15/N: historia oral de un acuerdo

Firma por la Paz y la Nueva Constitución
14 de Noviembre 2019/ SANTIAGO Luego de ser redactada la carta y llegar a un acuerdo durante la reunión de todos los partido por el acuerdo de una nueva constitución. FOTO:AILEN DIAZ/AGENCIAUNO

A tres años de aquel 15 de noviembre de 2019, día en que se firmó el histórico Acuerdo por la paz y la nueva Constitución, que dio paso al inicio del proceso para proponer una nueva Carta Magna, La Tercera conversó con ocho protagonistas de esas intensas negociaciones. Aquí, contado en primera persona, lo que vivieron y pensaron quienes firmaron ese acuerdo que marcó la historia reciente de Chile.


Fue una extensa jornada de máxima tensión la que se vivió al interior de la sede de Santiago del Congreso entre el jueves 14 y la madrugada del 15 de noviembre de 2019, en una carrera contra el tiempo para cerrar las negociaciones que culminaron en el Acuerdo por la paz y la nueva Constitución, que dio una salida institucional a la crisis política y social que enfrentaba Chile tras el estallido. A tres años del hito, La Tercera conversó con ocho de los protagonistas de ese proceso, que algunos han calificado como “la noche que se salvó la democracia”.

Pese al fracaso de la Convención Constitucional, que surgió de esa negociación, y al mayoritario rechazo ciudadano, el 4 de septiembre pasado, al texto propuesto para una nueva Constitución, los negociadores de esa noche mantienen una “alta valoración sobre el papel que jugó la política” para resolver “con más democracia” una crisis como la que ocurrió hace tres años.

Estos son los recuerdos, reflexiones e historias no contadas de los protagonistas de la noche del 15 de noviembre: Jaime Quintana, entonces presidente del Senado; Gonzalo Blumel, exministro del Interior; los senadores Juan Antonio Coloma, Álvaro Elizalde y Alfonso de Urresti; la exsenadora Ena von Baer; la diputada, expresidenta de RD, Catalina Pérez; el expresidente de RN Mario Desbordes; y el expresidente de la DC Fuad Chahín.

1.- Negociando bajo presión

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Ena von Baer y Jacqueline van Rysselberghe el 15 de noviembre de 2019 en la sede de Santiago del Congreso FOTO: José Francisco Zuñiga/AGENCIAUNO

Jaime Quintana: Fueron momentos bien difíciles los que se vivían a lo largo de todo el país. Y el margen que nosotros teníamos era bastante limitado. Entendíamos que había un espacio para la política en ese entonces, para la buena política, cual era hacer un esfuerzo de diálogo con todas las fuerzas y alcanzar un entendimiento institucional, léase retomar o iniciar el proceso constituyente. Digo retomar, porque ya Bachelet en 2014-2015 había iniciado un proceso que fue interrumpido tras la llegada del segundo mandato del Presidente Piñera.

Mario Desbordes: ¿Cuántos países logran encauzar esto de manera democrática? Lo de Chile fue un ejemplo. Y la verdad es que estoy orgulloso de eso, y creo que la gente de la derecha más dura, que critica mucho esto y nos trata de traidores, muchas de esas mismas personas esa noche rogaban por un acuerdo, tengo WhatsApp de muchos de ellos. Esa noche la gran mayoría de las personas nos pedía, por favor, que tuviéramos flexibilidad y sensatez para llegar a un buen acuerdo constitucional.

Juan Antonio Coloma: Es verdad que Mario Marcel, desde el Banco Central, nos advertía los riesgos graves que se podían producir si el proceso seguía en este desfonde global. Todos sentíamos una responsabilidad muy grande en cuanto a ser partes y liderar un proceso, no seguir en que las cosas fueran por un camino, por el acantilado, simplemente para que esto se desmoronara. Así que había que hacer un esfuerzo, y claro que tenía costos muy grandes, como era que había que elaborar un nuevo texto constitucional.

