El Tren de Aragua intensifica su presencia en Chile: brazo del temido cartel venezolano supera los 100 integrantes activos en el país

Una de las bandas criminales más temidas y poderosas de Venezuela, que se caracteriza por su extrema violencia, ya consolidó sus operaciones por toda la costa del Pacífico hasta Chile. La PDI ya estableció que en 2018 el líder de esta organización ordenó a uno de sus lugartenientes viajar a Chile a armar la estructura del grupo criminal y tomar el control de amplias zonas del país para expandir sus negocios ilícitos, entre los que figuran homicidios por encargo, secuestros, trata de personas para explotación sexual y extorsiones.


- Esto va para todos los venezolanos presos en Iquique, en el módulo 41.

- Hermano, andan haciendo el loco. Haciendo los malos, entrando a coño así a palos a los “panas”, sin razón. Este mensaje va para todos los que han ido apoyando a los malos: No vamos a tener compasión, ni a creer en nadie. Todo aquel que se vuelva loco con Zeús, Yolo y Aguila, los hermanos que están en Iquique (...) Vuélvanse locos que se van a morir toítos. Para que tengan claro, estamos distribuidos en cualquier distrito de Chile y dónde se encuentren, no vamos a creer en nadie, papá (sic)”.

El mensaje de apenas 46 segundos, contenido en un video grabado mediante un celular y enviado vía WhatsApp el 26 de junio pasado a los reclusos de la cárcel de Iquique, y en el que se exhibían siete pistolas automáticas, 10 granadas de uso militar y diversa munición, fue la pista que permitió a la Fiscalía de Tarapacá y la PDI abrir la primera investigación en contra de la cúpula en Chile del Tren de Aragua, la temida banda criminal venezolana, que ya ha expandido su accionar a más de cinco países de la región.

Tras varios meses de investigación, el 24 de marzo pasado, la PDI detuvo en Quilpué a Carlos González Vaca, un joven venezolano de 33 años, apodado “Estrella”, a quien la Fiscalía de Tarapacá sindica como “lugarteniente” -cabecilla- de uno de los brazos operativos del Tren de Aragua en Chile. Hasta ahora la fiscalía le imputa más de una decena de delitos graves: homicidios, secuestros, trata de personas para explotación sexual y extorsión, entre otros.

Según los antecedentes que posee la Fiscalía de Tarapacá, sólo la estructura comandada por González Vaca (Estrella), tiene más de 100 involucrados e incluye a abogados y policías que actúan en un tercer anillo de protección y como facilitadores de las acciones ilícitas de esta banda. Es decir, un modelo que les permite tener un amplio espectro de operaciones y movimientos.

Hasta ahora, sin embargo, sólo una decena de los integrantes han sido detenidos e imputados en una causa cuya investigación seguirá en reserva hasta fines de agosto por orden del tribunal de garantía.

La mayoría figuran apenas con un apodo en el mapa del Tren de Aragua que ha logrado armar la Jefatura Nacional Antinarcóticos y el Crimen Organizado de la PDI, que dirige el prefecto Paulo Contreras, junto a la Unidad de Análisis Criminal y Focos Investigativos de la Fiscalía de Tarapacá, que encabeza Paola Apablaza.

“La identificación ha sido muy complicada, porque no tenemos acceso a una base de datos adecuada. Muchos poseen varias identidades venezolanas falsas y las autoridades venezolanas no han ayudado a verificar sus verdaderos nombres”, indican fuentes de la Fiscalía de Tarapacá.

Y la investigación es de una importancia capital, dada la relevancia del Tren de Aragua no sólo en Chile, sino que a nivel continental. Una muestra: en los últimos días, diversos medios de prensa en Colombia han apuntado a que se indaga el rol que pueda haber tenido la organización en el asesinato del fiscal antidrogas paraguayo Marcelo Pecci, donde habrían actuado en coordinación con otros grupos de relevancia en la región, como el Primer Comando de la Capital brasileño (PCC).

El inicio: Zeus, Águila y Satanás

Fue a mediados de junio del año pasado, durante un control policial antidrogas en la región de Tarapacá, cuando la fiscalía y la PDI comenzaron a armar el puzle.

