Los $ 7 mil millones que permitieron salvar a la Universidad de Aconcagua

La universidad fue creada en 1989.

Una inyección de recursos saneó las deudas y posibilitó el traspaso del plantel a los controladores de la U. Bolivariana. Pronto anunciarán su plan de fusión.


Hasta 2018, la Universidad de Aconcagua parecía dirigirse a un precipicio. Las crecientes deudas que tenía la forzaron a dejar de cumplir con algunas de sus obligaciones, como el pago del arriendo de sus sedes, las remuneraciones de sus trabajadores e incluso las imposiciones, lo que puso al plantel en el centro del ojo fiscalizador del Mineduc.

La institución, que hasta hace poco era controlada por el empresario Gonzalo Vial, también ha registrado una constante pérdida de matrícula. En 2014 tenía casi 10 mil estudiantes, pero la cifra comenzó a descender y al inicio de este año contaba con 5.300 alumnos.

Pero esa situación de endeudamiento y desorden financiero estaría quedando atrás. Así se desprende de su último balance financiero, que muestra cómo una inyección de $ 7.566 millones permitió sanear al plantel y traspasarlo a sus nuevos controladores, los sostenedores de la Universidad Bolivariana, que posee 3.100 estudiantes, y con la cual se encamina a un proceso de fusión.

En el balance financiero se cuenta cómo en noviembre de 2019 los antiguos controladores empezaron a buscar estrategias de sustentabilidad. Una de ellas fue el ingreso de recursos a través de fundaciones.

De esta forma, una de las sociedades controladoras creó la Fundación de Capacitación Kasvaa, que aportó $ 1.547 millones. Y otra sociedad formó la Fundación de Promoción y Desarrollo de la Educación Superior (e) DUC, que puso otros $ 6.019 millones.

Estos aportes fueron fundamentales, pues permitieron que, en marzo de este año, Vial llegara a un acuerdo con los controladores de la Universidad Bolivariana para traspasarle la Universidad de Aconcagua, que era parte del plan estratégico de largo plazo. Y para ello, era vital sanear las deudas.

“El pago de deuda estimada de M$ 7.527.048 al 31 de marzo de 2020, implicó una liberación definitiva de obligaciones a la Universidad de Aconcagua”, dice el estado financiero del plantel, que detalla que el convenio de toma de control se firmó con las sociedades Administradora Educacional del Norte SpA, Administradora Educacional del Sur SpA e Inversiones Inmobiliarias Punta de Este SpA.

Así fue como, a fines de marzo, los rectores de ambas universidades informaron a sus comunidades de la firma de esta alianza, a través de un “proceso de integración gradual, debidamente planificado, de acuerdo con las exigencias legales y normativas del sistema de educación”. Además, explicaron, esto les permitirá enfrentar juntos el proceso de acreditación institucional, al que se someterán en 2022.

Según fuentes de los planteles, el proceso de integración ha avanzado en los últimos meses y en los próximos días anunciarán cuál será el futuro de ambas instituciones.

Consultado al respecto, el superintendente de Educación Superior, Jorge Avilés, explica que “lo que ocurre con la Universidad de Aconcagua es una clara señal de los ajustes que se están produciendo en el sistema de educación superior, producto del nuevo marco regulatorio, que es mucho más exigente para las casas de estudio”.

“En este caso puntual, hemos estado fiscalizando desde hace más de un año el cabal cumplimiento de la Ley por parte de esta universidad, así como que se resguarden los derechos de sus estudiantes”, agrega.

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