Rechazo a acusación a Montes deja saldo de tensiones en el oficialismo y La Moneda llama a aprobar reformas

Diputados oficialistas festejaron al finalizar la sesión en que se votó sobre la acusación constitucional contra el ministro de Vivienda, Carlos Montes.
Diputados oficialistas festejaron al finalizar la sesión en que se votó sobre la acusación constitucional contra el ministro de Vivienda, Carlos Montes. Foto: Pablo Ovalle Isasmendi / Agencia Uno.

A pesar de los ruidos, la solicitud del ministro para desechar el libelo por razones de forma fue apoyada por 79 votos, 61 en contra y una abstención. La sorpresa de la jornada fue la repentina ausencia de la diputada Pérez, protagonista del caso que derivó en la acusación.


“Sin pretender ser infalible, quiero decirles a ustedes que tengo las manos y la conciencia muy limpias. Y eso se lo digo frente a todos: las manos y la conciencia muy limpias. Nunca pensé en dar un paso al costado, que era la decisión más fácil probablemente. Yo hace 63 años, de los 77 que tengo, he estado dedicado al servicio público”, aseveró el ministro de Vivienda, Carlos Montes (PS), luego de que la Cámara de Diputadas y Diputados rechazara la acusación constitucional en su contra.

En los instantes previos, por 79 votos favor, 61 en contra y una abstención (Pamela Jiles), la Cámara había determinado que el libelo acusatorio ni siquiera cumplía los requisitos formales para continuar su tramitación (la llamada “cuestión previa”), dando por terminada anticipadamente la sesión a las 12.45, a pesar de que estaba contemplada originalmente hasta las 18 horas.

Acompañado por otros ministros y legisladores de casi todas las bancadas, el secretario de Estado hizo varios agradecimientos, entre ellos a su familia, por la votación. No obstante, también reiteró su autocrítica por haber respaldado en el pasado la acusación al destituido ministro de Educación, Harald Beyer, en el primer gobierno de Sebastián Piñera.

En línea con esa reflexión, varios ministros de La Moneda aprovecharon la oportunidad de remarcar un llamado a la oposición para terminar con la dinámica de las acusaciones -que también contaminaron el clima político en la segunda administración de Piñera- y dar paso a los entendimientos para reformas estructurales, entre ellas, la de pensiones, la de Salud y un nuevo pacto fiscal.

Ruidos liberales

Si bien el triunfo de Montes se vio facilitado por los desmarques de la propia oposición (por ejemplo, el UDI Joaquín Lavín, quien al igual que en ocasiones pasadas no respaldó el libelo), antes de la votación hubo varios ruidos y señales de disidencia en la propia alianza gubernamental, que daban cuenta de una incomodidad ante la obligación de defender al ministro.

Aunque al titular del Ministerio de Vivienda (Minvu) no se le asignaba una falta a la probidad, los argumentos de la derecha encontraron eco en las distintas bancadas oficialistas, donde -algunos en privado, otros en público- admitían que el ministro tuvo responsabilidad en no supervisar adecuadamente para evitar los traspasos irregulares de fondos públicos desde su cartera a ciertas organizaciones políticas, como la Fundación Democracia Viva, que era controlada por militantes de RD.

Uno de los ruidos más notorios fue expresado por la bancada liberal. Prueba de ello es que los escaños de este grupo parlamentario -que se había declarado en libertad de acción para votar la acusación- estuvieron vacíos durante casi toda la mañana en la Cámara.

Sin embargo, al votar la llamada “cuestión previa”, solicitud de la defensa del titular del Ministerio de Vivienda (Minvu) para derribar la acusación por razones formales, el subcomité liberal, compuesto por los militantes Vlado Mirosevic, Luis Malla y Alejandro Bernales y los independientes Sebastián Videla y Viviana Delgado, se alineó tras intensas gestiones y severas advertencias del gobierno.

Un rol clave para lograr la disciplina de los liberales cumplió el ministro secretario general de la Presidencia, Álvaro Elizalde (PS), quien se reunió y negoció hasta última hora con los integrantes de esta bancada. Elizalde, cuyas gestiones fueron agradecidas públicamente por Montes, estuvo durante toda la mañana al teléfono, entrando y saliendo de la sala. Al final, presenció el resultado de la votación de pie desde la testera, mirando fijamente hacia los diputados liberales.

Por su parte, antes de la votación, el timonel del Partido Liberal, Juan Carlos Urzúa, entró al Congreso para sostener una ronda de conversaciones con los diputados de su colectividad. Sus gestiones habían comenzaron el día anterior.

La tensión, sin embargo, se mantuvo hasta instantes previos a que se abriera la votación. Al final, el jefe del subcomité liberal, Luis Malla, se acercó a la testera de la Cámara junto a Vlado Mirosevic, para comunicarle su respaldo a Montes.

El gesto de Pérez

La sorpresa, sin embargo, fue la ausencia repentina a la hora de la votación de la diputada Catalina Pérez (RD suspendida), quien a diferencia de los liberales, sí estuvo durante todo el debate que se dio en la mañana.