En esa fecha cayeron detenidos los ciudadanos venezolanos Juan Trejo Barbilla (alias Águila) y Zeus Velásquez Aquino. Ambos portaban en total cerca de 30 kilos de ketamina, un anestésico de uso veterinario que se ha popularizado como droga ilegal, por sus efectos alucinógenos y porque es la base para la elaboración de lo que en Chile se comercializa como tusi, droga que ha ampliado su impacto en el último tiempo en nuestro país.

Para la fiscalía, inicialmente, se trataba sólo de dos “mulas” o “burreros”, migrantes irregulares que son empleados por organizaciones criminales para el tráfico de drogas a través de las fronteras. Algo que se ha hecho común en la zona.

Sólo en la región de Tarapacá el último año el tráfico de ketamina creció en un 166 % respecto del año anterior.

Pero eran más que eso.

“Datos proporcionados por migrantes venezolanos que han cooperado con la policía como testigos protegidos nos decían que eran mucho más que dos simples burreros los que teníamos detenidos en la cárcel de Alto Hospicio”, señalan fuentes de la Fiscalía de Tarapacá.

El video con las amenazas de muerte a los presos del módulo 41 de la cárcel de Alto Hospicio por golpear a Zeus y a Águila vino a corroborar los datos que estaban recibiendo. Era un reconocimiento oficial de que se trataba de miembros del Tren de Aragua.

La revisión de los celulares de Zeus y Águila, además del de un tercer venezolano –Yolo Basaure- también preso por tráfico de ketamina en la cárcel de Alto Hospicio desde agosto pasado, permitió obtener valiosa información sobre la estructura de esta banda en Chile, según indican en la Fiscalía de Tarapacá.

“Numerosos audios incautados por la policía en estos celulares daban cuenta de que todos reportaban directamente de sus acciones a Estrella”, añaden las mismas fuentes. Los audios también mencionan el apodo de Satanás, uno de los principales sicarios de la organización presente en Chile.

Escucha aquí uno de los audios que descubrió la policía sobre el rol de Estrella en la organización.

El rol de Estrella como jefe o lugarteniente de la organización en Chile y de Satanás como sicario de la banda se vería reforzado durante la investigación gracias a la ayuda de la policía peruana.

“En nuestras investigaciones logramos obtener audios que señalan que uno de los cabecillas del Tren de Aragua se habría trasladado a Chile para expandir las operaciones de esta organización, tal como antes lo habían hecho en Perú. Se trata del mismo lugarteniente del brazo armado que integra Satanás, quien también operó en Perú”, señala el coronel de la PNP Víctor Reboredo, uno de los jefes de la fuerza de tarea creada por la policía peruana para combatir a las organizaciones de crimen organizado.

Desde 2019 que la policía peruana había logrado detener e identificar a Satanás como David Landaeta Garlotti, autor de delitos de proxenetismo y asesinato por encargo cometidos en varios países. Lo que no sabían era que Landaeta estaba en libertad y había huido a Chile pese a tener medidas cautelares, entre otras causas, por el homicidio frustrado de un policía peruano.

Fotografía tomada por la Policía Nacional de Perú tras detener a Hernán Landaeta Garlotti, alias Satanás.

De eso se enteraron a mediados de marzo, en una de las dos reuniones de alto nivel que se han realizado entre las policías de Perú y Chile para intercambiar información y experiencias en el combate a las bandas de crimen organizado venezolanas.

El nivel de coordinación con la policía peruana, sin embargo, no ha podido replicarse con las autoridades venezolanas, ni bolivianas, un déficit que afecta seriamente el combate del crimen transfronterizo.

Sicarios, secuestros y extorsiones

“Satanás” sería el culpable de que la PDI tuviera que apresurar el golpe a la cúpula del Tren de Aragua en Chile, cuando aún faltaban muchas piezas por encuadrar.

El 23 de marzo pasado, tras asesinar a tiros a un ciudadano venezolano en el desierto, cerca de Alto Hospicio -crimen que filmó con su celular, una práctica habitual en esta organización-, Satanás se desplazó inesperadamente a Huara. Para la policía era señal de que intentaba salir de Chile rumbo a Bolivia por un paso no habilitado controlado por el Tren de Aragua.

“Sabemos que el Tren de Aragua tiene una base de operaciones en Huara. Todas las personas que han sido secuestradas han sido llevadas a la “base Huara”. Pero no saben si es una casa u otra instalación”, afirman fuentes de la Fiscalía de Tarapacá.