Ena von Baer: Estoy conforme con el acuerdo que logramos esa noche, dado el contexto en que estábamos viviendo (…). Aunque sigo pensando que lo que la gente salió a reclamar no se soluciona con una nueva Constitución, este era el camino político que encontramos entre todos para poder depositar de alguna manera todas las problemáticas en una alternativa de salida.

Firmas Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución
Las firmas de quienes suscribieron el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución el 15 de noviembre de 2019

Catalina Pérez: Me acuerdo que cuando yo estaba dando el discurso de cierre, cuando ya se presenta el acuerdo, tenía en simultáneo a compañeros en Lo Hermida atendiendo familiares que llegaban con balas en el cuerpo, teníamos en paralelo una brigada de abogados que estaban en comisaría, había sido una noche de mucha violencia en Calama, entonces creo que muchos estábamos angustiados por la gente (...). Esa presión era la que teníamos, la presión por el cese de la violencia, la represión policial creo que cruzó límites que nos preocupaban mucho también y la necesidad de que el sistema democrático lograra finalmente dar una respuesta.

Gonzalo Blumel: Obviamente, el contexto afecta y nos imponía una exigencia, creo que era importante buscar una salida institucional, política, democrática, pacífica sobre todo, a la crisis que estábamos viviendo desde el 18 de octubre. Obviamente era una exigencia y por eso que en ese minuto, en mi calidad del ministro del Interior, impulsé la búsqueda de este acuerdo y la valoramos abiertamente y explícitamente la misma noche del 15 de noviembre.

Álvaro Elizalde: Fue un buen acuerdo para Chile. En ese sentido, voy a reivindicar que ante una crisis social significativa como la que estábamos viviendo, se dio una salida democrática e institucional (...). No me sentí presionado, porque nosotros estábamos defendiendo una convicción, nosotros creemos que Chile debe tener una Constitución como factor de unidad, una Constitución que nos represente e interprete a todos desde hace mucho tiempo.

Fuad Chahin: Sentí una responsabilidad, no una presión. La responsabilidad de que había que encontrar un acuerdo. O la política estaba a la altura de las circunstancias o podíamos terminar perdiendo la democracia, y eso sí que era el fracaso completo de la política (...). Si tú me preguntas si hice alguna concesión que vaya más allá de lo que era prudente, para nada. Nosotros siempre pensamos que teníamos que tener una hoja en blanco, dos tercios para poder garantizar acuerdos.

2.- Las historias no contadas

Momentos en que se redactaba el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución el 15 de noviembre de 2019 FOTOS: PATRICIO FUENTES Y./ LA TERCERA

Jaime Quintana: Yo entonces tomé la decisión, que muchos no comprendieron ni respaldaron, no sólo en la derecha, también en mi sector, de suspender todo el resto de la agenda legislativa y abocarnos por completo, hasta terminar, en la búsqueda de este acuerdo. Todo el espectro político, incluido el PC, que al final se restó, estuvo incluido en esas conversaciones previas. Por eso me sorprendió el papel que tuvo el entonces presidente de la Cámara de Diputados Iván Flores (DC). Él siguió sesionando en la Cámara y nunca entendió la importancia de este acuerdo, él decía que esto era parte de la cocina política y no vio la oportunidad que se abría. No figuró en este acuerdo.

Gonzalo Blumel: Tuvimos una reunión en particular acá (en su casa), que básicamente la tuvimos que hacer acá, porque fue el día 12 de noviembre, fue una reunión de emergencia producto de los graves hechos de violencia que ocurrieron ese día y ahí nos reunimos con el presidente del Senado, Jaime Quintana; con el presidente de la Comisión de Constitución, el exsenador Felipe Harboe, y con el subsecretario de Desarrollo Regional, Claudio Alvarado, los cuatro nos juntamos producto de las circunstancias para poder trazar las líneas del Acuerdo por la paz y la nueva Constitución. Y en esa reunión, que obviamente fue súper intensa por las circunstancias, logramos trazar y bajar las primeras líneas de lo que finalmente se terminó materializando.

