Sergio Bitar (PPD): “Hay un legado muy importante de este gobierno: la fórmula del Frente Amplio para ser una gran izquierda democrática no funciona”

24 Mayo 2024 Entrevista a Sergio Bitar, ex Ministro de estado, Politico del PPD Foto: Andres Perez

"El programa como estaba en su formulación original de Apruebo Dignidad, pensado en un contexto de un país que no era el de hoy, con una lógica de desplazar a la Concertación, es un proyecto fallido", sentencia el exministro de Educación, quien también aborda la polémica ante la posibilidad de condonar el CAE, medida que a él le tocó implementar durante el gobierno de Ricardo Lagos.


A él le tocó implementar el Crédito con Aval del Estado (CAE) durante el gobierno del presidente Ricardo Lagos. Sergio Bitar (83), exministro de Educación, comenta que le han dolido las críticas de la coalición base del Presidente Gabriel Boric. El exsecretario de Estado tiene una mirada crítica del manejo del gobierno en esta materia y dice que es “irreal” plantear la condonación. “Esa palabra ya supone una forma de perdón”, dice, en circunstancias en que además -recalca- no están las condiciones económicas.

El también exsenador releva lo que fue la Concertación y dice que “el Socialismo Democrático está golpeado por dos lados. Uno, por estar en el gobierno, paga costos del Frente Amplio y del PC. Y por su propia debilidad”.

Además, aborda lo que, a su juicio, será el legado de esta administración.

Dijo que el Frente Amplio cayó en su propia trampa respecto al CAE. ¿Quedaron atados de manos?

No, porque entre 2005 hasta hoy han pasado 20 años. Entre medio, ha habido avances y correcciones. A mi juicio lentas, pero hubo. Si yo estuviera en el Senado, haría un esfuerzo importante por hacer las reformas que son necesarias para tener un nuevo sistema de educación superior de financiamiento.

¿En qué línea serían esas reformas?

Hay elementos que están en el menú de propuestas aún pendientes. El primero es la eliminación de los bancos dentro de este proceso de crédito que hace el Estado y que estos puedan ser concedidos por el propio Estado. El segundo punto es una discusión sobre la tasa de interés. El tercer punto es que los beneficios o subsidios que entrega el Estado sean proporcionales al ingreso de la persona que estudió cuando se recibió. De manera que el que gana más, paga un poco más. Y que haya 15 años para pagar tu deuda y lo que quede pendiente, que no pudiste pagarlo, lo tome el Estado. Hay una cuestión donde tenemos acuerdo: crear un nuevo sistema de financiamiento.

¿La condonación es opción?

El gobierno no ha mostrado su nueva propuesta. No va a haber condonación y el gobierno no creo que la proponga. Esa palabra ya supone una forma de perdón, entonces uno dice ‘y por qué a ellos y no a las mamás que tienen una casa y están pagando el crédito hipotecario y son pobres’. Yo creo que el gobierno va a proponer una fórmula distinta de una condonación universal. Va a hablar de una cuestión progresiva. Ojalá algún día se llegara a que fuera universal, pero eso no sabemos cuándo.

¿Le han consultado su visión desde el gobierno?

Sí, por parte del subsecretario de Educación Superior. Un par de veces hemos tenido la posibilidad de conversar para estudiar dos aspectos: la fórmula posible y la viabilidad política de aprobar esa fórmula. Hemos intercambiado puntos de vista. Con el ministro Cataldo también hemos tenido reuniones, pero más bien sobre la educación pública.

¿Con el Presidente Boric no?

Con el Presidente no he tratado este tema, ni me ha preguntado.

¿Cuál es su diagnóstico de la visión crítica que tuvo el Frente Amplio sobre el gobierno de Lagos y la propuesta del CAE?

En momentos de campaña hubo un error de análisis de lo que era el CAE. Una distorsión de su sentido. Por ejemplo, la primera reacción de algunos fue decir ‘en el gobierno de Lagos el ministro de Educación, toda la coalición, le hicieron un favor a los bancos’. De todo lo que se dijo, es lo que más me afectó en lo personal. Afecta tu moral, tu honra.

¿Por qué?

Es una de las medidas progresistas más importantes que se tomaron. Le preguntaría a cualquier joven de ese tiempo que hoy día puede tener una posición más relevante: ¿Si estuviera en la misma posición, qué haría? ¿Dejaría a 400 mil jóvenes de ingresos pobres afuera? La crítica resultaba muy chocante. Yo no conozco ningún dirigente que haya estado en la pelea contra el CAE que haya recibido el CAE.

24 Mayo 2024 Entrevista a Sergio Bitar, exministro de Estado, político del PPD. Foto: Andrés Pérez

Pero algunas críticas tenían fundamento, ¿no?

Algunas críticas fueron acertadas: bajar la tasa de interés, sacar de los bancos los créditos, poner un límite al porcentaje de la renta nueva que se dedica a pagar. Y, sin duda, apuntar a la larga a que el Estado pueda financiar la educación superior.

¿En ningún caso es una mala herencia de la Concertación?

No. Yo creo que en los gobiernos siguientes al de Lagos podríamos haber corregido antes, pero toda la Concertación, toda persona progresista, te dirá que es una decisión positiva para el desarrollo de la educación superior chilena.