Fue así que todo se precipitó. En operativos simultáneos, el 24 de marzo cayeron detenidos, en Quilpué, el presunto líder de la banda, Carlos Gonzaléz Vaca (alias Estrella). En Quillota, Joel Henríquez Castillo, sindicado como encargado de seguridad y logística; y Jhoblimer Vásquez Santana (alias Titi), sindicado como responsable del cobro de las “vacunas” (comisiones) a los coyotes por el ingreso de migrantes por pasos no habilitados que están bajo el control del Tren de Aragua. Tarea, esta última, que también desempeñaba desde Santiago el venezolano Juan Blanco Berrotán, según los antecedentes que maneja la fiscalía.

En Iquique, en tanto, fueron detenidos Carlos Mendoza Gómez (alias Bambam), a quien se le imputan delitos de secuestro extorsivo y cobro de rescates; y Luisa Moreno Rodríguez (alias la “Tía”) quien junto a otra mujer que se encuentra prófuga estaban a cargo del cobro de dinero a las redes de prostitución a las que el Tren de Aragua vende mujeres víctimas de trata de personas para explotación sexual, uno de los delitos que más ha crecido en el último año y que, según análisis de inteligencia policial se ha convertido en una de las principales fuentes de ingresos del Tren de Aragua.

La investigación al Tren de Aragua ha sido muy compleja, admiten en la Fiscalía de Tarapacá. “Nos percatamos que los miembros de la banda trabajan por turnos. Es decir, deben pasar una temporada en la frontera. Luego los cambian y los mandan a la Quinta Región y a su vez, los que están en Valparaíso son trasladados a Iquique y la frontera. Así los van rotando. En cada lugar cumplen funciones o roles específicos”, señalan fuentes de la Fiscalía de Tarapacá.

Este movimiento permanente de funciones -unas semanas están a cargo del cobro a los coyotes, después son destinados al control de las mujeres que son explotadas sexualmente, luego se encargan del tráfico de drogas o de las extorsiones- les ha facilitado eludir la persecución judicial.

Huara es sólo una de las “plazas” que han sido detectadas en Chile. La Fiscalía de Tarapacá y la PDI ya han logrado determinar que el Tren de Aragua se desplazó desde la zonas fronterizas del norte grande hacia el sur de Chile. “En varias capitales regionales, la banda maneja departamentos relacionados con el negocio de la prostitución, también casas de seguridad, utilizadas como lugares de encuentro de la banda y a donde son llevadas las personas a las que van a secuestrar y torturar”, añaden las mismas fuentes de la fiscalía.

En Arica, Iquique, Alto Hospicio, Huara, Calama, Antofagasta, Coquimbo, en la Región de Valparaíso (en localidades de Quilpué, Quillota y Viña del Mar Alto); Santiago, Rancagua, Concepción, Temuco y Puerto Montt, ya se ha detectado la existencia de “plazas” del Tren de Aragua, gracias a los mensajes de audio incautados por la policía a parte de la cúpula de la organización.

“Tenemos definido que la trata de personas para explotación sexual se ve con más fuerza de Santiago al sur. La mayoría de los secuestros extorsivos se dan en Santiago, mientras los homicidios los vemos en el norte”, explica el jefe nacional Antinarcóticos y contra el Crimen Organizado de la PDI, prefecto Paulo Contreras.

Delitos que no son denunciados y que afectan, hasta el momento, casi exclusivamente a extranjeros.

“Los fenómenos más complejos se dan en Tarapacá. Allá el Tren de Aragua, o sus diferentes componentes, tienen un comportamiento muy diferente al que muestran en Santiago. Nosotros estamos estudiando porque en el norte tiene un comportamiento mucho más violento que el que muestran en el sur, siendo parte de una misma organización”, admite el prefecto Contreras.

Para la Fiscalía de Tarapacá la situación es angustiante. El año pasado, los homicidios en esa región aumentaron de 18, registrados en 2020, a 52. Y en lo que va de este año, las tasas de asesinatos por cada 100 mil habitantes en Tarapacá son similares a los de los países más violentos de Centroamérica, algo que se escapa a la realidad del resto del territorio nacional, donde estamos por debajo de Uruguay como uno de los países con menos homicidios de América del Sur.

