Fallece Kim Ki-nam, el “Goebbels norcoreano” que encabezó el aparato de propaganda de la dinastía Kim

El principal delegado de Corea del Norte, Kim Ki-nam (izquierda), se reúne con el presidente de la Asamblea Nacional de Corea del Sur, Kim One-ki, en Seúl, el 16 de agosto de 2005. Foto: Reuters

Al crear un aura casi religiosa en torno a los “líderes eternos” de Corea del Norte, ayudó a establecer una dictadura hereditaria.


Kim Ki-nam, el cerebro propagandístico que contribuyó a forjar el culto a la personalidad de los líderes supremos de Corea del Norte, falleció el martes a los 94 años de una insuficiencia orgánica múltiple, según informó este miércoles la agencia central de noticias norcoreana KCNA.

Este mismo medio publicó que el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, visitó el féretro de Kim a las 2 de la madrugada del miércoles para rendir homenaje “con amargo dolor por la pérdida de un veterano revolucionario que había permanecido infinitamente leal al país hasta el final de sus días”. El entierro será este jueves.

“Se dedicó a respaldar el camino victorioso de la construcción de un país socialista poderoso manteniendo la poderosa ofensiva y el nuevo desarrollo en la nueva era en todas las esferas del trabajo ideológico del Partido”, dijo KCNA.

Conocido en Corea del Sur como el “Goebbels norcoreano”, por el jefe de propaganda de la Alemania nazi, el cerebro propagandístico de Pyongyang ayudó a cimentar la legitimidad política de la dinastía familiar de los Kim desde los años sesenta, sirviendo a las tres generaciones de sus líderes. Era ampliamente conocido por el mantra de repetir una mentira con suficiente frecuencia hasta convertirla en verdad”, sostiene la agencia surcoreana Yonhap.

Kim Ki-nam rinde homenaje al fallecido expresidente surcoreano Kim Dae-jung en un altar conmemorativo en la Asamblea Nacional en Seúl, el 21 de agosto de 2009. Foto: Reuters

“Se puede decir con seguridad que todas las estrategias de propaganda y agitación de la dinastía Kim surgieron de la mente de Kim Ki-nam”, dijo a la AFP Ahn Chan-il, un desertor convertido en investigador que dirige el Instituto Mundial de Estudios sobre Corea del Norte.

A Kim Ki-nam se le atribuye haber sido el autor intelectual del culto a la dinastía de la familia Kim. Los medios estatales lo describieron como “un veterano de nuestro partido y de la revolución, un teórico prestigioso y un destacado activista político”. La familia gobernante Kim es venerada en el Norte como el “linaje Paektu”, llamado así por la montaña más alta del país y supuesto lugar de nacimiento del difunto líder Kim Jong-il.

Hijo de un trabajador del acero, Kim Ki-nam nació en lo que hoy es la provincia de Heilongjang, en el noreste de China, el 28 de agosto de 1929. En la escuela de Pyongyang se unió a un grupo de estudiantes opuesto a la ocupación japonesa. Después del establecimiento de Corea del Norte en 1948, asistió a la Universidad Kim Il-sung y pasó algún tiempo estudiando en Moscú.

Se incorporó al servicio diplomático de su país y se desempeñó como embajador en Beijing a principios de la década de 1950. En 1956 fue nombrado jefe de sección del Departamento Internacional del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte (KWP) y se unió a la facultad de la Universidad Kim Il-sung, donde se convirtió en profesor.

Formaba parte de un grupo central de funcionarios leales que habían trabajado para sostener a las tres generaciones de Kim solidificando su legitimidad con el linaje de un líder revolucionario que fundó el Estado en 1945.

Kim Jong-un, cuarto a la izquierda, saluda junto al coche fúnebre que transporta el cuerpo de su difunto padre y líder norcoreano Kim Jong-il durante la procesión fúnebre en Pyongyang, el 28 de diciembre de 2011. Foto: Archivo

Su carrera comenzó a despegar en 1966 como subdirector del Departamento de Propaganda y Agitación de Pyongyang, el mismo que dirigiría a partir de 1985, durante el gobierno del fundador del Estado, Kim Il-sung, según datos del gobierno de Corea del Sur, logrando un control total sobre toda la información que circulaba dentro del país.

