Apenas 25 años tiene el vicepresidente para América Latina de Glovo, el español Arnau Cortés. Desde esa posición, fue el encargado de liderar la entrada de la compañía a Chile, que no solo fue el primer país de la región al que entraron sino que fue además la primera experiencia fuera de Europa.

La compañía de delivery entró a competir en un mercado que se ha desarrollado velozmente y donde otros actores, como Pedidos Ya y Uber Eats, tenían cierta ventaja al haber entrado antes, en el caso del primero, y al contar con toda la red de transporte urbano en el caso del brazo de entregas a domicilio de Uber. Pero si bien ahora están conformes, reconocen una serie de errores que  complicó su instalación en el país, pero lo han ido corrigiendo y ahora solo piensan en crecer.

"Chile fue el primer mercado que entramos fuera de Europa y fue como nuestro terreno de pruebas donde aprendimos a operar fuera de Europa. Y para lo bueno y lo malo, es lo que le ha tocado a Chile. Entonces, hemos cometido más errores que en otros países que hemos entrado más tarde, y luego a esos otros países hemos ido sin esos errores. Y nada, esto es el balance que hacemos de este primer año, donde no nos ha ido mal, tenemos una buena posición en el mercado, pero si volviéramos a empezar estaríamos mucho mejor. Lo habríamos hecho distinto", comenta a PULSO Arnau Cortés.

-¿Fueron muy altos los costos de entrada?

Exacto. Aprendimos a operar modelos de marketing, de operaciones, de ventas, etc. Entramos muy sesgados por como operábamos en Europa.

-¿El mercado es muy distinto que Europa?

No sé si tan distinto. De hecho, Santiago precisamente no, tiene muchas similitudes, es una ciudad de América Latina muy similar a Europa. No es tanto eso. El consumidor sí es muy diferente. Hay que entender que cuando entras a un mercado todos los consumidores no son iguales. El sur de Europa por ejemplo, son muy parecidos, pero cuando abres otro mercado, el norte de Europa o el norte de África, no tiene  nada que ver. Y es el error que cometimos: asumir que era el mismo tipo de consumidor, la estrategia de marketing era basada en Europa, etc. Cuando entras a un mercado nuevo das algo por sentado y luego te das cuenta que no y tienes que adaptarte.

-¿Cuál es el rol que tendrá Lationamérica para Glovo?

Es la región que está creciendo más dentro de Glovo. Ya representa cerca del 40% de la facturación en solo un año, teniendo en cuenta que Europa ya está bastante consolidado. Cuando invertimos un euro en cualquier zona, donde más retorna es Lationamérica y cqueremos seguir creciendo fuerte.

-¿Cuándo vende Glovo?

No te puedo decir las ventas pero mes a mes estamos creciendo entre un 40 y 50%.

-¿En Chile es igual?

En Chile se repite lo mismo. De hecho octubre fue el mejor mes desde que estamos en Chile.

-¿Qué novedad planean introducir?

En este sector hay que estar siempre innovando. Por eso estamos apostando por nuevos servicios, para hacer crecer a la empresa. Estamos invirtiendo en dos áreas: una, en food delivery, con las cocinas a ciegas. Ya hay una en Chile, que está empezando la operación. En España empezamos hace unos meses y el segundo país en el mundo en Chile.  La segunda línea es todo lo que no tiene que ver con comida y en esa línea está el Glovo Business, que es permitir a comercios y empresas acceder a  nuestra red de repartidores y hacerlo de forma exprés. Tenemos aplicaciones web, móvil y la posibilidad que se unan directamente a nuestra red.

-En el caso de Chile, el delivery de comida está creciendo a pasos agigantados. ¿Cómo ven que será de acá a dos o tres años?

Nosotros, mirando las cifras nuestras y de la competencia, nos damos cuenta que Chile sigue teniendo muchísimo potencial. Siempre a nivel de tecnología, e-commerce, etc., Chile está a la vanguardia en la región, por distintas razones: penetración de tarjetas, PIB per cápita, etc. Y al comparar eso con otros países nos damos cuenta que sigue teniendo muchísimo potencial.  Y además tenemos la confianza que Chile va a llegar ahí.

-¿Qué tan competitivo es este negocio?

Chile es uno de los mercados más competitivos en América Latina, que también puede ir acompañado porque es más fácil entrar e instalarse. Al final el que más se beneficia es el consumidor. Eso también nos insta a mejorar. Y no es algo que nos moleste, es algo que vemos bueno, que aprendemos todos y nos gusta tener competencia.