En dicha repartición indican que, usando parámetros de las Naciones Unidas, llegaron a establecer que en más del 50% de los homicidios que se produjeron el año pasado en Tarapacá se podían definir como homicidios intencionales relacionados con actividades de crimen organizado. Y eso no es lo único que inquieta.

“En los celulares de Satanás y de Estrella encontramos videos de una criminalidad a la que no estábamos habituados. Con asesinatos y torturas horrendas. Son formas de enviar mensajes a otros de lo que podría pasarles si no le hacen caso al Tren de Aragua”, aseguran fuentes de la Fiscalía de Tarapacá.

Dos estrellas tatuadas

Por los antecedentes que han logrado reunir hasta ahora las policías de Chile y Perú sobre el Tren de Aragua, se presume que fue a fines del 2017 o inicios del 2018, cuando los mandos superiores del Tren de Aragua le ordenaron a Carlos González Vaca (alias Estrella) trasladarse a Chile para hacerse cargo de las operaciones de esta organización criminal en territorio chileno.

Por eso, sostienen fuentes de la Fiscalía de Tarapacá, González Vaca es uno de los pocos miembros del Tren de Aragua que regulariza su situación migratoria, estando en Chile, y consigue un contrato de trabajo con empresas de delivery que operan mediante plataformas web.

Para la policía estos trabajos son más que una fachada. “Hemos logrado establecer que estas megabandas utilizan la información de los clientes de estas aplicaciones, que luego es utilizada para seleccionar posibles víctimas de extorsiones y secuestros”, señalan fuentes de la fiscalía de Tarapacá. Una arista que está siendo investigada por la Brigada de Inteligencia Policial de la PDI.

Los contratos de trabajo con Uber Eats y otras plataformas le permiten a González Vaca arrendar propiedades y crear sociedades.

Primero un departamento en Iquique, en el sector de La Península, en un sector de clase media, donde abundan los hostales y centros nocturnos. Inmueble que ocupaba sólo en algunas ocasiones, cuando se hacía imprescindible su presencia en el norte.

La mayor parte del tiempo, sin embargo, lo pasaba en Quilpúe, en la Región de Valparaíso, donde arrendó el departamento 909, de la torre Los Ciruelos, en un condominio de varios edificios de 17 pisos, destinados principalmente a inversión y al que han llegado a vivir en los últimos años una gran cantidad de venezolanos.

En un departamento del noveno piso del edificio Los Ciruelos, en la ciudad de Quilpué, vivía el líder del brazo en Chile del Tren de Aragua.

Un condominio ubicado estratégicamente junto a una autopista que conecta a Santiago con Viña del Mar y a otra ruta que conecta a las localidades interiores de Valparaíso.

Se trata de un departamento pequeño, de 56 metros cuadrados, tres dormitorios y un baño, por el que pagaba $ 350.000 mensuales de arriendo, con estacionamiento, más otros $ 50.000 de gastos comunes.

A diferencia de otras bandas criminales, que suelen ostentar los ingresos que obtienen por medio de ilícitos, para los altos mandos del Tren de Aragua, al menos en ese aspecto, la norma es todo lo contrario. En Chile, no compran propiedades, sino que arriendan inmuebles de clase media y media baja en los que viven y operan.

La razón es simple: la mayor parte del dinero que recauda la banda en Chile por medio de la trata de mujeres para explotación sexual, tráfico de drogas, extorsiones y secuestros, entre muchos otros delitos, es enviada a Caracas para el pago de “la causa” o porcentaje que deben pagar al líder de la banda, Héctor Rusthenford Guerrero Flores (alias el niño Guerrero), en la cárcel de Tocorón, como tributo para poder operar en Chile como miembros del Tren de Aragua.

Entre agosto de 2021 y marzo de 2022, se detectaron 95 envíos de dinero a Venezuela por parte de la estructura en Chile que lideraba Estrella, los que se realizaron a través de una empresa con sede en el centro de Santiago -a sólo dos cuadras de la dirección nacional de la PDI y a ocho calles del Palacio de La Moneda- dedicada a la transferencia internacional de divisas, principalmente desde Chile a Perú y Venezuela, y que fue creada a través de la plataforma online Mi empresa en un día, por lo que no está sujeta al control de la Comisión de Mercado Financiero.

Hasta ahora la policía no ha logrado establecer cuántas otras sociedades como ésta -cuyo nombre mantendremos en reserva, mientras sigue adelante la investigación judicial- han sido creadas en Chile y están siendo utilizadas por el Tren de Aragua.

