Sentido del humor mejora vocabulario, habilidades sociales y creatividad en los niños

Un niño con buen sentido del humor, además, será más aceptado por sus pares y manejará mejor sus emociones.




Reconocer una frase, una situación, una conducta o un objeto como algo divertido es una habilidad. De eso se trata tener sentido del humor. Los especialistas insisten en que es una capacidad aguda, que tiene que ver con la creatividad y la inteligencia que una persona posea. Pero esta habilidad se trabaja y, de hecho, impulsarla puede traer muchos beneficios a los niños.

A esa edad no todo es gracioso. Como dice Louis R. Franzini, profesor de sicología de la Universidad Estatal de San Diego, EEUU, y autor del libro Niños que ríen: cómo desarrollar el sentido del humor en los niños, hay diferentes tipos de humor para ellos. Estos van desde identificar algo como absurdo, exagerar una situación, desafiar los roles autoritarios, lanzar una broma, una adivinanza o, incluso, las imágenes violentas de los dibujos animados donde se golpea a alguien. El tipo de humor dependerá de la crianza y de la edad (ver recuadro) y, como sea, si los infantes poseen esta capacidad, tendrán beneficios intelectuales, emocionales, sicológicos y de salud.

SOCIAL Y EMOCIONAL
El sentido del humor es un recurso sicológico para desenvolverse en el ambiente, asegura Analía Stutman, sicóloga infanto juvenil de la Universidad del Desarrollo. Esta herramienta es valiosa al momento de interactuar con otros. Los niños que tienen sentido del humor exhiben preocupación por los demás, porque esa empatía y sensibilidad para captar qué es gracioso, también tiene que ver con la observación del resto. Los pequeños con humor, además, suelen ser inteligentes emocionalmente. Un estudio de la University of Western Ontario, Canadá, comprobó que la capacidad de manejar las propias emociones y las del resto era una característica de quienes tenían buen humor y una carencia en quienes tenían mal humor.

PROVOCA ACEPTACIÓN
"Un niño muestra confianza en sí mismo a través de la capacidad de poder reírse de sí, sin temor a exponerse al otro, lo que demuestra autenticidad y transparencia ante los demás, entonces los otros aprenden a confiar en él y no temen a mostrarse tal cual son, generando vínculos de amistad sólidos y duraderos, basados en el conocimiento y la confianza en el otro". Así refleja el sicólogo infanto juvenil Ladislao Lira la importancia del humor en el establecimiento de vínculos con los pares. Una investigación de la Universidad de Cincinnati apuntó a lo mismo, al descubrir que el sentido del humor en los niños se asociaba positivamente con la aceptación de los pares e incluso con el número de amigos. Por el contrario, quienes usaban las burlas como modo de acercamiento social tenían menos amigos y generaban menos confianza en el resto.

MEJORA VOCABULARIO
La diversión que genera en un niño el descubrimiento de que la palabra "once" alude a un número y a la hora del té, es enorme. Ellos suelen sorprenderse de que una palabra tenga dos significados, y ello los incita a encontrar aún más palabras para jugar. Paul McGhee, doctor en sicología del desarrollo, que ha conducido más de 20 estudios relacionados con el tema, explica así que uno de los beneficios que tiene el sentido del humor en los niños es mejorar el vocabulario y la memoria. Las adivinanzas o frases divertidas, como "tómate el jugo de tomate", los expone a nuevos significados y ellos tienden a repetir estos chistes, lo que va consolidando la memoria de esas palabras y las hacen más cercanas para ser utilizadas día a día.

SUMA CREATIVIDAD
El tipo de pensamiento que se relaciona con el humor es muy similar al creativo. Los niños que pasan más tiempo buscando y encontrando nuevas formas de que las palabras tengan sentido o formando incongruencias que les parezcan graciosas, con cosas tan simples como dibujar un auto con ruedas cuadradas, suelen desarrollar una habilidad de pensar en modos innovadores para conectar respuestas con problemas. Esa manera de pensar la utilizan luego en la forma de resolver inconvenientes, dice McGhee, autor del libro Entendiendo y promocionando el desarrollo del humor de los niños. Según el sicólogo clínico Harvey Mindness, autor del libro El estudio del humor, una de las habilidades que se relacionan con el sentido del humor en los niños es la flexibilidad. Esta capacidad cognitiva sirve para examinar las cosas desde diferentes aristas, más allá de lo obvio.

El sentido del humor implica tener confianza en el mundo, "lo que le permite a un niño jugar con la realidad y buscar formas alternativas de abordarla, simplemente por el placer de descubrir cómo sería si fuera de otra forma, de una forma más lúdica y divertida", agrega Ladislao Lira.

ESPONTANEIDAD
Según Mindness, el buen humor potencia en un niño la espontaneidad y la alegría, pues están más liberados socialmente y por eso tienen la habilidad de moverse instantánea e impredeciblemente de un estado de humor o forma de pensar a otra. Ven la vida como un juego, son menos formales e incluso más sagaces.

LOS BENEFICIOS PARA LA SALUD
- Efectos cardiacos

Cardiólogos del Centro Médico de la Universidad de Maryland descubrieron que un sentido del humor activo podía prevenir enfermedades cardiacas porque la risa facilita el flujo de la sangre al expandir los vasos sanguíneos. El estrés mental está asociado con un daño del endotelio, barrera protectora de estos vasos, lo que puede terminar en un infarto.

