A diez días de la verdad: El lío de resolver todas las primarias presidenciables posibles en menos de 72 horas

¿Chile Vamos inscribirá 4 ó 5 candidatos? ¿La UDI llevará solo a Lavín y a qué precio? ¿Unión Constituyente se arriesgará a alterar una primaria en que ninguno de sus nombres supera los dos dígitos? ¿Qué tendría que pasar para que entre Provoste? ¿Qué ocurre con Daniel Jadue y Pamela Jiles? A última hora del miércoles 19 -justo después de la megaelección- se cierran las matrículas para esas definiciones.


La verdad caerá a las 23.59 del miércoles 19 de mayo. Solo después de eso sabremos cuántas y qué primarias presidenciales se jugarán el 18 de julio. Por cada una sobrevivirá un nombre que quedará en la papeleta para la primera vuelta del 23 de noviembre. Después se sumarán más, hasta que la lista definitiva de luchadores por la tricolor se cierre con aldaba la noche del 21 de agosto. A partir de ahí, nadie entra, nadie sale.

Los diez días que quedan para matricularse ante el Servicio Electoral -algo de luz sobre esta insólita e impredecible presidencial- estirarán este thriller. Las cabezas de los partidos no prometen certezas: un racimo de dudas pende del desenlace de la megaelección del próximo fin de semana.

La lista es eterna. ¿Chile Vamos inscribirá 4 ó 5 candidatos? ¿La UDI llevará solo a Joaquín Lavín y a qué precio? ¿Unión Constituyente se arriesgará a alterar una primaria en que ninguno de sus nombres llega a los dos dígitos? ¿Qué tendría que pasar para que entre Yasna Provoste?

Sacar el ábaco antes de la noche del domingo 16 es inútil. Ciertas derrotas -en la constituyente, en tal o cual gobernación regional o en la municipal- podrían pulverizar planes. El lunes 17, dirigentes y precandidatos ojerosos tendrán menos de 72 horas para tragar números y tomar decisiones sin vuelta atrás.

Ahí se comenzará a depurar una coreografía de al menos 17 nombres entre pretendientes militantes, aspirantes sin partido y posibles “tapados”.

Qué diría Jaime

Quizá la tarde del lunes 17 la TV tenga la pantalla dividida entre la Junta Nacional DC -convocada para proclamar a Ximena Rincón- y el Consejo General UDI, donde concluirá el drama de Lavín y/o Evelyn Matthei. En el bando del alcalde y en la directiva de Javier Macaya admiten que aunque ‘pasen máquina’, no será gratis.

La gresca entre las facciones de la alcaldesa que perdió la presidencial del 2017 y la del alcalde que perdió las de 1999 y 2005 ya infirió el primer corte: distrajo tiempo y fuerza de los metros finales de una campaña en que la derecha podría sufrir reveses en gobernadores regionales y en la constituyente. El daño interno en la UDI podría incidir en la primaria de Chile Vamos y eso lo saben Sebastián Sichel, Mario Desbordes (RN) e Ignacio Briones (Evópoli).

Uno, la mesa de Macaya se podría haber ahorrado esta crisis si hubiese sincerado desde un comienzo que llevaría un nombre a la primaria. “Habría dejado sin argumentos a Matthei” (ha insistido que nunca se lo advirtieron), reconocen los lavinistas, que ya hicieron ver el error a la directiva.

Dos, la raíz de la reyerta. En noviembre ella le advirtió a la lista con que Macaya competía por la mesa UDI -meses antes de repetir la frase por los medios- que no la bajarían por secretaría y que no apoyaría ni a él ni a Víctor Pérez.

Se incubó recelo. Los partidarios de ella leyeron que la nueva directiva no era neutral. Macaya sucedió al mando del partido a Ernesto Silva cuando éste cayó (2015) por el Caso Penta; Silva es la cabeza del comando del alcalde. La secretaria general María José Hoffmann (su “no nos va temblar la mano” a Matthei incendió más pasto) está casada con Gonzalo Müller, brazo de Lavín.

