Sarah Mardini, la mujer que inspiró la película “Las Nadadoras”, a la espera de un nuevo juicio en Grecia

Sarah Mardini y Seán Biden  (fotografía de Amnistía Internacional)
Sarah Mardini y Seán Biden. Foto: Amnistía Internacional

La historia de Sarah, que sirvió de base para la película realizada por Netflix, cobra un giro, al verse amenazada a una condena de hasta 25 años de cárcel por brindar ayuda humanitaria.


El juicio contra Sarah Mardini, la refugiada siria, nadadora y activista, cuya historia inspiró a la aclamada película de Netflix “Las Nadadoras”, se inciará el viernes, tras ser aplazado por solicitud de los abogados defensores.

La joven debía comparecer el martes junto con otros 23 activistas pertenecientes a una ONG de rescate de migrantes en Grecia, pero la audiencia fue postergada. Los activistas fueron detenidos en 2018 en la isla de Lesbos, acusados de tráfico humano, lavado de dinero y traspaso ilegal de migrantes a territorio griego. De ser hallados culpables arriesgan hasta 25 años de cárcel.

Mardini no pudo estar presente en la audiencia del martes debido a la prohibición que tiene de entrar al país. La Corte de Apelaciones del Egeo Norte ha aplazado desde 2021.

Una historia marcada por la natación

Fotograma de la película "The Swimmers". Foto: Netflix

La historia de Sarah Mardini y su hermana, Yusra Mardini se hizo conocida en todo el mundo y que cobró mayor fuerza gracias a la producción realizada por Netflix.

Cuando vivían en Siria, las hermanas Mardini tenían como pasión la natación, deporte que practicaban desde los 3 años gracias a su padre, quien las entrenaba con la esperanza de forjar para ellas una carrera deportiva profesional. En este escenario, Yusra participó como representante del equipo nacional de Siria, ganando varias medallas e incluso logró competir en un campeonato mundial.

Sin embargo, la situación de la familia se torció cuando la guerra civil azotó el territorio sirio en 2012, donde los terrenos arrasados, la destrucción y la muerte se volvieron parte del día a día de sus habitantes. Tras la destrucción de su hogar y el lugar donde las hermanas Mardini practicaban, los padres apoyaron la decisión de sus hijas de abandonar el país.

El de agosto de 2015, con el objetivo de llegar a Alemania, Sarah y Yusra, junto a dos primos suyos, emprendieron un largo viaje, desde la capital Damasco hasta llegar a las costas de Turquía, a través de unos contrabandistas que les ayudaron a movilizarse. Al llegar a la costa de Izmir, las esperaba un endeble barco con destino a la isla de Lesbos, en Grecia, en el cual había otro grupo de refugiados. En medio del viaje a través del mar Egeo, el motor del barco se estropeó, dejando a las hermanas y al resto de refugiados a la deriva mientras el oleaje se tornaba cada vez más agresivo. Las personas dentro del barco entraron en desesperación, creyendo que sería el final, hasta que Sarah, pensando en sus habilidades como nadadora, se lanzó al mar y, apoyada por su hermana, nadaron durante 3 horas hasta la costa de Lesbos, mientras tiraban de la embarcación.

A pesar de la distancia que suponía el viaje, las hermanas Mardini lograron llevar a embarcación hasta las costas griegas. Posterior al suceso, Sarah y Yusra recorrieron el territorio europeo hasta llegar finalmente a Alemania

Sarah y Yusra Mardini, recibiendo el premio "Silent Heroes" en 2016, en Berlín. Alemania. Foto: Reuters

Su hazaña fue reconocida mundialmente, a tal punto que, mientras vivían en Alemania, Yusra fue llamada por el centro de natación Wasserfreunde Spandau 04, institución que la reclutó para que siguiera el entrenamiento que había dejado atrás hace 2 años. En 2016, gracias a su esfuerzo, logró participar en las olimpiadas de Rio de Janeiro, siendo parte del primer equipo olímpico conformado por refugiados en su historia, en el cual volvería a participar en la edición de Tokio de 2022.

Por otro lado, Sarah se dedicó profundamente al activismo. Después de retomar sus estudios en Derecho, decidió regresar a Lesbos, integrándose a la “Emergency Response Centre Internacional” (ERCI), una ONG dedicada a socorrer y brindar ayuda a los refugiados de distintos lugares que llegaban a la isla, inspirada por su propia experiencia, la cual era conocida hasta por los propios refugiados.

Sarah fue voluntaria de la organización durante dos años hasta que, en 2018, ella y 23 activistas fueron detenidos.

El juicio

Sean Binder sosteniendo un cartel durante una demostración de Amnistía Internacional en apoyo a Sean Binder y Sarah Mardini. Foto: Reuters

Sarah Mardini y su equipo estuvieron privados de libertad durante 107 días mientras duraba la investigación, hasta que se programó la fecha del juicio, que debía realizarse en 2021, pero que se aplazó por temas de procedimientos.

Distintas organizaciones vinculadas a derechos humanos, como Amnistía Internacional, mostraron su descontento con la situación que vive Sarah, expresando que la detención fue injustificada y que fue motivada por razones políticas. Además, señalaron que el juicio contra ERCI era un ataque por parte del gobierno de Grecia hacia las organizaciones humanitarias

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