SEÑOR DIRECTOR:
Hace unos días, la ministra de Ciencias, Aisén Etcheverry, planteó en estas páginas los cambios en la asignación de las Becas Chile, que han permitido a cientos de chilenos formarse en centros de excelencia mundial. Esta formación es clave para la investigación avanzada y el desarrollo de redes internacionales. Pero reducir el número de becas es un retroceso preocupante. Esto es inaceptable y no refleja la importancia estratégica de la internacionalización para el desarrollo científico de Chile.
La idea de que basta con los programas de doctorado nacionales es un error. Si bien en Chile hemos avanzado en la oferta académica, hay disciplinas y tecnologías emergentes que solo pueden desarrollarse en un contexto internacional, donde los estudiantes chilenos puedan acceder a infraestructura y conocimientos que aquí no existen. La formación en el extranjero ofrece no solo la adquisición de saberes técnicos, sino también una visión global que es crucial en un mundo interconectado.
Este ajuste “ideológico” de asignación de becas solo plantea que resurja la lógica de “quitar los patines’, implementando una medida que deriva en una población con menor formación y, en consecuencia, más susceptible a la influencia.
Chile no puede darse el lujo de perder estas oportunidades. La competencia científica y tecnológica es mundial, y sin una política que siga promoviendo la especialización internacional de nuestros académicos, nos quedaremos rezagados.
Paulina Núñez
Senadora de la República