Y como la alcaldesa tiene de su lado a la exjefa UDI Jacqueline Van Rysselberghe -se opone al alcalde, parece preferir a Sichel-, esta pugna está cruzada por la que libran la exdirectiva y la que lleva cinco meses.

En el partido leen que cuando Matthei vio que la mesa -y por tanto Lavín- se llevaba la semana pasada el mejor trozo de la nueva comisión política y del nuevo consejo general que zanjará esto, decidió terminar con el cuento de que si iba a o no iba.

Tres. El argumento de Lavín (además de ser mejor carta en una segunda vuelta, cosa que el bando de su rival rebate) es que si van los dos, la UDI pierde la primaria y queda fuera de noviembre. El de Matthei es que no. Dijo que cuando se juntaron el sábado él le mostró una encuesta en que lideraba, ella figuraba segunda, y el tercero “bastante más lejos”. Según la gente de Lavín, no era tan así, los números pueden haber sido 25%, 20% y 12% para Sichel, pero eran del verano y no marcaban tendencia.

Y alertan: “Ir a una primaria con los dos es imposible. Si nos dividimos en cada comuna, distrito, territorio, sede, y además compitiendo con terceros, toda la maquinaria UDI se nos volvería en contra”.

El bando de Matthei sabe que perdería en un mano-a-mano con Lavín en el Consejo General del 17 en la tarde. La directiva aún no decide si hará que los 488 delegados voten dos veces o no: una para que zanjen si llevan 1 ó 2 nombres y otra para que elijan entre ambos. En la mesa de Macaya algunos quieren que solo pregunten cuál de los dos porque hay que “demostrar liderazgo”.

Pero antes de eso -cuatro- está el suspenso clavado en la noche antes de la asamblea, cuando se sepa si Lavín consigue que Daniela Peñaloza herede su alcaldía, cubriéndole las espaldas, o si ella pierde y Las Condes queda en manos de Gonzalo de la Carrera, el candidato que le puso al frente José Antonio Kast.

En el verano le oyeron al alcalde aprensiones de que en una primaria con Matthei se infiltren adherentes de Kast que voten por ella. El Republicano y la alcaldesa hablan. El 2010 ella se se unió a la lista con que él perdió ante Juan Antonio Coloma por la interna UDI. El jueves Kast lamentó “los intentos de sacarla por secretaría”.

En el anillo lavinista hay quien dice que Las Condes está muy disputada y con un final de miedo. Otra voz describe a un De la Carrera que no sube ni baja mucho del rango del 25%; que a comienzos de año Peñaloza orbitaba el 12% y que ha ido escalando hasta las inmediaciones del 30%.

Márgenes de error de más o de menos, ambas versiones insisten en que el el alcalde está muy inquieto por esto. ¿Cuánto, en la escala del 1 al 5? Una dice 4; la otra, 5. Comenzó a pedir días administrativos e irá al cierre de campaña.

Perder Las Condes sería más que un símbolo. De la Carrera ha insistido en que la municipalidad ha cometido irregularidades y exige “no más operadores políticos”. En marzo acusó a Peñaloza por pagos de horas extra que, aunque ella negó, la llevó a publicar su liquidación de sueldo en Twitter para desmentirlo.

Si el 17 Peñaloza amanece triunfante, en la UDI muchos creen que no será decisivo si Matthei llega a arrasar en Providencia y asegurar el concejo, y que se impondrá Lavín. Si Peñaloza pierde y la exministra llega victoriosa, podrían abrirse dudas que la directiva tendrá horas para resolver.

La alcaldesa -según una versión- ya habría hecho saber al otro bando que si pasa eso y deciden echar marcha atrás y llevarla a ella, podría ya no estar disponible.

¿Provoste?

La tarde del lunes 17 también puede ser tensa en la oposición. El guión dice que habría una o dos primarias. En el papel, Unidad Constituyente hará una entre Ximena Rincón (DC), Paula Narváez (PS), Heraldo Muñoz (PPD), Carlos Maldonado (PR) y tal vez Pablo Vidal (Nuevo Trato). Pero con ellos bajo los dos dígitos en intención de voto en las encuestas, valla que Daniel Jadue (PC) y Pamela Jiles (PH) ya pasaron, y las especulaciones sobre la presidenta del Senado, hay ruido.

