¿Tecnocratización o democratización?



SEÑOR DIRECTOR:

Hace muchas décadas venimos presenciando un proceso de recorte y extracción del poder estatal que solía recaer en representantes democráticamente electos (Presidente, Congreso) para entregárselo a órganos tecnocráticos (por ej. Tribunal Constitucional; Banco Central). Quienes aún creemos en la democracia observamos este proceso con recelo, porque entendemos que mientras más poder entregamos a las y los tecnócratas, menor es el poder de decisión que conserva la ciudadanía.

Esta trama de tecnocratización del poder parece haber alcanzado su punto cúlmine al instalarse en el seno del poder constituyente, en tanto el nuevo proceso encarga a una comisión de expertos/as la elaboración del anteproyecto de nueva Constitución. Frente a esto, el Consejo Constitucional aparece como el último reducto de la democracia.

En este escenario, la discusión que tendrá lugar en el Consejo se presenta como un peligro y una oportunidad. Un peligro, porque si la discusión de los representantes del pueblo nuevamente se observa como “poco seria”, esto legitimará una mayor intervención de los expertos/as no solo en la discusión constituyente, sino en el diseño y funcionamiento de las instituciones de aquí en más. Una oportunidad, porque si la discusión hace eco de los valores y necesidades de las personas; si se da de manera ordenada y es apreciada por la ciudadanía, se abre un espacio para la relegitimación de la democracia.

Está por verse si el proceso finalmente contribuirá a la tecnocratización o a la democratización del poder. Pero no puede dejar de observarse que el rol de los partidos en esta coyuntura será crucial. Una de las grandes interpelaciones de 2019, que sigue vigente, es la dirigida a los partidos. Hacerse cargo de esa interpelación es -más que nunca- urgente.

María Pardo Vergara

Abogada y académica constitucionalista. Militante Convergencia Social

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