Ondamedia, el impensado refugio del cine chileno

A mediados del año 2017, durante el último año de gestión del ex ministro Ernesto Ottone en el ex Consejo de la Cultura (ahora Ministerio), nació con bastante timidez y sin demasiada pompa el portal de cine Ondamedia. Era la primera vez que el cine chileno encontraba un canal de expresión gratis manejado desde el Estado y había 81 películas disponibles entre ficción y documentales.

A tres años de aquel comienzo apacible y en medio de un panorama donde el formato digital se transformó en la principal (y casi única) ventana de comunicación para las artes visuales, Ondamedia puede presumir con argumentos de ser el principal vaso comunicante entre el espectador y el cine local.

El portal no sólo incorpora continuamente contenidos de películas ya estrenadas, sino que además maneja un calendario que le permite ir agregando estrenos con regularidad. Así es como, por ejemplo, uno puede acceder a toda la filmografía del documentalista chileno Patricio Guzmán y también a Santiago Italia, la última cinta del cineasta italiano Nanni Moretti, estrenada tan sólo hace unas semanas en los portales de pago y coproducida con la compañía chilena Storyboard Media.

En el caso de los estrenos locales 2020, Ondamedia ofrece la oportunidad de verlos a través de 3.500 entradas disponibles. “Y muchas de esas entradas se agotan rápidamente, en menos de 48 horas”, dice Ian Goldschmied, quien maneja la plataforma desde sus inicios. Algunas de estas cintas han sido El Negro, documental sobre el ex frentista Ricardo Palma Salamanca, de Sergio Castro San Martín, y El príncipe, la cinta de Sebastián Muñoz con Alfredo Castro estrenada el año pasado en el Festival de Venecia.

Actualmente los contenidos de Ondamedia son 1.200 (considerando películas de ficción, cortometrajes, documentales y otros) y entre las películas más vistas de este año están Ema de Pablo Larraín, con 77 mil reproducciones; Lemebel de Joanna Reposi, con 44 mil; Mala junta de Claudia Huaiquimilla con 40 mil; Chicago boys de Carola Fuentes, con 36 mil y Cabros de mierda de Gonzalo Justiniano, con 30 mil visualizaciones. También, aunque sin cifras aún, están No de Pablo Larraín, Joven y alocada de Marialy Rivas, y Perro bomba, de Juan Cáceres.

Afectado durante años por una baja asistencia a salas salvo casos puntuales, el cine hecho en Chile ha encontrado una segunda vida a través de esta iniciativa. A los realizadores se les retribuye monetariamente por su película, aunque los valores varían dependiendo del año de la cinta o de la cantidad de premios que ha recibido. Además se les paga por cada entrada, aunque ésta se considera como tal sólo cuando el espectador ha visto más del 50 por ciento de la obra.

“Es una excelente iniciativa”, comenta Gonzalo Justiniano, de quien está disponible su reciente Cabros de mierda (2017), ambientada en las barriadas de Santiago durante los años de la dictadura. “De cierta manera las salas de cine no son quizás el canal más adecuado para la exhibición de películas chilenas. O no para todas. En muchos casos los cines son un lujo para nosotros, con costos de distribución y promoción muy altos”, dice el director de B-Happy, (2003). “Ondamedia, pero también otras plataformas de pago, están más acordes a nuestra realidad y si antes había un público potencial de cien mil personas ahora puede llegar a millones”, enfatiza Justiniano.

En los mismos términos numéricos, Ian Goldschmied aporta con este dato: “Este 2020 hemos alcanzado un total de dos millones de visualizaciones de películas, que es aproximadamente un 500 por ciento más que años anteriores”. Ahora hay entre 6 mil y 8 mil visualizaciones diarias, aunque en el punto peak del año, entre marzo y julio, hubo 12 mil.

Desde el Ministerio de las Culturas, explican que hubo una decisión al inicio de la pandemia. La ministra Consuelo Valdés plantea: “Apostamos por mantener e incrementar la oferta programática de arte y cultura desde lo digital. En ese contexto Ondamedia ocupa un rol protagónico. Sus contenidos se traducen en cerca de mil horas de reproducción”.

Pero no sólo se trata de cifras en lo alto. También hay tendencias. Una de ellas es el constante interés que existe, según Goldschmied, por ver las 14 películas disponibles de Patricio Guzmán, donde están las tres partes de La batalla de Chile, pero también Nostalgia de la luz y El botón de nácar. Es todo un gran detalle para uno de los cineastas locales más reconocidos en el mundo y de quien nunca se exhibió La batalla de Chile en la televisión abierta.

Como en todo catálogo hay lagunas. Casi no hay películas de Raúl Ruiz ni de Valeria Sarmiento. Tampoco hay filmes que están alojados en la memoria colectiva como Machuca de Andrés Wood o El chacal de Nahueltoro de Miguel Littin, que sí está presente en la plataforma de la Cineteca Nacional.

Sin embargo, sumando y restando y con apenas tres años de existencia, Ondamedia ha sido un sorprendente refugio del cine desterrado de las salas hasta nuevo aviso.