Andy Fletcher: el silencioso equilibrio que salvó a Depeche Mode

Depeche Mode

Menos mediático que sus compañeros, el fallecido tecladista de Depeche Mode era reconocido como el hombre que equilibraba las poderosas personalidades de Dave Gahan y Martin Gore. Pero había más; por momentos se ocupó de labores más cercanas a la de un gerente, y fue decisivo para sortear los momentos de crisis que vivió la agrupación. De la mano de dos expertos, desciframos las claves de un artista que trabajaba para el equipo.


“Se podría decir que mi trabajo es el más importante; sin mi ya no existiría la banda”. Así definió Andrew Fletcher en 2013 su rol en Depeche Mode, el grupo que integró desde su formación, hasta ser acallado por la muerte el pasado jueves 26 de mayo. Un rol que iba más allá de tocar los teclados en el escenario y en el estudio de grabación; “Fletch”, era reconocido como el punto de equilibrio entre el talento de Martin Gore, quien escribe la mayor parte de las canciones, y el atractivo de Dave Gahan, quien las canta.

“Además de ser cofundador, diría que la importancia de Andy Fletcher iba más allá del aporte musical que hacía -explica Nicolás Castro, conductor radial y músico especializado en electrónica-. Es el tipo de integrante que toda banda que aspira a durar tanto tiempo como Depeche Mode, debería tener; mantuvo al grupo unido, era lejos el integrante con menos ego, y tenía un rol de mediador, sobre todo en los focos de conflicto que ha tenido la banda en su historia, como lo son Gore y Gahan”.

Andy Fletcher

Por su lado, Denisse Malberán, cantante de Saiko y reconocida fan de Depeche Mode, comenta algunas claves para comprender la posición de Fletcher en la agrupación. “En una banda, es muy importante que cada integrante sepa cuál es el lugar que ocupa, y cuando lo tiene claro, puede estar 30, 50 años en un grupo. Cuando eso no ocurre, allí vienen las fricciones y las peleas. Para mí, el caso de Andy Fletcher es perfecto, porque no necesitas ser buen músico para estar en una banda; primero necesitas ser buen compañero, entender la necesidad que tiene tu equipo frente a tus habilidades”.

“Él supo ser un puente entre el genio, que es Martin Gore, y el dios, que es Dave Gahan -agrega-. Estamos hablando de dos personalidades muy omnipotentes en términos de creación y de interpretación, entonces es un rol más fácil y él lo sabía llevar. Siempre hay un personaje que une, que logra frenar las tormentas. Y conociendo la historia de Depeche, hubo un momento en que incluso se bajó porque ya no pudo más, por eso no vino a Chile la primera vez (NdR: abril de 1994). Pero si él no hubiera tenido ese rol, no hubiera seguido en la banda”.

Músico y algo más

Aunque nació en Nottingham el 8 de julio de 1961, Andy creció en la localidad de Basildon, en un hogar regido por su padre, ingeniero, y su madre, dueña de casa. Los biógrafos han detallado que durante su infancia no se perdía la misa diaria, y durante la niñez no estaba particularmente interesado en la música. Todo cambió cuando la ruidosa oleada del punk llegó hasta su ciudad. En 1977 formó un dúo junto a su amigo Vince Clark, al que llamaron No Romance in China. A pesar del espíritu rupturista del momento, los dos amigos no dudaron en mirar al pasado para formar su repertorio; así tocaban viejas canciones de Gerry and the Peacemakers y los Everly Brothers.

Andy Fletcher en 2017 (Photo by Owen Sweeney/Invision/AP, File)

Ese proyecto apenas duró un par de años. De allí vendría la formación de Composition of Sound, un proyecto en que Fletcher volvió a reunirse con Clark y su antiguo amigo Martin Gore. En principio tocaba el bajo -lo compró tomando un préstamo de 90 libras en el banco donde trabajaba-, pero por entonces, ya sonaban bandas como A certain radio y Kraftwerk, que miraban hacia el futuro con sintetizadores y teclados. Ahí llegó el giro decisivo; la banda se volvió totalmente electrónica, y con la incorporación del cantante Dave Gahan, tomó su nombre definitivo como Depeche Mode.

Con el tiempo, Fletcher tomó otras obligaciones al interior de la banda, que habitualmente son desempeñadas por otras personas ajenas. En los primeros años se ocupó de llevar las cuentas e incluso las ofició como una suerte de mánager, hasta que Jonathan Kessler ocupó ese puesto en 1986. “Tenía una habilidad que no muchos músicos tienen, o que le hacen el quite, que es saber de todos los temas relativos a la industria -señala Nicolás Castro-. Él se dedicaba a todo lo legal, que siempre es un terreno súper árido y ahí es donde empiezan a aparecer los problemas entre integrantes y managment, él mantenía esa estructura unida. Siempre es muy bueno tener alguien así dentro de la banda y no alguien externo, por eso es pertinente preguntarse si existe un futuro para Depeche Mode sin él”.

