Fin a la doble evaluación docente

SEÑOR DIRECTOR:

La aprobación en el Senado del proyecto de ley que pone fin a la “Evaluación Docente” de profesores es una señal inquietante para la educación pública. Se da como argumento el que se superpone con la de “Carrera Docente”, lo que genera un “agobio laboral evaluativo”. No se repara en que son dos instrumentos de naturaleza diferente, pero complementarios. La Evaluación Docente busca identificar fortalezas y debilidades de los profesores evaluados en base a criterios y descriptores señalados en el Marco para la Buena Enseñanza. La “Carrera Docente”, por su parte, procura reconocer la experiencia, competencias y conocimientos alcanzados, distribuyendo a los docentes en tramos asociados a beneficios económicos individuales. Es decir, mientras la “Evaluación Docente” aporta información valiosa sobre las virtudes y falencias de los profesores y establece categorías de desempeño mínimo bajo el cual el docente no puede seguir enseñando, la “Carrera Docente” se nutre de esa información y ofrece estímulos económicos y espacios para su desarrollo profesional.

Al eliminar la “Evaluación Docente” se pierde un mecanismo que ha probado ser muy útil para identificar estándares mínimos para ejercer la profesión docente y ayuda a precisar los ámbitos en los que es necesario focalizar las acciones para mejorar el desempeño de los profesores, todo lo cual es fundamental para promover avances efectivos en los procesos de enseñanza aprendizaje.

La contrapropuesta del Mineduc de establecer la obligatoriedad de una formación continua en los tramos superiores de la Carrera Docente en ningún caso reemplaza las funciones de la “Evaluación Docente”. En suma, una decisión sin fundamentos técnicos y que no contribuye al compartido anhelo de mejorar la calidad de la educación pública chilena.

Carlos Williamson

Clapes UC