Hay un sonido que flota en el aire y que sale de las nuevas panaderías que de un tiempo a esta parte están brillando en Chile y el mundo. Además de poder oírlo (haga la prueba, apriete un pan artesanal y lo descubrirá), su olor envuelve, su estética conquista y finalmente su sabor envicia. Es una especie de protesta deliciosa que se levanta en contra del pan industrial y que tiene como bandera insigne la masa madre, levadura natural y viva que hace girar la cabeza al pasado, ese tiempo en que el pan era un alimento saludable, entendido y respetado. Fuimos por él, abrimos hornos y nos unimos en su marcha. ¡Síganos!