- Química sanguínea
Estudios de la American Physiological Society y de la U. Loma Linda de California señalan que sonreír cambia la química de la sangre hasta 24 horas después, pues estimula la producción de endorfinas en un 27%.  Las endorfinas son neurotransmisores que tienen un efecto analgésico en las respuestas del sistema nervioso al dolor y ayudan al sistema inmunológico.

- Sistema inmune
Durante la risa, los sistemas respiratorio y cardiovascular trabajan más, ya que están preocupados de la respiración rápida y de la presión sanguínea que está temporalmente elevada. Además, el humor trae una mejora en el sistema inmune porque los anticuerpos, después de haberse reído, tienen una mayor presencia en la saliva.

- Serenidad
Un estudio de Herbert Lefcourt, investigador de la Universidad de Waterloo, en Canadá, dice que quienes tienen sentido del humor son sicológicamente más serenos. Esto porque la capacidad para sentir y apreciar el humor puede regular los trastornos del estado de ánimo que se presentan en respuesta a situaciones negativas que pudieran ocurrir.

- Soportar el dolor
Margaret Stuber, psiquiatra de la Universidad de California de Los Ángeles, demostró los beneficios físicos de la risa. Hizo un test donde los niños sumergían sus manos en agua con hielo mientras veían videos. Quienes miraban imágenes graciosas tuvieron sus manos inmersas un 40% más de tiempo que quienes veían otros videos.

TIPOS DE HUMOR SEGÚN EDAD
- Bebés

Pueden percibir perfectamente cuando las personas que los rodean están alegres. Suelen contagiarse con las risas, les parecen graciosas las caras divertidas y son muy sensibles a estímulos físicos como las cosquillas. Desde los nueve meses, entienden que algunas cosas van en su lugar y que sacarlas de ahí puede ser divertido, como ponerse un pañal en la cabeza. Si eso va acompañado de risa, el bebé sabrá que no es algo común y le resulta gracioso.

- 1,5 a 2 años
En esta edad, los niños ya caminan y están incrementando cada su vocabulario. Suelen apreciar el humor físico, sobre todo con un elemento de sorpresa, como una inesperada cosquilla, ruidos, etc. Como están desarrollando sus habilidades lingüísticas, encontrarán rimas y palabras graciosas.

Empiezan a tomar un rol activo frente al humor: si les preguntan dónde está su nariz y saben, pueden indicar la boca y luego reírse.

- 3 a 5 años
Suelen encontrar graciosas las imágenes que aluden a una broma, como un auto con ruedas cuadradas o un animal cualquiera con lentes. La incongruencia entre cuadros y sonidos, como un caballo que ladra y un perro que relincha, es también graciosa para ellos. Además, los preescolares están concientes de las funciones corporales y si se les muestra un muñeco caminando con las manos, es probable que lo encuentren gracioso.

- 6 a 8 años
Les encantan los juegos de palabras, las exageraciones y las bromas donde explícitamente se hace el ridículo. Están en la etapa de descubrir el placer de decir bromas simples y suelen repetirlas.

También comenzarán a reírse de cualquier desviación de lo que ellos perciben como formas "normales" de comportamiento o de vestirse. Además, desarrollan formas más sutiles de humor, con capacidad de usar el ingenio o el sarcasmo.

- 9 a 10
Se valoran los juegos de palabras, adivinanzas y reírse de las personas que se comportan o se visten fuera de lo común. Las bromas con partes del cuerpo y órganos sexuales ya no son tabú. Y los niños se vuelven más espontáneos en sus bromas, inventan chistes de cosas cotidianas, por ejemplo.

Son capaces de canalizar sentimientos negativos en sensaciones humorísticas positivas.

- 11 a 12
El aumento de las habilidades del pensamiento lógico es reflejado ahora en sus preferencias humorísticas. En esta etapa, el humor tiene un rol de socialización, por eso los niños son capaces de hacer bromas más sofisticadas e ingeniosas verbalmente.

Los varones tienden en esta edad a iniciar las bromas en sus grupos de amigos. El contenido agresivo y sexual de su humor se incrementa.

CONSEJOS PARA  INCENTIVEN EL SENTIDO DEL HUMOR EN LOS HIJOS
Un estudio hecho en gemelos y mellizos por el Hospital Santo Tomás, en Londres, reveló que el sentido del humor era influenciado más por el ambiente que por la genética.

Analía Stutman, sicóloga infanto juvenil de la U. del Desarrollo, explica que el humor proviene de lo que los adultos le enseñen a un niño. Por eso, acá van algunas técnicas para mejorar esta habilidad.

-Ser un modelo de humor: contar historias divertidas, hacer bromas, tratar los pequeños problemas cotidianos con más liviandad.

-Incentivar a los niños: animarlos a que inventen chistes o historias divertidas.

-No dejar pasar oportunidades para hacer de una situación común un suceso lúdico. Una manera de hacerlo es estimular la imaginación del niño e interpelarlo a que se imagine, por ejemplo, qué pasaría si la lluvia fuera de chocolate y manchara los autos.

El sicólogo Juan Pablo Westphal, de la Clínica Santa María, dice que los padres deben tener una actitud más activa para impulsar las ganas de reír a sus hijos y, por lo mismo, debe dominar la tendencia a no engrandecer de más los problemas -especialmente en los tiempos que corren-, sino que darles un juicio de realidad. Sus consejos:

-Incentivar el juego de palabras y los dobles significados.

-Tener paciencia cuando los niños quieran repetir un chiste una y otra vez: eso está ayudando a consolidar su memoria.

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