SEÑOR DIRECTOR:
El Presidente Boric insiste en promover la Ley de Eutanasia en Chile.
Aunque es natural sentir miedo e incertidumbre en enfermedades avanzadas, existen herramientas para aliviar el dolor físico y espiritual que precede a la muerte.
Para quienes trabajamos acompañando a personas al final de la vida, resulta difícil aceptar que la respuesta al dolor y sufrimiento sea eliminar a quien lo padece.
Una respuesta verdaderamente humana y compasiva es acompañar al paciente en la etapa de mayor vulnerabilidad, garantizando que cuenta con el apoyo técnico y humano que ofrece la medicina paliativa, con compasión y respeto por su dignidad hasta el final de su vida.
Invitamos a los legisladores a revisar la propuesta de reforma constitucional que introduce la eutanasia, a la luz de virtudes que nos han constituido como nación: solidaridad y justicia, guiadas por la razón, la ciencia y la ética. Sin ideologías extranjeras que usen a nuestros enfermos como banderas. Como profesionales de la salud podemos afirmar que los cuidados paliativos son una respuesta que acepta la muerte como una realidad humana ante una enfermedad incurable, cuidando al enfermo en todas sus dimensiones: física, psicosocial y espiritual, acompañando también a la familia en este proceso.
Sería esperanzador que la sociedad, el Congreso y el Ejecutivo impulsen iniciativas para que los cuidados paliativos lleguen a todos: niños, jóvenes o personas mayores, promoviendo leyes que apoyen a las familias cuidadoras y que se habiliten centros en Chile para quienes no puedan ser cuidados en casa en su etapa final.
No los abandonemos.
Ximena Farfán
Enfermera, Mg. Cuidados Paliativos, U. de los Andes
Mauricio Toro
Médico Internista
Mg. Bioética Universidad del Desarrollo