La legisladora fue una de las protagonistas de la crisis política que se generó a partir del caso de Democracia Viva. Su expareja, Daniel Andrade (ex-RD), era representante de la cuestionada fundación, mientras que su exjefe de gabinete, Carlos Contreras (también ex-RD), exseremi de Vivienda en Antofagasta, fue quien autorizó los fondos públicos a esa organizando en un evidente conflicto de interés, que hoy está siendo investigado por la justicia. A raíz de este caso, Pérez fue suspendida de su militancia por el Tribunal Supremo de RD y fue multada por la Comisión de Ética de la Cámara.

Ni siquiera en RD había una explicación por la ausencia repentina de Pérez. Desde el equipo de la legisladora antofagastina tampoco quisieron dar una versión del hecho.

Por otra parte, en el Frente Amplio y en Partido Comunista admitían en privado que la acusación a Montes los había puesto en una situación compleja. De hecho, algunos temían, que a pesar de ganar en la votación, podría haber un efecto negativo en imagen pública.

Si bien desde las bancadas de izquierda, no hubo expresiones públicas contra Montes, esta incomodidad fue sincerada antes de la votación por el diputado radical Alexis Sepúlveda. “La responsabilidad política del ministro Montes es ineludible. Y todos quienes estamos en la actividad pública lo tenemos así de claro. Otra cosa es el sustento que tiene esta acusación constitucional, pero la responsabilidad política, por cierto la define el Presidente de la República, es clara, nítida e ineludible. Es indudable que el ministro queda en una situación de debilidad porque cada acción, cada trabajo a futuro, va a tener reproches y cuestionamientos. Hubiera sido más sano, que el ministro Montes, por su dignidad, su estatura política, por lo que representa, hubiera presentado la renuncia y no hubiera llevado a esta situación al gobierno”, sostuvo.

Sepúlveda, en todo caso, al igual que los liberales, acompañó en la votación al ministro para que la acusación se cayera.

Otra situación inusual fue el caso de la diputada Maite Orsini, quien no asistió al Congreso y se pareó con el republicano Johannes Kaiser (el pareo es el compromiso de no votar para compensar la inasistencia de un representante del bando contrario para no desequilibrar el resultado).

Estos episodios, el día de la votación, venían precedidos, además, por un creciente clima conspirativo dentro del oficialismo, que se acentuó durante el trabajo de la comisión revisora de la acusación. Por ejemplo, los diputados socialistas Jaime Naranjo y Emilia Nuyando cuestionaron severamente la concurrencia del jefe de asesores del Presidente Boric, Miguel Crispi (RD) a esa instancia, a pesar de que se resistió a asistir a la comisión investigadora del caso Fundaciones. Esas sospechas de que desde RD podrían estar en ánimo de hacer una “zancadilla” a Montes se agravaron luego de que la exsubsecretaria de Vivienda, Tatiana Roja (RD), quien ignoró completamente el trabajo de la misma comisión investigadora, expresara a través de un correo electrónico que estaba dispuesta a enviar antecedentes a la instancia que revisó el libelo acusatorio. Ese correo, sin embargo, al menos, no había llegado hasta ayer. Desde el PS, algunos parlamentarios comentaban que hubo gestiones para que finalmente Rojas no enviara esa comunicación.

Llamado a la derecha

Tras la fallida acusación constitucional, el Presidente Gabriel Boric dio en redes sociales un respaldo al titular del Minvu. “Por quinta vez, una acusación constitucional contra un integrante de nuestro gobierno es desestimada. Ministro Carlos Montes, tiene mi confianza para seguir trabajando en la noble tarea de entregar 260 mil viviendas en nuestro período. No hay tiempo que perder. Seguimos!”.

“Otra acusación constitucional fallida... Como gobierno seguimos haciendo el llamado a la unidad y al trabajo en conjunto para que podamos avanzar en las necesidades y urgencias del país, como lo es aprobar la reforma al sistema de pensiones, junto con un #PactoFiscal que nos permita avanzar y aliviar cuanto antes las necesidades de las familias de Chile”, posteó por su parte la ministra vocera Camila Vallejo (PC).

Pese a los ruidos en el oficialismo, el resultado fue celebrado por el equipo del ministro. La estrategia comunicacional y jurídica había funcionado, al menos, para sembrar las divisiones en la derecha frente al libelo. De hecho, en la oposición, donde ya había molestia por la errores de forma de la presentación (por ejemplo, citaba erróneamente artículos del Código Penal que no tenían relación con el caso de Montes), se agudizaron las recriminaciones, especialmente contra el Partido Republicano.

Además del desmarque de Lavín (UDI), no votó el RN José Miguel Castro, quien fue presidente de la comisión investigadora del caso, a pesar de que ayer concurrió al Congreso. También hubo ausencias de diputados que presentaron licencias médicas, que no alcanzaron a parearse, por ejemplo, Gaspar Rivas (PDG, patrocinante de la acusación) y Andrés Celis (RN). Por su parte, Francisco Pulgar (independiente PDG), quien estaba por apoyar el libelo, al final tampoco votó, aun cuando ayer estaba en la Cámara.

Un caso especial era el de Roberto Arroyo (PSC), quien a pesar de haber patrocinado la acusación, no pudo asistir por la muerte de su padre, y el oficialismo tampoco le concedió un pareo.

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