pérdida de inmunidad es un hecho, pues tras seis meses, parte de la protección que otorga la vacuna disminuye. Por esta razón, la cartera de Salud determinó que eran necesarios dos refuerzos más.

El 11 de agosto del año pasado se inició la campaña de la tercera dosis, y desde entonces, 14.151.086 de personas se la han administrado. El proceso con el segundo refuerzo empezó el pasado 9 de febrero y, a la fecha, 4.771.153 personas cuentan con esta protección.

En el primer mes de la aplicación de la cuarta dosis se vio una ralentización en el avance de la campaña. De hecho, de acuerdo al análisis realizado por el Instituto de Políticas Públicas en Salud (IPPSUS) de la Universidad San Sebastián, el ritmo de vacunación contra el Covid-19 disminuyó un 56% en comparación con la tercera dosis.

Lo que continúa hasta ahora, pues de acuerdo con el análisis más reciente de la institución, si se compara el periodo actual con el equivalente al proceso anterior, hay una disminución del 52% en el ritmo de vacunación entre el primer y segundo refuerzo, es decir, una diferencia del 4%, en comparación con el análisis anterior.

Según estableció el IPSUSS, durante la aplicación del primer refuerzo se alcanzó un promedio diario de 78.887 personas inoculadas, cifra que en la cuarta dosis ha caído a una media de 36.937 vacunaciones diarias.

El médico y presidente de IPSUSS, Manuel José Irarrázaval, explicó que la caída en la velocidad de vacunación puede obedecer a “la pérdida del miedo al Covid-19 por parte de la población”, situación que ya tiene consecuencias negativas tras el aumento en el número de casos registrados en las últimas semanas.

De acuerdo a las cifras de la cartera sanitaria, las personas rezagadas -que han dejado pasar al menos seis meses desde su última vacuna- respecto de la dosis de refuerzo son 1.586.075, mientras que 2.451.847 están atrasadas con su cuarta dosis o segundo refuerzo.

Según la última actualización del Minsal, el 34% de la población objetivo tiene el segundo refuerzo, sin embargo, no en todo el país la situación es igual. Las regiones con menor porcentaje de vacunación con la cuarta dosis son: Arica (26,1%), Antofagasta (26,3%), Tarapacá (24,9%) y Los Lagos (25,5%). Mientras que, las con mayor cobertura son Magallanes (35,2%), Valparaíso y Metropolitana (34%).

Por esta razón las autoridades sanitarias anunciaron que a partir de este 1 junio se comenzarán a bloquear los Pases de Movilidad de las personas que, cumpliendo ya seis meses o más desde la dosis de refuerzo no se hayan inoculado con la cuarta dosis.

Al respecto, Irarrázaval indicó que falta una mayor fiscalización por parte de las autoridades sanitarias en el cumplimiento de las medidas de control. Si bien valora el condicionamiento del Pase de Movilidad con la colocación de la cuarta dosis, sostiene que si esto no va a acompañado de una supervisión, “no va a funcionar”: “Si esta medida no es verdaderamente exigida en los lugares de trabajo, establecimientos educacionales, restaurantes y otros espacios de uso público, es letra muerta”.

La mirada de los expertos

En los últimos días los casos han subido significativamente. Durante la última jornada el Ministerio de Salud registró 4.206 nuevos casos, número que por cuarto día consecutivo superó la barrera de los cuatro mil. A partir de estas cifras es que los expertos afirman que ya se inició un nuevo brote de Covid-19 y los contagios seguirán al alza.

Aunque los expertos sostienen que el incremento de los indicadores es consecuencia de diversos factores, algunos especialistas apuntan a la baja concurrencia a los puntos de vacunación como una de las principales razones. Además, insisten en que la inoculación será clave para frenar la circulación del virus y evitar cuadros graves.

La urgencióloga de la Clínica de la Universidad de los Andes y jefa del Departamento de Epidemiología de esa casa de estudios, Marcela Garrido, afirma que “como estamos atrasados con la cuarta dosis, tenemos población que está más expuesta. El calendario está bien estructurado para que cada persona reciba cada seis meses una dosis de refuerzo y el llamado es ponernos al día con este proceso, para tener una de protección más efectiva ante las eventualidades que vengan”.

El epidemiólogo y académico de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, Gabriel Cavada, es crítico con las medidas que han tomado las autoridades sanitarias. “Si se hubiera mantenido una comunicación de riesgo constante, los flujos de vacunación también habrían sido constante y probablemente no estaríamos en cifras tan urgentes. No son cifras malas, pero el proceso no está avanzando tan rápido”, concluye Cavada.