Circular impone fuertes multas a isapres que discriminen a personas transgénero

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La Superintendencia de Salud emitió el texto tras caso de joven cuya afiliación fue restringida por aseguradora. La norma estipula que la identidad de género no es una condición de salud y no debe ser declarada ni consultada.


"No sabía si tenía que declararlo o no. Algunos chicos me aconsejaban hacerlo, mientras otros me recomendaron ocultarlo. Lo preferí declarar para hacer las cosas bien. Después de eso (en la isapre) me pidieron enviar algún tipo de documento que demostrara que yo realmente era transgénero", recuerda Benjamín (24), quien por primera vez hizo público un caso de discriminación por parte de una aseguradora privada de salud.

La solicitud del documento le pareció extraña. No obstante, el joven no tenía entonces claridad sobre cómo actuar. Así, envió a la entidad un certificado psicológico con el que contaba para comenzar a tratarse en 2015. "Sobre la base de ese papel decidieron rechazarme (en la isapre), porque era un riesgo económico para ellos. Me mandaron una carta de restricción por 36 meses, en la que decían que solo cubrirían el 25% de todas las prestaciones durante tres años", señala.

Benjamín no aceptó esas condiciones, se asesoró con el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) e interpuso un recurso de protección contra la isapre Colmena. Cuatro meses después, la Corte de Apelaciones de Santiago acogió dicho recurso y estableció que la entidad de salud privada debía afiliarlo.

Luego de conocerse este hecho, la Superintendencia de Salud solicitó a cada isapre que transparentara cuántos casos del mismo tipo registraban. Colmena informó cinco; Cruz Blanca, uno, y Vida Tres, uno.

Luego, la entidad fiscalizadora publicó el 4 de octubre pasado la circular 336, la que, con el objetivo de velar por la dignidad e igualdad en el trato a las personas transgénero, establece la improcedencia de que la isapre exija información a las personas sobre su identidad de género durante el proceso de suscripción del contrato de salud.

"Atendido que la identidad de género no es una enfermedad, una patología ni una condición de salud, no debe declararse en el formulario de Declaración de Salud, ni tampoco la isapre puede exigirla", establece el texto. "La isapre se encuentra impedida de rechazar la afiliación, restringir la cobertura o dar término al contrato de salud basándose en dicho antecedente", especifica.

Según el superintendente de Salud, Patricio Fernández, esta normativa "vienea reconocer lo que yateníamos en nuestra jurisprudencia administrativa sobre cómo resolvíamos los reclamos, y también sigue lo que la Corte Suprema ha pronunciado en sus fallos respecto de la no discriminación".

La autoridad agrega que si bien los casos de este tipo informados por las isapres llegan hasta ahora a siete, se estima que el número real podría ser mayor, debido a la posibilidad de que otros afectados hayan decidido no revelar la situación vivida.

La circular es una norma regulatoria obligatoria y "su incumplimiento acarrea sanciones, como cualquier infracción, y eso implica multa. El valor de ella va a depender de la reiteración y de los antecedentes del caso. Puede llegar a mil UTM" (equivalentes a casi $ 50 millones), señala Fernández.

A su turno, la Asociación de Isapres señaló, a través de un comunicado, que las instituciones "asociadas al gremio consideran fundamental velar por la dignidad en el trato a las personas y cumplen con las instrucciones impartidas por el fiscalizador".

Fijar estándar

Para Constanza Valdés, activista transgénero y asesora parlamentaria, la nueva normativa es "una muy buena circular. Es importante que se mantenga un estándar para que, en el futuro, las personas trans que decidan afiliarse a una isapre no tengan problemas de cobertura o se les impida incorporarse". También resaltó que la decisión sigue lo fijado por la Ley de Identidad de Género, uno de cuyos principios es la "no patologización". Del mismo modo, establece que "ninguna persona trans puede ser tratada como enferma".

En tanto, Benjamín relata que luego del dictamen en su favor, "Colmena apeló a la Corte Suprema y me tienen hace dos meses esperando. Me da rabia, porque pese a que la ley les dice que están cometiendo un acto discriminatorio, me siguen vulnerando como persona al reafirmar su postura".

No obstante, el joven considera que pese "a la ansiedad que me ha producido esta situación, finalmente ha valido la pena. Esto me demuestra que no estoy peleando solo por mí, sino por todos mis compañeros".

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