Cuando Fidel Castro quiso derrocar a un dictador (y fracasó)

El 26 de julio de 1953, hace 70 años, un grupo de revolucionarios cubanos liderados por Fidel Castro intentó tomar el Cuartel Moncada, para facilitar el derrocamiento del dictador Fulgencio Batista. Sin embargo, las cosas no salieron bien. Esta es la historia.


Para mediados de 1953, la idea estaba clara para los jóvenes revolucionarios liderados por Fidel Castro. El verbo que más repetían era derrocar, y el objetivo era Fulgencio Batista, el entonces dictador de Cuba. Si bien había ejercido legalmente como presidente entre 1940 y 1944, desde 1952 había vuelto al poder pero de manera autoritaria, tras un golpe de Estado, el 10 de marzo de ese año.

Castro, abogado de formación había agotado todos los recursos jurídicos para sacar a Batista del gobierno. De hecho, en 1952 denunció a Batista ante un Tribunal de urgencia por violar la Constitución. Su argumento fue: “Evidenciará si es que sigue funcionando con plenitud de facultades, si es que no se ve imposibilitado por la fuerza, si es que no ha sido abolido también el cuartelazo. [...] Si existen tribunales, Batista debe ser castigado, y si Batista no es castigado (...) ¿Cómo podrá después este tribunal juzgar a un ciudadano cualquiera por sedición o rebeldía contra este régimen ilegal producto de la traición impune?”.

El Cuartel Moncada, tras el asalto del 26 de julio.

Sin embargo, el tribunal desestimó su petitorio y eso le abrió a Castro la idea de que se debía probar la vía armada. “Nosotros no somos perturbadores de oficio, ni ciegos partidarios de la violencia si la patria mejor que anhelamos se puede realizar con las armas de la razón y la inteligencia. Ningún pueblo seguiría al grupo de aventureros que pretendiese sumir al país en una contienda civil, allí donde la injusticia no predominase y las vías pacíficas y legales le franqueasen el camino a todos los ciudadanos en la contienda cívica de las ideas. Pensamos como Martí que es criminal quien promueve en un país la guerra que se le puede evitar; y quien deja de promover la guerra inevitable. Guerra civil que se puede evitar no nos verá nunca promoverla la nación cubana, como reitero que cuantas veces en Cuba se presenten las circunstancias ignominiosas que siguieron al golpe artero del 10 de marzo será un crimen dejar de promover la rebeldía inevitable”, dijo posteriormente, en 1955, comentando cuál fue su justificación.

Así, Castro al mando de un grupo de entusiastas comenzó los preparativos para el que sería su golpe. “Se inicia un intenso trabajo de reclutamiento. En julio de 1953 el Movimiento ya cuenta con al menos 1 500 hombres adiestrados y agrupados en unas 150 células. Mas, debido a la escasez de armas solo 151 militantes tuvieron participación activa en el episodio”, señala Marta Harnecker en su libro Fidel la estrategia política de la victoria (1985). El objetivo ya estaba decidido: se asaltaría el cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, la segunda fortaleza militar del país.

El dictador cubano, Fulgencio Batista.

Para evitar filtraciones, Castro tomó medidas. “La preparación del asalto se realizó de forma muy compartimentada. Menos de diez conocieron previamente, con precisión, que el bastión por atacar era el Cuartel Moncada. El propio Raúl Castro se enteró que este se ejecutaría en la provincia de Oriente cuando, junto a otros compañeros, le fue entregado el boleto para hacer el viaje por tren y vio que el destino era Santiago de Cuba”.

El objetivo del asalto no era destructivo, sino más bien darle un empujón al movimiento anti Batista. “No era un putsch que tuviera el propósito de buscar un triunfo fácil sin masas: era una acción de sorpresa para desarmar al enemigo y armar al pueblo, a fin de emprender con este la acción revolucionaria armada”, recodó en 1961 Raúl Castro, el hermano de Fidel.

Pese a los preparativos meticulosos, estos no eran lo suficiente para lograr el objetivo. “(Raúl Castro) reconoce, sin embargo, que su hermano no contaba con una “organización que respondiera a esos planes y estuviera comprometida con ellos”, pero que este confiaba en que ‘dado el estado político del país y el descontento existente, los combatientes se presentarían espontáneamente tan pronto hubiera armas y gentes dispuestas a comenzar y dirigir la acción’”, indica Harnecker.

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La fecha señalada fue el 26 de julio de 1953. Ese día, un grupo de 135 combatientes, vestidos como efectivos del ejército, abordaron 16 autos rumbo al cuartel Moncada. Se dividieron en tres grupos. Dos irían a tomarse edificios adyacentes, el Hospital Civil y el Palacio de Justicia, para apoyar la acción desde ahí. Sin embargo, quienes llegaron a este último se dieron cuenta de que por la forma del edificio, no tenían línea de tiro para apoyar la acción así que simplemente no pudieron hacer nada.

El grueso de grupo, 60 a 70 hombres, liderados por Fidel, sería quiénes se internarían en el cuartel. Sin embargo, a pocos metros de llegar, se encontraron con una patrulla de vigilancia exterior, que empezó a dispararles. Solo el primer auto, con cinco asaltantes había logrado llegar, pero fueron acribillados. Se perdió el factor sorpresa y empezó un intercambio de disparos. Tras 20 minutos, y no haber conseguido nada, Fidel ordenó la retirada.

En tanto el grupo de 23 combatientes que estaba en el Hospital, fue superado y se rindió. Pese a ello, fueron pasados por las armas y solo se salvaron 3 rebeldes. En total, el ejército batistiano tuvo 18 muertos y 28 heridos. Los asaltantes tuvieron 9 fallecidos en combate, 11 heridos, y 42 atacantes apresados y luego ejecutados por el ejército. Hubo además 9 civiles muertos en Santiago de Cuba.

Fidel Castro, apresado tras el asalto al cuartel de Moncada.

Fide fue apresado, pero a diferencia de sus compañeros, con él la orden era dejarlo con vida. Luego fue enjuiciado por la dictadura, donde pronunció su célebre autodefensa La historia me absolverá, y fue exiliado a México.

En 1956, y a bordo de yate Granma, Castro volvería a la isla con el Movimiento 26 de Julio, decididos a derrocar a Batista de una vez. Lo lograrían y entraron triunfantes a La Habana en enero de 1959. Pero esa es otra historia.

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