Veinte años han pasado desde el último título de Primera División de Santiago Wanderers. Hoy, la realidad es absolutamente distinta y el equipo completa el peor arranque histórico en la máxima categoría, con apenas un punto en 14 partidos, además de una situación económica precaria que ha obligado a reducir los costos dramáticamente. En ese escenario, Reinaldo Sánchez, el presidente de aquel resonante éxito de 2001, decidió volver a controlar el club.

Esta mañana, la Comisión para el Mercado Financiero ratificó que el empresario se convirtió en el máximo accionista de la institución al adquirir el 60% del paquete, totalizando 50.037.083 acciones. De acuerdo al oficio, el extimonel del fútbol chileno se las compró al actual mandamás porteño, Rafael González, quien ahora solo dispone del 15,75%.

Hace unos días, Sánchez, hoy de 76 años, reconocía a El Deportivo sus ganas de ayudar al club de sus amores y se entusiasmaba con lo que podía hacer. ”Es muy difícil, no hay que sembrar falsas ilusiones. ¿Pero le digo algo? Yo tomé a Wanderers en 1992 cuando estuvo a punto de bajar a Tercera y lo salvé. Estábamos en Segunda. Ya lo salvé una vez. Eso sí, ese equipo tenía mejores jugadores que ahora”, expresó.

De hecho, sobre este último punto el nuevo dueño fue lapidario: “Creo que la directiva de Santiago Wanderers tuvo mala suerte en algunas contrataciones. Por lo que yo sé, en la parte económica está bastante bien el club. El tema fueron las contrataciones”.

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