El placer por lo crudo para mí es incontrolable. Me despierto pensando en esos sashimis bañados en soya y wasabi que me quitan el sueño, o el tártaro con cerveza en una terraza con las amigas, mientras se alarga la tarde. También en la piel cruda, en las poleras, soleras. Uno como que anda más crudita también, entregada a todo lo que pase a corazón abierto. Y sí, comenzó octubre, el sol y estos placeres al natural. Una delicia.
admin_copesa
1 oct 2009 01:51 AM