Dos pintoras figurativas que no se conocían decidieron empezar un proyecto juntas. La idea es ir a casas de extraños a pintarlos en sus espacios íntimos en un servicio que cuesta sólo cinco mil pesos. ¿El desafío? Que los retratados se dejen representar en una época en que cada persona está a cargo de la imagen que proyecta socialmente. Aquí el llamado es a entregarse a la mirada de otro.
JUAN JOSÉ RICHARDS / FOTOS CONSTANZA MIRANDA
13 nov 2018 08:33 AM