El primer acercamiento fue más críptico que revelador. Un año después de concluir con éxito la elogiada y popular Dark (2017-2020), Jantje Friese y Baran bo Odar entregaron las primeras claves de 1899, su siguiente serie para Netflix.

“Extraña, salvaje y loca”, fue una de las definiciones que compartió bo Odar, asegurando que la producción sería “un rompecabezas divertido para el público”. A modo general, se señaló que la historia giraría en torno a personas de diversos orígenes y culturas –todas con secretos– que toman un barco con el sueño de tener una mejor vida en Estados Unidos, hasta que el encuentro con otra embarcación a la deriva inicia “una horrible pesadilla”.

Foto: Netflix

Compuesta por ocho capítulos, la primera temporada de la ficción –ya disponible en el servicio de streaming– presenta un viaje que subraya el interés de sus creadores por los puzles que pueden fascinar a algunos y desquiciar a otros. Esta vez el foco ya no es un pueblo alemán, sino que el Cerbero, el transatlántico en el que despierta la neuróloga inglesa Maura Franklin (Emily Beecham).

Ella es parte del heterogéneo grupo que espera llegar sin inconvenientes en los siguientes días a Nueva York. Sin embargo, todo cambia cuando reciben una señal del Prometeo, una máquina que desapareció hace cuatro meses y pertenece a la misma compañía. Eyk Larsen (Andreas Pietschmann), el capitán de la nave, decide cambiar el rumbo a pesar del enojo de los pasajeros, gatillándose una serie de eventos que más vale no especificar.

Los integrantes del Cerbero son un joven español (Miguel Bernardeau) y su hermano sacerdote (José Pimentão), una pareja de franceses recién casados e infelices (Mathilde Ollivier, Jonas Bloquet), una familia danesa que va en tercera clase, y una mujer inglesa (Rosalie Craig) que le paga a una geisha (Isabella Wei) y a su madre (Gabby Wong) para que la acompañen en el viaje.

Llamativamente, todos hablan sus idiomas de origen, lo que se transforma en un potencial foco de conflicto en particular en los momentos más confusos y tensos de la historia, y se erige como una de las apuestas de la nueva serie de Jantje Friese y Baran bo Odar.

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Paste Magazine llamó a esa elección “loable, independientemente de su eficacia. Es una historia multicultural, que espera capturar las perspectivas de clases, hábitos, etnias y valores disímiles, y se esfuerza por darle a cada espectador alguien a quien agarrarse a bordo de este barco”.

“A pesar de que se hablan una gran cantidad de idiomas, la mayor parte del diálogo parece estar simplemente llenando el tiempo entre las maquinaciones de la trama de ciencia ficción”, expresó The Guardian. “Con el tono reproduciéndose repetidamente a partir de una selección tan limitada de notas, los giros de la trama no pueden compensar lo opresivamente adusto que es todo”, agregó.

En tanto, los realizadores se inclinaron por esa opción porque se negaban a unificar a los personajes bajo una sola lengua. “Queríamos explorar este corazón de Europa, donde todos provienen de otro lugar y hablan un idioma diferente, y el idioma define gran parte de tu cultura y tu comportamiento”, indicó Friese a Deadline.

La trastienda incluyó la presencia constante de traductores en el set y un guión escrito originalmente escrito en inglés pero con diálogos traducidos a la lengua correspondiente. “Al final, resultó ser mucho más fácil de lo que pensábamos, porque hay una especie de lengua universal, sin palabras, mientras te comunicas con alguien”, sostuvo la guionista.

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¿Más compleja que Dark?

1899 tiene muchas ideas y relativamente pocas respuestas, lo que establece una dinámica en la que el éxito o el fracaso dependen completamente de quién zarpa”. El análisis del portal IndieWire resume la disparidad de opiniones que ha causado el primer ciclo de la ficción: algunos se han entregado a sus retorcidos encantos, mientras que otros se han impacientado con la propuesta.

“Si Dark era Twin Peaks sin las torpezas, entonces 1899 arriesga la sinopsis –y la simplificación– como si fuera Lost en alta mar. De hecho, se trata de varias series a la vez, y parte del rompecabezas radica en descubrir cuál quiere ser”, apuntó Variety, añadiendo que “después de haber visto los ocho episodios, le daré esto a la serie: tiene un gancho ingenioso, luego aviva incansablemente las llamas de las teorías de los fanáticos”.

The Telegraph también se aventuró a compararla con otros títulos con los que comparte similitudes. “Comenzando con Lost de J.J. Abrams en 2004, la televisión de ‘caja misteriosa’ ha sido la tendencia de moda durante más de una década. Y, sin embargo, con la reciente cancelación de la desconcertante Westworld, es posible que el género finalmente haya desaparecido. Si es así, 1899 zarpa en el peor momento posible”, opinó.

“Por otro lado, este es un rompecabezas elaborado por expertos que, a partir del episodio cuatro, llega a lugares verdaderamente alucinantes. No es para los que se aburren con facilidad ni para los que buscan distraerse frente al televisor”, matizó.

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“¿Hay algunas ideas y conceptos filosóficos que se reducen a su forma más simplista, incluso cuando la serie persigue algo más profundo? Casi inevitablemente. Pero como un equipo de magos de la narración que trabajan sus desvíos y florituras con el propósito del todo en lugar de las partes, no hay nadie más que haga televisión de esta manera”, destacó IndieWire.

Puede que la primera temporada de la ficción deje múltiples interrogantes, pero los creadores se han empeñado en al menos despejar una: no existe conexión directa entre Dark y 1899. “Lo siento, no habrá ningún personaje de Dark que aparezca repentinamente en el barco”, dijo bo Odar.

Aunque nacen de las mismas mentes, son dos producciones cocinadas bajo distintos métodos y lógicas. “No queríamos copiar exactamente la forma en que estructuramos las cosas en Dark. Creo que los dos conceptos necesitaban dos tipos diferentes de narración”, aclaró Friese. “No es que pensáramos: la gente no entendía a Dark, así que tenemos que hacer esto más fácil. Creo que es algo muy individual”.

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