Se conocieron trabajando en Latam, se admiraban y juntos les tocó liderar varios proyectos dentro de la aerolínea. Había onda, pero faltaba para que se alinearan los astros.

El momento clave se produjo en 2016. Juan Pablo García estaba en Boston realizando un máster en Computer Science en el MIT; Robert Cercós recién había terminado un doctorado en Melbourne y se aprestaba a instalarse en Valdivia, y Diego Aguayo seguía en Latam como gerente comercial del programa de fidelización. Fue ese el momento clave cuando a los tres se les dio la oportunidad de asimilar sus experiencias y depositar lo que saben en Spike.

Esta startup es un laboratorio de innovación con datos que aborda desafíos de alta complejidad en grandes empresas e instituciones usando machine learning y analítica predictiva. Buscan enfrentar los problemas “más difíciles del mundo”, siempre desde los datos y la experimentación, aplicando las mismas técnicas y herramientas sofisticadas que usan compañías como Google, Facebook o Netflix.

Una pequeña bola de cristal

El propósito de Spike es generar impacto sobre la base del uso de datos, machine learning y analítica predictiva. Llevar a que modelos con base matemática y científica tengan un efecto y, eventualmente, cambiar una realidad determinada, más allá de la teoría y las pruebas de concepto, y resolver problemas. Ese es su objetivo.

“Hemos visto muchos modelos predictivos muy sofisticados que nunca lograron cambiar la realidad por las complejidades inherentes de un dominio, la interacción entre el ser humano y un computador, y el gran espacio que hay entre un modelo de un data scientist y el mundo real. En un comienzo, nos pasó a nosotros también, pero aprendimos a superar ese desafío”, cuenta Juan Pablo García, CEO de Spike.

Pero ¿en qué se aplican estos modelos predictivos de Spike? A modo de ejemplo, “sabemos cómo usar los datos disponibles en retail para ejecutar campañas o promociones que generan impactos de entre 10 y 100 veces los de una campaña normal; predecimos si un vuelo se va a atrasar analizando las cientos de variables que definen a un vuelo: clima, características de los pasajeros, ruta, entre otros, con lo que personal de aeropuerto puede evitar proactivamente ese atraso; optimizamos la asignación de pedidos y repartidores, para que un paquete llegue lo antes posible y al menor costo a manos del comprador; predecimos si un alumno reprobará un ramo; entre otras decenas de casos exitosos en múltiples industrias”, cuenta.

Para partir no tuvieron que poner un peso. Fue un contrato con Latam el que empezó a generar sus primeros ingresos para hacer de Spike una realidad. La startup cuenta con 23 trabajadores, algunos provenientes de Argentina y Perú. En 2020 facturaron US$ 2 millones y hoy trabajan con organizaciones en distintas industrias, como el retail, aerolíneas, medios de pago, salud, energía y minería, pero también colaboran con importantes instituciones en otros espacios tan relevantes como cambio climático y educación, en Chile, Uruguay y Perú. Por estos días se embarcan en proyectos y desarrollo de productos con inteligencia artificial con el objetivo de escalar de manera exponencial.

Y eso que no fue fácil. “El 2020 fue para todos un año complicado, pero que en nuestro caso solo nos confirmó la necesidad de usar los datos para poder hacer frente a la incertidumbre y así enfrentar de mejor manera un mundo incierto y cambiante”, dice García.

En la actualidad, sus ganancias se ubican en torno a los US$ 500 mil.

Las fichas puestas para 2021

La buena tasa de crecimiento en las facturaciones de Spike los tiene optimistas. Este 2021 las fichas están puestas con todo, pues esperan poder llegar a US$ 4 millones, duplicando los números del año pasado, tal como lo han venido haciendo en las últimas dos temporadas, para lo cual esperan desarrollar planes y proyectos que les permitirían sostener esa tasa de crecimiento, solidificar su cartera de clientes y desarrollar productos de alta escalabilidad e impacto en industrias específicas.

“Estamos en una posición financiera sana y consolidada, con utilidades positivas desde el comienzo, lo que nos permite pensar en cómo invertir para seguir creciendo dentro de la región”, cuenta el CEO de Spike. Y es precisamente en ese sentido donde están puestas las principales ambiciones para este año.

Este año tienen dos grandes metas. En primer lugar es consolidar una posición de liderazgo en el ámbito de la innovación con datos, pudiendo internacionalizar sus operaciones idealmente de la mano de un socio estratégico. Hoy la empresa ya tiene presencia en Perú y Uruguay, pero buscan entrar en México y Brasil.

El otro desafío, e igual de importante, es llevar su cultura al siguiente nivel. “Al ritmo que estamos creciendo, es un desafío mantener una cultura atractiva, vibrante y respetuosa como la que tenemos hoy, en que postulan cerca de mil profesionales talentosos a cada posición que abrimos en Spike. La cultura y calidad del equipo nos han permitido atraer un talento excepcional que, además, se sienten felices trabajando en Spike: tenemos cero rotación desde que empezamos. Para lograrlo, diseñamos una jornada reducida, reparto de utilidades, 43 días de vacaciones, buenos sueldos y beneficios que a veces resultan inverosímiles para quienes postulan. Queremos ser una empresa del futuro”, dice García.

“Hay empresas como Netflix que comentan que en trabajos creativos una persona talentosa es diez veces más productiva que una que no lo es. Nosotros hemos visto esas diferencias en Spike, que sin duda es de naturaleza creativa y, al tener una alta densidad de talento, vivimos una altísima productividad y calidad. Lo que nos quita el sueño es que nuestro equipo sea de nivel mundial”, finaliza.