Las remesas se hacían en montos pequeños, de entre $ 70.000 y $ 300.000, para evitar activar las alertas financieras. Los depósitos los hacían numerosas personas que “prestan” este servicio a la banda, algunos de ellos, incluso bajo amenaza.

En Venezuela, el dinero es retirado por familiares, y depositados nuevamente en las cuentas corrientes que controla el jefe del Tren de Aragua. En la cárcel de Tocorón, el Niño Guerrero posee un cajero automático y antenas satelitales con las cuales controla sus negocios.

Hasta ahora, las investigaciones abiertas en Perú y en Chile contra el Tren de Aragua no han logrado establecer el porcentaje del dinero que deben pagar como tributo al Niño Guerrero cada una de las facciones para operar localmente como parte del Tren. Lo que sí se sabe es que la organización también está utilizando criptomonedas para mover y blanquear el dinero y que la organización criminal está utilizando mucho de lo recaudado en la compra de propiedades en Venezuela.

En Chile, parte de los recursos se utilizan en el pago de arriendos y especialmente en la compra de vehículos, los que son usados en sus actividades criminales. Una docena de automóviles y minivan fueron incautados al grupo de Estrella al momento de su detención.

Para sus vecinos del edificio Los Ciruelos, González Vaca era un joven migrante venezolano, “quitado de bulla” y tranquilo, al que de vez en cuando veían caminando en el estacionamiento junto a su perro.

Aparentemente, llevaba una vida normal, de bajo perfil, y cada cierto tiempo se ausentaba por varios días.

Pero poco más se atreven a contar los vecinos. Tras su detención, el miedo se ha extendido entre los habitantes del condominio.

“Hemos logrado establecer que el control de la organización lo hacía por mensajes de WhatsApp, los que eran enviados a los celulares de los responsables directos de cada una de las líneas de acción criminal de la banda, quiénes a su vez, los reenviaban a los encargados de ejecutar las órdenes”, señalan fuentes de la Fiscalía de Tarapacá.

Según ha logrado establecer la fiscalía, muchos de los miembros de la facción del Tren de Aragua no conocían personalmente a González Vaca, pero todos sabían que era el jefe de la organización en Chile.

Por medio de otro teléfono celular, que fue incautado al momento de su detención, aseguran fuentes de la policía, González Vaca se comunicaba directamente a la cárcel de Tocorón con el “Niño” Guerrero.

Sólo si llamaban de ese número, que tenían registrado en Tocorón, contestaba el Niño Guerrero, aseveran fuentes de la policía.

La mayoría de las instrucciones que recibía Estrella, sin embargo, no las impartía directamente el Niño Guerrero, sino que Edison Agustín Ibarra (alias Catire Santa Rita), segundo en la línea de mando de este brazo operativo del Tren de Aragua y quien está a cargo de todas las operaciones de la organización en la costa Pacífica de América del Sur -pese a encontrarse detenido en un penal peruano desde agosto de 2018-, por lo que, en la línea de mando del Tren de Aragua, se le conoce como un “Lucero”.

Con apenas 26 años de edad –y un amplio prontuario policial que incluye un primer homicidio en Venezuela cuando tenía 14 años-, “Catire Santa Rita” había sacado residencia legal en Perú, un privilegio al que sólo los jefes operativos del Tren de Aragua pueden aspirar.

Antes de ingresar a Perú habría estado a cargo de montar las estructuras del Tren de Aragua en Colombia y Ecuador. Lo que venía después, de la mano de Estrella como su lugarteniente, era la ampliación de sus operaciones criminales a Chile.

En diversos audios incautados por la policía peruana en los celulares de Edison Ibarra –alias Catire Santa Rita- él da instrucciones a los miembros de la banda que viajan a Chile que se pongan en contacto con “Estrella”.

Es más: ninguna banda local podía trabajar con el Tren de Aragua si no tenía la venia directa de la jefatura en Venezuela o bien desde Perú, a través de Catire Santa Rita. Labor que siguen haciendo desde los penales donde están recluidos.

Un comportamiento queda claro por las instrucciones que se envían entre los integrantes de la banda y que fueron registrados por la policía. Escucha aquí.

Algo que, según se está investigando, también puede estar ocurriendo con la cúpula del Tren de Aragua detenida en Chile.

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