La era de los scooters eléctricos: al menos 5.000 vehículos transitan por la RM con una poco conocida regulación

Este tipo de transporte, que cada vez se hace más popular entre los chilenos, ha tenido un alza de demanda entre los miles de usuarios que los utilizan a través de las aplicaciones de pago y otros tantos que optan por adquirir uno. Y aunque están ceñidos a una ley vigente, los usuarios no siempre la respetan o conocen, aumentando el último año el número de accidentes.


Los scooters eléctricos son una opción de movilidad urbana cada vez más común para muchos chilenos que buscan reemplazar el uso del automóvil o la tradicional bicicleta. Se trata de una alternativa para viajes cortos o como complemento al uso del transporte público, con empresas de pago presentes en distintos territorios del país, más masivamente en la Región Metropolitana.

Hace ya seis años que la primera aplicación que ofreció esta forma de transporte llegó a Chile. En sus inicios, Lime dispuso de 200 scooters eléctricos que se podían usar en las comunas de La Reina y Las Condes. Hoy la misma empresa contabiliza 450 mil usuarios que han recorrido un total de 7 millones de kilómetros. Y cientos de equipos adicionales.

Entre las principales aplicaciones de pago que ofrecen transportarse por la ciudad a través de scooters eléctricos suman 5.000 por las veredas y calles de Santiago. Contando los servicios brindados por las más reconocidas -Lime (2.000 vehículos), Whoosh (2.500), y la más nueva, Expedio (500)- llegan a realizar en promedio 11 mil viajes diarios.

Pero las aplicaciones de pago no son las únicas que aportan scooters en las calles. Hace algunos años también se fueron incorporando aquellos particulares que se venden en el retail. Y así, otros miles se han sumado al paisaje habitual de las calles. Por ejemplo, durante 2019, un año después de que llegó la primera aplicación ofreciendo el servicio, las importaciones de los scooters eléctricos crecieron en un 179% en relación al 2018.

Y ese incremento parece no detenerse: según Kenji Tsukame, gerente de Marketing de Producto de Xiaomi, una de las tantas marcas que tienen en venta este tipo de vehículos, asegura que “desde el último año hemos visto un incremento en nuestra línea de electromovilidad”, siendo los scooters uno de los más solicitados: sólo en el 2024 han tenido un 50% más de pedidos de esos vehículos respecto del mismo periodo de 2023.

Desde sus inicios, los scooters eléctricos de las aplicaciones de pago se han concentrado principalmente en la zona oriente de la capital, en comunas como Las Condes, La Reina, Vitacura, Providencia y Ñuñoa. Sin embargo, recientemente también se han incorporado ciudades de otras regiones del país. Así, por ejemplo, a fines de noviembre de 2023 Whoosh dispuso 500 scooters eléctricos para Temuco, y Expedio habilitó otros 500 en Viña del Mar.

Convivencia vial

La legislación actual que rige a los scooters eléctricos es la Ley de Convivencia Vial. Esta aglutina a los scooters en el grupo de los ciclos, junto a las bicicletas, skates, patines y monociclos, por lo tanto, si es que estos tipos de vehículos alcanzan las velocidades de hasta los 25 kilómetros por hora, deben circular sólo por ciclovías, excluyendo las veredas, y en el caso de que no hayan ciclovías, deben hacerlo por el lado derecho de la calzada o por el lado izquierdo en el caso de que existan vías exclusivas de buses. En el caso de que superaran esa velocidad o los 25 kiloWatts de potencia, deben circular únicamente por la calzada.

A pesar de esto, distintos usuarios contactados por La Tercera señalan nunca haber escuchado sobre esa norma. Y menos haber sido fiscalizados alguna vez. Así lo reseña, por ejemplo, Agustín Silva, quien a diario se mueve desde su domicilio al trabajo. “Jamás alguien me ha controlado y no sabía que existía una ley al respecto”, asegura.

Además, la normativa indica los elementos de seguridad que debe portar quienes conducen los vehículos: casco, luz blanca o amarilla delantera y luz roja trasera, además de la recomendación del uso de elementos reflectantes. El tema es que los usuarios -de pago o particulares- no siempre cumplen esos requisitos, estacionando en lugares indebidos y que a veces entorpecen el tránsito de los peatones.

Y es que aunque estos vehículos están regulados por ley, no están exentos de protagonizar una cantidad importante de accidentes viales. Desde enero de 2023 hasta el 15 de diciembre del año pasado, fueron reportados a la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) 510 accidentes por scooters eléctricos a nivel nacional -3,8% más que en 2022-, los que se concentraron principalmente en la Región Metropolitana (353).

Al respecto, desde el Ministerio de Transportes dicen que si bien están “permanentemente actualizando las normas”, en el caso de los ciclos “su normativa está vigente a través de la Ley de Convivencia Vial”, por lo que otro tipo de legislación más específica para los scooters eléctricos no sería una opción aún.

Por ejemplo, desde Whoosh señalan que sería “más fácil para todos” si existieran normas más específicas. “Esto es importante porque los scooters se encuentran actualmente en la llamada zona gris porque todavía son nuevos. Nos gustaría que se pudieran legalizar para que las reglas sean simples y transparentes tanto para las empresas como para los usuarios”. Así, señalan que en aquellos países donde se han definido las reglas, “la actitud hacia los scooters está mejorando. Tanto los usuarios como los ciudadanos saben qué esperar”.

Con todo, para que las aplicaciones de pago puedan operar se deben hacer trámites que, según cuenta Patricia Solano, gerenta comercial de Expedio, son bastante extensos, iniciándose en primera instancia en la Secretaría Comunal de Planificación y Coordinación de las distintas municipalidades (en su caso, en Las Condes), que duran aproximadamente seis meses, donde tienen que pasar diversas comisiones de análisis para que así puedan entregar el permiso de habilitar los scooters en las calles.

En las distintas municipalidades donde circulan los scooters eléctricos coinciden en el incremento de su uso junto con las bicicletas, incluso en ciudades donde hace poco comenzaron a circular este tipo de vehículos, como Temuco, municipio donde comentan que han establecido un sistema de permisos para regular la ocupación de espacios y límites específicos sobre dónde se pueden detener los vehículos. “Se han autorizado cuadrantes específicos para uso y paradas, evitando así el desorden y asegurando un control adecuado sobre su circulación”, aseguran.

Y desde la Municipalidad de Las Condes, por ejemplo, indican que han realizado “campañas de conscientización y seguridad entre los usuarios. De esta forma, los inspectores municipales informan sobre el correcto uso de las ciclovías”. Además, dicen que también trabajan en educar a los actores del sistema de transporte sobre las fallas humanas que pueden ocurrir.

En Providencia la situación es un poco distinta. En dicha comuna los scooters de aplicaciones de pago solamente circulan, pero no se pueden estacionar, determinación que se estableció a nivel comunal debido a la “masificación de bicicletas públicas, cuyos usuarios dejaban estacionadas en distintos espacios públicos, dificultando la libre circulación de peatones en general, como personas mayores”. Y es que los scooters también han traído ese tipo de incivilidades.

Desde Las Condes indican que, como disponen de zonas de ciclovías en buenas condiciones, las mayores dificultades de convivencia vial sólo se han dado cuando “los usuarios no toman conciencia de los peligros que generan al movilizarse en este tipo de vehículos”.

En Temuco cuentan que aún no se han reportado mayores problemas de convivencia, ya que “los usuarios prefieren utilizar ciclovías, evitando así conflictos con peatones y vehículos”.

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