La senadora Paulina Vodanovic dijo que hablar de la condonación del CAE antes de una cuenta pública era un “ofertón electoral”. ¿Coincide con ella?

Sí. No sabemos qué contiene la propuesta, no sabemos qué alcance tiene. Sabemos que no es viable y que hoy día el Estado y el gobierno tienen una prioridad. A mi juicio, la primera es mejorar la educación pública y eso va a requerir muchos recursos. Sabemos que la educación preescolar es de primera importancia también. Cualquiera que sume y reste sabe que esta propuesta, bautizada como condonación universal, es absolutamente irreal.

De cara a la cuenta pública, ¿qué tan golpeado cree que está el proyecto político del Frente Amplio?

Si tomamos el proyecto de 2021, que sirve de base a la elección, nunca será cumplido.

¿Pero es un proyecto fallido, entonces?

Si uno compara lo que ocurre y lo que va a resultar con aquello, la conclusión es que es un proyecto fallido. El programa como estaba en su formulación original de Apruebo Dignidad, pensado en un contexto de un país que no era el de hoy, con una lógica de desplazar a la Concertación, es un proyecto fallido. Si lo comparamos con las correcciones, desde cuando se comienza la conversación con el Socialismo Democrático, creo que ahí comienza, lo que los gringos llaman un soft landing, un aterrizaje suave, y empiezan a apuntar a una fórmula con más viabilidad de acuerdo a las realidades. A mi juicio, lo importante es mirar con la cabeza fría y ver cómo resolvemos los problemas del país. Yo admiro la capacidad del Presidente Boric de ver la situación del país, jugársela por lo que él cree que es mejor, más allá de su partido o de su coalición.

¿Cuál diría que es la importancia de su sector, la ex Concertación?

Mi convicción es que la experiencia de centroizquierda que inspira a la Concertación, y que permite salir de una dictadura terrible, es la mejor experiencia política hasta ahora. Es una experiencia, no para repetirla, porque la historia no se repite, pero rima. Sí puede servir para aprender experiencias y encontrar un camino que al final tiene que ser siempre el de mayorías. Ese camino va a haber que reconstruirlo en la próxima década. No está vigente en Chile con la fuerza que debiera tener. Lo que sí puede ser un buen indicio es que el Presidente Boric, en la evolución que ha venido planteando para su gobierno y dar viabilidad a algunos de sus proyectos, a pesar de que logre poco desde el punto de vista de los resultados, está apuntando a lo que muchos han llamado una socialdemocracia.

¿Y el Socialismo Democrático ha estado a la altura de ese desafío?

Hoy no. La Concertación es un ciclo que terminó. La nostalgia no sirve para la política, sirve para aprender. El Socialismo Democrático está golpeado por dos lados. Uno, por estar en el gobierno, paga costos del Frente Amplio y del PC. Y por su propia debilidad.

¿Cuál espera que sea el tono del Presidente Boric en la cuenta pública?

El que ha tenido en los últimos años es uno que presagia una mirada inteligente del futuro de Chile.

¿Desde que dejó de hablarle a la tribu?

Todos los presidentes dejan a la tribu. No nos olvidemos que el presidente Aylwin renunció a la DC cuando asumió. Un presidente mira a su país en primer lugar. Y siempre encuentra entre sus partidarios críticos que creen que lo más importante es levantar la bandera del purismo. Ahora, el éxito de Chile va a depender también de la derecha. Desde la muerte del presidente Piñera, están perdiendo la brújula.

¿De qué forma?

Su gran virtud era el poder de convocatoria, autonomía personal. Evitó que la derecha fuera arrastrada de las narices por la extrema derecha. Su gracia para ganar dos elecciones fue moverse al centro. Esa línea política, no veo quién la está heredando. Veo con preocupación un debilitamiento de las capacidades de una centroderecha renovada que Chile necesita. El socialismo se renovó, la derecha nunca se ha renovado.

¿Ve algún legado en este gobierno?

Claro, hay un legado muy importante de este gobierno: la fórmula del Frente Amplio para ser una gran izquierda democrática no funciona.

¿En qué sentido?

El legado que todavía no se aprecia es que Boric va a representar a una juventud que se radicalizó, pudo gobernar, corrigió y aprendió para combinar bien los sueños con el ejercicio del poder y los resultados para la gente. Necesitamos otro proyecto de centroizquierda, nuevo. No el de la otra vez que era para construir la democracia. Ahora para enfrentar los grandes desafíos de la humanidad.

Es decir, ¿podría ser que parte del legado del Presidente Boric sea moderar al Frente Amplio?

Bueno, eso es así. Nos ha pasado a todos. Cuando nosotros estábamos en la edad de los 30, también nuestra política era muy de sueños. En el proyecto de la Unidad Popular que yo viví se nos pudo decir lo mismo. Acá hay una generación joven de todos los sectores de izquierda que ha aprendido que es necesario hacer política de una manera gradual y con mayoría, que la prioridad no es levantar un conjunto de sueños o demandas específicas que al final no suman y te quedas donde estás parado. La peor tragedia del purismo es el congelamiento.

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