La noche negra de La Moneda y la derrota más sentida del oficialismo

16 de mayo del 2021/SANTIAGO El Presidente de la Republica, Sebastian Piñera, realiza un punto de prensa en el Palacio de La Moneda, tras conocer los resultados de las votaciones de constituyentes, gobernadores y municipales 2021. FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE/AGENCIAUNO

Ni ganadores ni candidatos fallidos llegaron ayer a la sede de gobierno para analizar el magro resultado electoral de la jornada. Apenas rodeado de su gabinete, el Presidente Piñera tomó nota del desenlace: No se logró el tercio de constituyentes, se perdieron alcaldías emblemáticas -algunas inesperadas- y no se pasó a segunda vuelta en la carrera de gobernadores, incluso en la Región Metropolitana. Mientras en Chile Vamos se comenzaba a calibrar la derrota, que compromete el escenario presidencial, el Mandatario señaló que "no estamos sintonizando con las demandas de la ciudadanía" y se declaró en estado de reflexión. Ahora en el oficialismo se presiona por un cambio de rumbo que puede incluir un nuevo ajuste en el gabinete.


-Alessandri puede perder.

La frase fue de un un sorprendido Presidente Sebastián Piñera, cerca de las 22.00, quien seguía, desde La Moneda junto a sus asesores más cercanos y a ministros del comité político, los resultados de las mega elecciones que se desarrollaron este fin de semana para elegir alcaldes, constituyentes, gobernadores y concejales.

El comentario del Mandatario -quien recibía de parte de asesores del segundo piso minutas con actualizaciones de números en distintas zonas y seguía por televisión los cómputos-, hacía alusión a la reñida disputa que se estaba dando por la alcaldía de Santiago, municipio en que Felipe Alessandri -quien iba a la reelección y apostaban en el oficialismo que ganaría con un amplio margen- estaba peleando voto a voto con la militante del PC, Irací Hassler, quien terminó imponiéndose.

El estrecho margen que, hasta esa hora, había entre ambos daba cuenta de lo que algunos en el sector ya calificaban a esas alturas como “desastre electoral” para la centroderecha, cuyos resultados se alejaban de todo pronóstico más allá de la incertidumbre que existía para estos comicios.

Piñera, quien en los días previos era optimista respecto al desenlace electoral, estaba visiblemente golpeado, según comentaban personeros de gobierno. A esa hora la tendencia en los resultados a constituyentes, gobernadores y en algunas alcaldías auguraban una noche negra. En los primeros, la derrota para el oficialismo fue evidente: no habían alcanzado el tercio que con optimismo creían que iban a consolidar, ni siquiera lograron el denominado “tercio angosto” como esperaban los más pesimistas.

Los pronósticos se derrumbaron “como un castillo de naipes”, comentaba un dirigente oficialista recordando la frase del exministro de Salud Jaime Mañalich al reconocer que las primeras proyecciones del Covid-19 resultaron equívocas.

En La Moneda en los meses previos e, incluso, a solo unas horas de los resultados de los comicios esperaban este escenario: Chile Vamos obtendría el tercio en constituyentes; reducirían unos cuantos alcaldes en relación a los 146 que obtuvieron en 2016 y que en gobernadores varios del sector pasarían a segunda vuelta, incluyendo a la candidata de la Región Metropolitana, Catalina Parot.

En febrero pasado, incluso, el ministro de la Segegob, Jaime Bellolio, decía en una entrevista que en constituyentes “nosotros creemos que vamos a ganar 3-0: Vamos Por Chile va a ser la lista más votada, va a ser la lista que va a sacar la mayor cantidad de constituyentes, y va a ser la lista que por sí misma va a conseguir 1/3 de los constituyentes”. Nada de eso ocurrió.

En Palacio se habían preparado para la doble jornada de votación y los ministros se desplegaron para llamar a la ciudadanía a sufragar. Ayer, el Jefe de Estado arribó a Palacio un poco antes de las 18.00 y, además de su comité político, convocó a todos los ministros del gabinete a la casa de gobierno para seguir los resultados. La mayoría se encontraba en el patio de Las Camelias y veían la transmisión a través de cinco monitores, especialmente instalados.

El ambiente se fue tensionando según avanzaban las horas y la cara de los secretarios de Estado fue cambiando a medida que se conocían los resultados. Por la noche, la Moneda estaba en silencio, no había autoridades que cruzaran los patios de Palacio y por el segundo piso se veía caminar por los pasillos a algunos asesores de lado a lado.

En el gobierno, además, lamentaban que tampoco se logró igualar el porcentaje de participación pronosticado que igualaba a la del plebiscito de octubre del año pasado cuando votó el 50% del padrón. Sólo se destacaba que, al menos en términos de seguridad, el proceso había sido exitoso.

Los análisis de las razones de la dura derrota electoral comenzaron a surgir entre ministros y asesores, quienes reconocían que recién estaban digiriendo el impacto de los resultados. El Presidente, dicen en el Ejecutivo, comentaban poco, pero escuchaba mucho. Cuánto influyó el manejo del gobierno en la pandemia, el voto de castigo al oficialismo por decisiones como la de acudir al Tribunal Constitucional por el proyecto del tercer retiro y la reconocida demora en ayudas sociales eran algunos de los factores que, en privado, explicaban para un sector del Ejecutivo las razones de la derrota. Otros atribuían al efecto del estallido social los resultados.