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15 de noviembre del 2019/ El entonces ministro del Interior, Gonzalo Blumel, hablan tras la firma del Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE/AGENCIAUNO

Catalina Pérez: Los quórums no era algo que nosotros tuviésemos en consideración, no era parte de nuestros mínimos, no lo habíamos pensado, la verdad, como parte de los elementos; para nosotros la hoja en blanco era trascendental, y cuando nos plantean los quórums nosotros llamamos a un montón de gente, pero entre esos a quienes llamamos es a quienes luego serían convencionales constituyentes por el FA, y ahí Fernando Atria y Jaime Bassa son los que toman un rol fundamental en decirles al Frente Amplio y a las actorías del acuerdo, es legítimo, está bien, es razonable poner quórums supramayoritarios para generar acuerdos que sean transversales.

Para mí algo que fue significativo fue la relación que hubo con el mundo social durante ese día. Hubo varias organizaciones a las cuales nosotros convocamos al ex Congreso Nacional a contarles respecto del acuerdo, porque necesitábamos desde el FA, pero creo que desde la política institucionalizada, tener alguna relación de conversación con algún actor lo más cercano posible a la sensación de movilización que había en las calles. Y creo que la presencia ese día de las organizaciones sociales es algo de lo que algún día tiene que escribirse y el rol que jugaron dentro de lo que fue la discusión constitucional.

Ena von Baer: Para que todo fuera más rápido, terminamos negociando todos los sectores en el primer piso del ex Congreso. La centroderecha ocupaba la oficina del senador Juan Antonio Coloma, que estaba al final del pasillo, y la centroizquierda terminó en la oficina de la senadora Luz Ebensperguer. Todos transitábamos de una oficina a otra y yo iba de un lago a otro con mi computador personal, en el que terminamos redactando el texto del acuerdo. Tengo dislexia, por lo que doy vuelta las letras, y a mí me daba mucho miedo que el acuerdo saliera con faltas de ortografía. Cuando finalmente estábamos en la oficina de Jaime Quintana para la firma del acuerdo, yo estaba muy nerviosa y tenía al entonces diputado Miguel Crispi y a un asesor del senador Quintana a quienes les pedí que por favor revisaran el texto una y otra vez para que no saliera con faltas de ortografía.

Alfonso de Urresti: No fue sólo esa noche, sino muchas noches, múltiples reuniones bilaterales, gente que se enojó, gente que se fue, algunos partidos estuvieron integrando las mesas de negociaciones y luego desaparecieron, recuerdo al menos al Partido Comunista, que estuvo presente con dos de sus diputadas y que luego no estuvieron presentes al cierre del acuerdo. Tengo guardadas las actas, porque llevaba registro de estas negociaciones. Hubo gente que lloró, gente en la derecha que estaba muy tensionada, porque sentía que perdían el legado de Guzmán, el legado pinochetista.

Para que no hubiera filtraciones y que la discusión se llevara en la prensa y fuera de los textos que se iban avanzando, todo lo hacíamos a través de un pendrive. Cada uno de los párrafos que se redactaban se guardaban en el pendrive y se le pasaba a la persona que tenía que imprimir el texto que íbamos trabajando, así evitábamos que el documento circulara masivamente durante las negociaciones.

Mario Desbordes: (Andrés Allamand) en un momento quiso bloquear todo. Llegó un minuto, incluso, cerca de las 15 horas (del jueves 14) que pidió que siguiéramos al día siguiente. Yo de inmediato di una conferencia de prensa, y dije que aquí no se mueve nadie hasta que no lleguemos a acuerdo”. Porque este grupito pequeño estuvo a punto de frustrar todo ese esfuerzo. Yo me quedo con los que tuvieron la flexibilidad de llegar a ese acuerdo.