Desde su experiencia, Denisse Malebrán opina que la ductilidad de funciones de Fletcher responde a la especificidad del caso de Depeche Mode. “Cada banda es un universo, he conocido muchos tipos de formación, donde hay lazos desde la amistad, o desde la sangre, donde hay casos de hermanos, cada uno tiene una forma de adaptarse”, y ejemplifica; “en la banda yo cumplo un rol distinto al que tiene Luciano [Rojas], tengo un rol más de relacionadora pública que la uso en la forma que se necesite, y trato de ser conciliadora cuando hay un problema, por ejemplo, con retrasos de pagos; a mí no me cuesta nada, pero puede que otro colega en el mismo lugar estallaría. Lo mismo con la parte técnica, siempre hay un integrante que tiene una mejor llegada con el equipo. Al final esto es una familia, y es mucha gente la que trabaja para un proyecto así, imagínate un caso como el de Depeche, siempre girando con muchas personas”.

El mismo Fletcher explicó a grandes rasgos esa estructura menos visible para los fans, pero esencial para el funcionamiento óptimo del colectivo. “Bandas como Kraftwerk o Depeche Mode en realidad funcionan como divisiones de colectivos laborales -señaló en la mentada entrevista con de 2013 con el portal Electronic Beats-. La contribución de cada individuo permanece invisible. Y debido a que no me esfuerzo por destacar, muchos me confunden con la quinta rueda”.

Depeche Mode, de izquierda a derecha: Martin Gore, Dave Gahan y Andy Fletcher.

Con los años, Fletcher desarrolló su inquietud en otros espacios; fue el primero de la banda en grabar un trabajo solista (Toast Hawaii, 1984), aunque fue más una aventura que un intento serio de establecerse como solista. Hacia los noventas se animó a abrir en Londres un restorán llamado Gascogne y en esa década fue quien se hizo cargo de atender a la prensa.

Por cierto, no estuvo ajeno a las tensiones de la banda. Durante la extensa y tensa gira promocional para el álbum Songs of Faith and Devotion, poco pudo hacer ante la fricción constante con Alan Wilder y las adicciones de Gore y Gahan. Por ello, decidió dejar la gira e intentar recuperarse. Pero en 1995, tras la salida de Wilder, logró mantener unido al resto, pese a las dudas frente a la difícil situación del cantante. Ello fue clave para el segundo aire del grupo, reducido a trío, en la mitad final de los noventas. “Mientras otros grupos terminaron asumiendo actitudes casi caricaturescas, Martin Gore, y especialmente Fletcher, se mantuvieron con los pies en la tierra, aceptando también cualquier aspecto de aburrimiento y rutina de la vida cotidiana, lo que les permitía estar en contacto con su audiencia”, detalla Steve Malins en su biografía del grupo.

Incluso, la historia cuenta que fue él quien consiguió articular un método de trabajo que permitiera conciliar los tiempos y los intereses de Gahan y Gore, en los días del álbum Exciter (2001). “Todavía hay momentos de tensión entre nosotros, como sucede con todas las bandas. La nuestra no siempre es una relación sencilla. Martin sigue siendo uno de mis mejores amigos y veo a Dave como un hermano, es como estar con la familia -contó en una entrevista de la época-. No pasamos todo nuestro tiempo libre juntos, porque ahora todos tenemos nuestra familia y amigos, pero con el tiempo hemos aprendido a conocernos y a respetar la idiosincrasia de cada uno”.

Por ahora, ni Gore, ni Gahan han revelado mayores pistas sobre el futuro de la agrupación tras la muerte de Fletcher, aunque si de algo sabe la banda, es de sortear momentos críticos. “Depeche Mode se ha sabido sobreponer a partidas, pero en momentos donde el vigor era mucho mayor -señala Nicolás Castro-. Yo creo que hoy es probable que Gore y Gahan se sientan a tener una conversación donde vean si tienen la energía para seguir o no, traer integrantes adicionales o los que tocan con ellos desde hace un tiempo puedan ser parte estable. No me atrevería a aventurar algo porque depende de las ganas que tengan de seguir”.

De su lado, Denisse Malebrán pone algunos elementos en la discusión, aunque sin jugarse por un posible final. “Sería muy osado decir qué es lo que va a pasar porque ha pasado muy poco tiempo. Andy Fletcher era el mejor amigo de Martin Gore desde niño, ¿será capaz de pararse en el escenario sin tenerlo como escudero? En general uno se adapta, nosotros hemos tenido varias formaciones, pero uno no elige lo que pasa en estos casos, simplemente pasan. Pero es tanta la devoción mundial por Depeche, que es probable que se puedan recuperar”.

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