Con todo, la sensación es que el gobierno y Chile Vamos cayeron en una crisis profunda y que debe haber un giro y, para varios en el Ejecutivo se reactiva la idea de un ajuste de gabinete e, incluso, modificaciones que podrían implicar la salida del Jefe del Segundo Piso, Cristián Larroulet.

El discurso de la derrota: “No estamos sintonizando con las demandas de la ciudadanía”

Pasadas las 21.00, con la tendencia ya marcada de la derrota electoral, el Presidente Piñera decidió, tal como tenía previsto, que daría una declaración a la prensa, la que fue confirmada, a las 21.40 por Presidencia. A esa misma hora, funcionarios de producción del gobierno comenzaron a instalar la tarima y a ubicar a la prensa en el patio de Los Cañones.

A esas alturas, el Mandatario ya había empezado a recoger ideas para redactar su discurso. Él mismo, dicen en el gobierno, lo escribió “de puño y letra”, primero a mano, el cual posteriormente se digitalizó.

El texto lo trabajó con su exjefa de gabinete Magdalena Díaz; la jefa de comunicaciones de Presidencia, Carla Munizaga; el ministro de la Segegob, Jaime Bellolio; y también recibió comentarios de algunos asesores del segundo piso, de otros ministros del comité político y del canciller Andrés Allamand.

En Palacio había coincidencia en que el mensaje tenía que transmitir al menos dos cosas: humildad y, en segundo lugar, dar cuenta que esto no es solo una derrota para Chile Vamos sino que de los partidos tradicionales.

Acompañado de 20 ministros del gabinete, Piñera resumió en diez minutos su balance. “En estas elecciones la ciudadanía nos ha enviado un claro y fuerte mensaje al gobierno y a todas las fuerzas políticas tradicionales. No estamos sintonizando adecuadamente con las demandas y anhelos de la ciudadanía”, reconoció Piñera, quien se quitó la mascarilla para realizar su alocución. Agregó que “estamos siendo interpelados por nuevas expresiones y nuevos liderazgos. Es nuestro deber escuchar con humildad y atención el mensaje de la gente y esforzarnos por interpretar y responder mejor a las necesidades”.

Las quejas oficialistas: fue un castigo al Presidente

En Chile Vamos no hubo mucho disenso: una de las principales causas de la derrota, a su juicio, fue sufrir el voto de castigo por la figura de Piñera y el mal manejo del gobierno. “Nos va a dejar peor que para el final del primer gobierno”, comentaban anoche en la UDI. Otros dirigentes mascullaban que La Moneda pecó en “falta de estrategia y en privilegiar más al Presidente que al sector”.

Hasta anoche, en todo caso, el ánimo no parecía apuntar a culpar en público al Mandatario. “No tengo ninguna duda que los niveles de aprobación del gobierno inciden en el mal resultado, hay una correlación que no es indiferente. Pero sería injusto no hacer una autocrítica del trabajo en general de la coalición “, dijo anoche el presidente UDI, Javier Macaya.

La directiva gremialista, así como la de Evópoli, confesó haber sido totalmente sorprendida por la irrupción de los independientes en la convención. En el sector explicaron que los sondeos que habían hecho o visto no estaban -dicen- preparados para abordar la dispersión de candidatos.

Las dirigencias de los partidos del bloque vivieron la derrota cada una por su cuenta. Según una versión, ni siquiera tuvieron espacio para comentar lo ocurrido porque cada una lidiaba con sus resultados. Y varios estaban impresionados por la cantidad de alcaldías perdidas.

Tanto, que tampoco -dicen en Evópoli- están seguros que parte de la solución sea cambiar el gabinete, como se había hablado en caso de un desenlace de estas características. Aunque hubo partidos que anotaron algunos logros -Evópoli logró conquistar Vitacura y la UDI sacó por sí misma más constituyentes que otros partidos- admitieron que la debacle no se puede tapar con un dedo.

En el sector también leen que hubo errores en la designación de ciertos candidatos, partiendo por Parot en la Región Metropolitana. “No era buena carta”, acusan en la UDI. Pero también ven que pagaron una cara lección al ir divididos con Republicanos.

En RN, por otro lado, los grupos de WhatsApp estallaron en comentarios. “Un desastre nacional” y “una derrota de proporciones”, eran el tono de los mensajes. El diagnóstico en la colectividad encabezada por Rafael Prohens es que se requiere un cambio de rumbo, una idea que también planteó el abanderado presidencial de RN, Mario Desbordes.

“No hay duda que una serie de errores cometidos como coalición, probablemente desde nuestro gobierno han tenido un impacto en esta elección”, dijo Desbordes apuntando a La Moneda. Además, enfatizó que “con el gobierno vamos a hablar personalmente”.

Como sea, en el sector también transmitían temor por las elecciones presidenciales que vienen. La sensación generalizada es que ya no hay nada asegurado y que corren un riesgo de no seguir siendo gobierno.

Hasta el cierre de esta edición, Piñera no se había contactado con ninguno de los abanderados del sector, sin embargo, los análisis de la derrota continuarán hoy en Chile Vamos y La Moneda. Por lo pronto, el Mandatario convocó a las 9.00 a su comité político.

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