Cuando votamos el voto obligatorio, los que más se opusieron eran los de la derecha más dura. El voto voluntario les sirve a los extremos, porque en la medida en que haya polarización van a votar solo los electores más comprometidos, pero cuando hay voto obligatorio va a votar gente apolítica y que tiende a evaluar las cosas de una manera más ecuánime y, por tanto, el voto obligatorio en el plebiscito de salida fue fundamental para que la gente mayoritariamente dijera si la propuesta era buena o mala. En ese sentido el acuerdo funcionó de manera impecable, funcionó la democracia. El pueblo de Chile demostró que es sabio y que no hay que tenerle miedo a consultarle.

Parte de las intensas negociaciones el 15 de noviembre de 2019 FOTOS: PATRICIO FUENTES Y./ LA TERCERA

Juan Antonio Coloma: En estos procesos se va generando una dinámica que impide ver las cosas en perspectiva, que te permita ver dónde le aprieta el zapato al otro. Esa tarde me encontré en el baño en un momento determinado con el actual Presidente Gabriel Boric. Habíamos tenido tiempo antes una conversación nada que ver, así que lo conocía, no había amistad, pero sí a lo menos un mínimo de confianza. Le comenté: ‘qué complicado lo que estamos enfrentando, no pudiendo llegar a un entendimiento clave para que subsista la democracia. Él me dice: te encuentro toda la razón, me parece increíble. Así surgió la conversación sobre qué cosas eran decisivas para cada sector. Tal vez, el hecho de no estar en una mesa de negociaciones tensa, de no tener las cámaras encima, hizo que uno y otro dijéramos sí ustedes tal cosa, y si nosotros tal otra… Y ahí nos dimos cuenta de que sí se podía. Gabriel Boric me dice de pronto, ya velo tú con tu gente y yo lo hablo con la mía. Yo hablé con mi partido, con la gente de Chile Vamos, y todos dijeron que era razonable, como era el tema de los 2/3, que algunos decían que se podía lograr, y el plebiscito de entrada, que era algo muy resistido en mi sector y que era la contraprestación, además, de dos cosas más que eran muy razonables. Como a los 10 minutos me llama Gabriel Boric y me dice que va bien. Mirando en perspectiva, tal vez fue un momento medio embarazoso, pero bueno, así se dan las cosas a veces.

Otra de las cosas bien dramáticas es cuando su partido desautoriza a Gabriel Boric. Eso fue terrible. Mucha gente dijo chuuuuu en ese momento. En mi sector había mucha gente que no quería simplemente que firmáramos el acuerdo, así que cuando ven que esto puede no resultar, decían bien, no resultó. Pero al final fue muy valioso que Gabriel Boric firmara igual a título personal.

Fuad Chahin: Una de las exigencias que yo impulsé desde el principio fue el voto obligatorio, que yo quería que fuese en los tres hitos electorales, en los dos plebiscitos, de entrada y salida y en la elección de convencionales y curiosamente la derecha, paradójicamente, se opuso completamente. Estuvimos entrampados un par de horas hasta que se acordó el voto obligatorio solo en el plebiscito de salida.

Esa tarde, yo tenía a los móviles de Chilevisión afuera del Congreso para llevarme al programa (La Divina Comida) y estaban en la casa de Andrés de León y yo dije “lo siento” (…) partía la grabación tipo 7 de la tarde y eran las 11 de la noche y estaban todos esperándome para grabar el programa y dije “saben que ya no llego”, y como a las 12 partió esa Divina Comida y fue el primer capítulo en que no llegó un asistente y me tenían en una imagen ahí en un iPad.

Álvaro Elizalde: En la sala de la vicepresidencia fue donde se conversaron los detalles últimos, ya se había llegado a acuerdo, pero era necesario establecer ciertas precisiones en la redacción, por lo tanto nos concentramos, no reunimos todos en esta sala, había dos computadores, uno que estaba con la exsenadora Ena von Baer y otro que estaba con el exdiputado Miguel Crispi, que iban tomando nota del acuerdo, y ahí se hicieron ciertas precisiones, por ejemplo, el plebiscito originalmente iba a tener dos opciones: Sí y No, y ahí se acordó que fueran opciones distintas: Apruebo y Rechazo, para que no tuvieran vinculación con el plebiscito del 88.

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