El debate no se ha declarado en el PDC, en cuya plana mayor reprueban que Laura Albornoz dijera que la Junta Nacional “podría proclamar a otra candidata presidencial” y que “Fuad (Chahin, presidente) y la propia Yasna, tanto como Ximena, tendrán que reflexionar qué es lo mejor para el país”.

En el mando DC admiten que hay una presión que podría volverse un problema que -eventualmente- obligaría a mirar de otra forma la Junta Nacional de esa tarde. Sería el caso si hubiesen más encuestas a favor de Provoste, o si ella superara inapelablemente a Rincón, pero eso no va ocurrir: ni Cadem, ni Criteria, ni Data Influye harán más porque la ley las prohíbe 15 días antes de las elecciones.

En el PS algunos dirigentes admiten -muy en reserva- que con tal vuelco podrían tener mayores opciones porque temen que si Rincón gana la primaria, parte del pueblo socialista se iría con Jadue en primera vuelta. El partido que lidera Álvaro Elizalde ya se molestó con el alcalde PC por ese video en que los invitó a unirse a él aludiendo “al legado de Allende, del que me siento depositario”.

Resolverlo está difícil. Para algunos partidarios de deshacer todo, el resto tendría que bajarse en favor de Provoste y no hacer las primarias. Heraldo Muñoz, dicen, no se retirará y ni siquiera cree posible ese destino alternativo. En el PS se dicen firmes con Narváez, pase lo que pase.

Y uno, el bloque no se va involucrar en un asunto -que si se da- está solo en manos DC; dos, pesa el trauma de haber llevado a Alejandro Guillier directo a primera vuelta la vez pasada. Pero, tres, también está el temor que una primaria arrastre poca gente. En la UC especulan con que podrían convocar entre unas 250 mil personas (como para su primaria de gobernadores) y 400 ó 500 mil. Chile Vamos estima que la suya debería estar entre un piso de 800 mil ó 1 millón, y un techo como el del millón y medio de la del 2017.

Rincón ha reiterado internamente que tal escenario no es posible: se considera más competitiva y ya ganó una definición interna en que votaron unas 27 mil almas. En su equipo argumentan que la misma Provoste trabaja por su campaña, que le habría dicho que no está interesada en competir, y que no creen que ella “quiera desconocer un proceso participativo”.

En la semana le han insistido tanto con la misma pregunta en vocerías y despachos televisivos, que Rincón no la va a seguir contestando. Su gente sospecha que acá habría una operación de senadores PS y PPD, de la que Provoste no participa. En el partido recuerdan que cuando a Rincón la bajaron el 2008 para llevar a Jaime Ravinet a la alcaldía de Santiago, éste terminó perdiendo.

La única forma que esto cambie es que el lunes 17 la Junta Nacional vote en contra la proclamación de Rincón y que solo después de eso se presente un voto político que pida proclamar a alguien más.

Si nada de esto se mueve, en el PC bromean con que Jadue “le daría las gracias a Chahin”. Pero a él también le interesa una primaria (franja, debates, y fideliza al electorado al llevarlo a votar) en que le gane al Frente Amplio. Aunque Gabriel Boric (CS) y el FRVS Jaime Mulet alcanzaran las firmas que exige la ley -sus partidos no están constituidos en todo el país- el alcalde ya tiene un interesado a todo evento: el exPS y hoy Unir Marcelo Díaz. Sería su “plan B”, como dijo Jadue, si no cuaja una primaria de toda la oposición que se ve muy poco factible.

¿Jiles? Su gente dice que no necesitaría una primaria si es que Pablo Maltés pasa a segunda vuelta por la gobernación de Santiago. Si el PH termina de juntar sus firmas, también podría “armar” una… aunque tenga que hacerla con su propia pareja.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.