Previamente, en 1972, fue nombrado editor asociado, y en 1974 editor, de la revista teórica del partido, Kulloja, y en 1976 fue ascendido a editor en jefe del periódico oficial Rodong Sinmun. Desde 1977 sirvió varios mandatos en la Asamblea Popular Suprema y fue elegido miembro del VI Comité Central en el VI Congreso del Partido en 1980.

Ejerciendo un dominio absoluto sobre la prensa, los medios de comunicación, las artes y las publicaciones del país, fue el autor clave de los eslóganes políticos del KWP y en años posteriores fue responsable de gran parte de la puesta en escena y la coreografía de las manifestaciones masivas para conmemorar los cumpleaños de los líderes dinásticos pasados y presentes.

Tras la muerte del fundador del país, Kim Il-sung, en octubre de 1994, este funcionario fue quien cocinó el guion mediático para una limpia sucesión del liderazgo, para que todo el poder pasara sin trifulcas internas a manos del heredero. Lo mismo hizo con la repentina muerte de Kim Jong-il en 2011, acelerando el ascenso de un joven Kim Jong-un, que apenas tenía 20 años. Fue uno de los siete altos funcionarios que se unieron a Kim Jong-un para acompañar el coche fúnebre de Kim Jong-il, destaca The Guardian.

Durante más de cuatro décadas como líder del aparato de propaganda de Corea del Norte, Kim Ki-nam (sin parentesco con los dictadores), jugó un papel decisivo en la creación del culto cuasi religioso en torno a los “líderes eternos de Corea”, el fundador de Corea del Norte, Kim Il-sung, y sus sucesores, Kim Jong-il y Kim Jong-un, ayudando a establecer el país como una dictadura hereditaria de un solo hombre a través de generaciones sucesivas, apunta el diario The Telegraph.

Kim Jong-un visita el Centro de Control General de Pyongyang de la Administración Nacional de Tecnología Aeroespacial, para inspeccionar la preparación operativa de los satélites de reconocimiento y ver fotografías aeroespaciales, el 25 de noviembre de 2023. Foto: Reuters

Según el periódico británico, Kim estaba particularmente cerca de Kim Jong-il, ayudándolo a expandir el culto familiar después de la muerte de su padre en 1994. Fue visto como el arquitecto de las afirmaciones de los grandes logros del “Querido Líder” del país, como que aprendió a caminar a la edad de tres semanas, hablaba a las ocho y, durante tres años en la universidad, escribió nada menos que 1.500 libros (y seis óperas completas) y anotó 11 hoyos en uno en la primera ronda de golf de su vida.

Kim ejerció una enorme influencia en la política y el personal y fue un arquitecto clave de la base política del gobernante Partido de los Trabajadores, según el experto en Corea del Norte Michael Madden del Centro Stimson. Era particularmente cercano a Kim Jong-il, el padre del actual líder que murió en 2011, y se creía que era su “compañero de bebida”, dijo Madden citando fuentes.

En 2005 se convirtió en el primer funcionario norcoreano en visitar el cementerio nacional de Corea del Sur en Seúl y en 2009 encabezó una delegación para asistir al servicio conmemorativo de Kim Dae-jung, el expresidente surcoreano que celebró la primera cumbre intercoreana con Kim Jong-il en 2000, que abrió una era de reconciliación con Pyongyang con su “Política del Sol”, apunta Reuters.

Kim Ki-nam se jubiló en 2017 y su cargo como jefe de la propaganda lo asumió la hermana del líder supremo, Kim Yo-jong, quien entonces apareció en todas las quinielas como una de las candidatas más fuertes a liderar en un futuro Corea del Norte.

Según un informe de 2019, Kim Ki-nam gestionaba un fondo de fidelización para el que se extorsionaban periódicamente donaciones en tales ocasiones de celebración. Aparentemente, el fondo se había creado para promover la doctrina “Juche” o autosuficiencia del Norte en todo el mundo, pero se decía que el dinero estaba destinado a las arcas de Kim Jong-un.

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