Con apenas nueve meses desde que se conoció la presencia del coronavirus Sars-CoV-2 en el planeta, la forma de propagación de este virus ha sido motivo de permanente discusión entre los científicos.

Cuando la información oficial desde la Organización Mundial de Salud (OMS) señalaba que el virus no “quedaba suspendido en el aire” sino que el contagio se producía por contacto directo con fluidos de una persona infectada, un grupo de más de 200 científicos de todo el mundo insistía en que sí se podía transmitir a través del aire.

El debate ha escalado a tal punto que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) tomaron la advertencia de este grupo de científicos y publicó en su sitio web una guía en la que aceptaba esta vía de transmisión. Tres días después, eliminaron esta guía que según ellos era parte de un borrador pero que todavía está siendo evaluada.

La duda respecto de la forma de transmisión persiste. ¿Qué dicen los científicos? Carlos Pérez, infectólogo Clínica Universidad de los Andes y decano Facultad de Medicina y Ciencia de la Universidad San Sebastián y Vivian Luchsinger, viróloga e investigadora del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, aclaran lo que ocurre.

Fluidos o aerosol

El coronavirus, al igual que otros virus respiratorios se transmite por vía respiratoria a partir de las gotas que expulsan por nariz y boca las personas que están contagiadas con el virus.

Si estas gotas, ingresan en la vía área de otra persona (ojos, nariz y boca), se puede contagiar con la enfermedad.

Según Pérez, en situaciones en las existe una atención a un paciente grave, hospitalizado, intubado, en la que se realizan procedimientos como broncoscopias, por ejemplo, se podrían generar aerosoles. Pero en situaciones habituales, esta posibilidad no es la vía de transmisión. “Lejos, lo más frecuente y la vía primordial es la transmisión directa por gotitas microscópicas entre una persona contagiada a otra sana, cuando están a corta distancia y sin protección”, dice.

Para Luchsinger, la transmisión sí es por aerosoles. “De acuerdo a la evidencia publicada sí hay transmisión por aerosol. Estamos en pandemia, en una situación critica y hay que extremar las precauciones. Hay publicaciones que han acreditado que en lugares cerrados, restoranes, buses, se ha transmitido por el aire”.

5 micrones, temperatura y humedad

La definición de aerosol está dado por el tamaño. Si estas secreciones que contienen el virus son expulsadas a través de la saliva o secreciones nasales al toser, gritar, cantar, hablar o estornudar y miden menos de cinco micrones o micras, entonces se habla de aerosol.

“Cuando se trata de aerosol, las gotitas son más pequeñas, pesan menos y por eso pueden viajar por el aire a una distancia mayor. Por eso hay un impacto en el mecanismos de transmisión. Casi todos los virus respiratorios se transmiten por aerosol, no creo que este coronavirus, sea distinto”, dice Luchsinger.

El virus está envuelto por una capa lipídica y para infectar debe estar intacta. Si esta capa se rompe, entonces la proteína Spike que está en la superficie no puede funcionar y el virus se queda sin la llave para abrir la cerradura de las células. “La humedad del aire y la temperatura, pueden afectar a esta cobertura lipídica. Si hay más humedad y menos temperatura, el manto se protege un poco más y puede permanecer infectivo por más tiempo", pero crear las condiciones para que esto se pueda manejar en la práctica es difícil", dice la viróloga.

¿Cuántos metros de distancia?

Saber a cuantos metros hay que estar de distancia de otra persona cuando se está sin protección, es difícil de definir desde la ciencia. Para eso, dice Pérez, habría que exponer a la población a diferentes distancias y ver cuál de ellas se infectó, algo que claramente no se puede hacer. “Los datos que se manejan vienen de la observación de los científicos. Los que está claro es que un metro es al menos lo imprescindible y que lo ideal es de un metro hacia arriba. Hay estudios que hablan de seis pies, eso es casi dos metros, un metro y 80 centímetros”.

Para Luchsinger, la distancia mínima debe ser de dos metros.

Una empleada con un escudo facial ordena máscaras de Halloween en una tienda de disfraces. Foto: Reuters

¿Sirven los escudos faciales?

“Sí, si sirven, pero principalmente para evitar que nos toquemos constantemente la cara”, dice la viróloga del ICBM. Según esta especialista, la mascarilla, bien utilizada, tapando nariz y boca es lo único que ha demostrado ser útil como protección frente al virus.

“Algunos estudios dicen que los protectores faciales sirven y otros dicen que no. Lo que ocurre es que dan una sensación de confianza, pero son complementarios a la mascarilla. Si solo se usa protector facial, el virus se puede pasar por arriba, por abajo o los costados. Si se usa con la mascarilla, al mismo tiempo, ayuda a que la vida útil de la mascarilla sea un poco más larga, otorga protección a los ojos y sobre todo, sirve como un elemento disuasivo para que no nos toquemos la cara”, explica Luchsinger.

¿Existen los superpropagadores?

La persona que está contagiada con el virus, tiene síntomas y grita o tose sin protección, seguramente lo propagará más que otra que estando contagiada, no tiene síntomas y no grita. Esa es la explicación que da el infectólogo para describir a los “superpropagadores”, personas que por diferentes circunstancias son capaces de contagiar a muchas personas.

“Hay casos como el de una persona que cantaba en un coro y contagio a más de 50 que estaban a su alrededor, pero era una sala cerrada, cantando por lo que las gotitas microscópicas podían ir más lejos... más que determinantes biológicas, creo que es una conjugación de factores”, dice Pérez.

Se sabe que las personas que están contagiadas, con síntomas, transmiten más que los asintomáticos, y que son especialmente contagiosos cuando están en la primera semana de la enfermedad porque tienen mayor carga viral