Chile le puso punto final a su participación en la Copa América Femenina. Un certamen en el que las dirigidas de Luis Mena alcanzaron a ilusionar con sus triunfos sobre Perú y Ecuador, pero la dura derrota ante Uruguay sepultó el sueño olímpico y las mandó a la disputa por el quinto lugar y un cupo a los Panamericanos de Lima 2027.

Y, en algo que ha sido el sino de las selecciones chilenas en más de cien años de historia, la Roja femenina se quedó con las manos vacías y se despidió del certamen con una agónica derrota por 1-0, confirmando la poca capacidad del equipo nacional de poder aguantar los resultados.

Las nubes amenazantes de Quito acompañaron un encuentro bastante discreto en cuanto a emociones durante la primera parte. A pesar de algunas insinuaciones, ninguno de los dos equipos fue capaz de dañar al otro. La Roja intentó presionar en campo rival, mientras que las guaraníes atacaban de forma más directa, pero ninguna de las dos selecciones fue efectiva en esos embates.

A los 48′, Chile tuvo una oportunidad clarísima, a través de Sonya Keefe. La delantera quedó sola frente a la arquera rival, pero terminó elevando su remate. Sin embargo, fue el reflejo de que las nacionales salieron con una actitud más decidida.

Cuatro minutos más tarde, Anaís Álvarez también generó muchísimo peligro con un disparo de distancia que casi se cuela junto al palo de la portera Soledad Belotto. En contraparte, Antonia Canales se lució controlando un potente tiro desde fuera del área de Claudia Martínez.

Un mazazo

Viendo el trámite del encuentro, Luis Mena decidió mandar a la cancha a Yenny Acuña para meter aún presión a la Albirroja, que parecía bastante conforme con el empate sin goles. Casi como si estuviesen esperando la definición a penales, por lo que los riesgos fueron que tomaron fueron bastante controlados. Aún así, más tarde tendrían su premio.

En las chilenas, Rosario Balmaceda, también ingresada en el segundo tiempo, intentó desequilibrar desde la izquierda con sus desbordes. También la entrada de Yanara Aedo pretendió darle más fútbol en el medio a la escuadra nacional, pero el reloj seguía corriendo y esas intenciones no se concretaban en goles.

Por su parte, las paraguayas mantuvieron su postura de aguantar el resultado y apostar al poderío ofensivo de Martínez y apostar a algún acierto o desinteligencia rival. Y sucedió lo primero en el minuto 90+1′, Camila Arrieta sacó un zapatazo imposible para Canales, quien se estiró, impotente, sin poder llegar a ese tiro rasante que se le metió junto a su palo izquierdo.

Las lágrimas de las jugadoras reflejaban la decepción de una Copa América algo extraña, donde mostraron aspectos esperanzadores en los primeros encuentros, pero que finalmente terminaron diluyéndose y lamentando una amarga participación que deja bastantes dudas sobre el futuro del proceso de Luis Mena.