No está muerto quién pelea. Y en el Valparaíso de múltiples colores, lo saben. Por lo mismo, no fue la hinchada de Wanderers la que gritó el gol de Gabriel Rojas. Tampoco fue el resto de la gente que acompañaba al Decano en el estadio Elías Figueroa. Fue toda una ciudad. Y quizás, gran parte del país.

Es que el equipo del puerto principal se ganó la empatía de todo el planeta fútbol al sufrir tanto en el inicio del Torneo y por lo mismo, nadie se quiso restar del carnaval que se desató en los cerros, cuando el árbitro Julio Bascuñán dio por terminado el clásico ante Everton.

Claro que las cosas no fueron fáciles, pese a que Sebastián Ubilla abrió la cuenta a los nueve minutos. Porque los ruleteros tienen a Cecilio Waterman, quien ganó la banda derecha y con un centro habilitó a Álvaro Madrid para que igualara la cuenta a los 27′.

De ahí en más, parecía que los fantasmas volvían a la joya del Pacífico. Los dirigidos de Emiliano Astorga no encontraban la fórmula para llegar al arco defendido por Franco Torgnascioli y Christian Bravo los asustaba con un remate en el travesaño.

Luego vino la replica verde con un disparo desvíado de Juan Soto (55′) y la respuesta de los ruleteros con un córner de Rodrigo Echeverría que se paseó por el área caturra sin que nadie lo conectara (57′). Sin embargo. faltaba la última movida de Astorga. La más importante. Y la que se guardó hasta que el reloj lo apremiaba.

El técnico de Wanderers manda a Rojas a la cancha en los los minutos (entra por Ubilla) y a los 87′, recibe una pelota fuera del área, amaga con pegarle, se acomoda y saca un tiro imparable, para inflar las redes, gritarlo con el alma y dejar a su escuadra más viva que nunca.

“Es una una emoción tremenda la que siento. ¡Qué mejor que marcar mi primer gol en el clásico! Jamás se me olvidará”, dijo el joven ariete en TNT Sports. Luego agregó que “sentfía que se venía algo bueno y le pegué con el corazón. Va a quedar marcado en mi mente, pensé en controlar y pegarle al arco, nada más”.

Y con su estreno goleador, los Panzers quedaron con 18 unidades y a sólo cinco de salvarse del descenso directo.

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