Fernando de la Rúa: A 20 años de la crisis que derribó al Presidente y cuyos ecos aún perduran en Argentina

Fernando de la Rúa se prepara para salir en helicóptero de la Casa Rosada luego de renunciar en medio de violentas manifestaciones que dejaron 30 muertos, en Buenos Aires el 20 de diciembre de 2001. Foto: AFP

Las cicatrices de la grave crisis económica y política, que terminó con el mandatario de la Unión Cívica Radical escapando en helicóptero de la Casa Rosada el 20 de diciembre de 2001, aún se palpan. “En 20 años, Argentina no ha aprendido demasiado”, afirman analistas.


Argentina vivió hace 20 años la peor de sus crisis económicas y políticas, con el default más grande de la historia, al colapsar el tipo de cambio fijo, con depósitos bancarios confiscados y un presidente que huyó en helicóptero en medio de una rebelión popular, recuerda France Presse. Las cicatrices de aquel trauma se palpan aún hoy, en una desconfianza generalizada hacia la dirigencia política a la que en diciembre de 2001 la población le pedía a gritos: “¡Que se vayan todos!”.

Así quedó de manifiesto en vísperas del vigésimo aniversario de la renuncia de Fernando de la Rúa, cuando el exministro de Economía de la Alianza Domingo Cavallo, y el exministro de Producción de Eduardo Duhalde, José Ignacio de Mendiguren, protagonizaron una intensa discusión en televisión intentando explicar lo sucedido hace dos décadas.

Por videollamada, Cavallo opinó que “muchos de los que empujaban la desestabilización” del gobierno de De la Rúa, “lo que querían era el abandono total de la convertibilidad y, sobre todo, lo que fue después la barbaridad de pesificar compulsivamente todos los depósitos y todos los préstamos”. El responsable de la convertibilidad e impulsor del corralito, continuó diciendo que “Duhalde no quería pesificar”, que “su plan era otro”, y que pesificando, “todos los que estaban endeudados en dólares -las grandes empresas que representaba De Mendiguren- iban a licuar sus pasivos”, según consigna Infobae.

El expresidente argentino Fernando de la Rúa abandona la Casa Rosada en helicóptero tras dimitir durante una crisis económica, el 20 de diciembre de 2001. Foto: AFP

“¿Usted está hablando en serio Cavallo, o cree que somos bobos?”, interrumpió el actual presidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior (Bice). “Fíjese que me parece que tiene fiebre, a usted lo traiciona el subconsciente, usted es un mentiroso y está mal de la cabeza”, le espetó antes de preguntarle: “¿Vio los muertos que provocó?”.

“Sos un mentiroso, vos sabés que eso no fue así”, le contestó Cavallo. “Dejá de mentir”, insistió De Mendiguren. “Vos tendrías que estar preso, pusiste un sistema bimonetario de curso legal sin prestamistas de última instancia, vos sabías que cuando hubiera una corrida no ibas a poder pararla, por eso paraste los bancos, caradura”, agregó.

Y es que aquel 2001 entró en la memoria colectiva. “Hubo una sensación de fuerte orfandad, desconfianza en las instituciones, el Estado y los bancos”, dijo a France Presse el historiador Felipe Pigna. Los ahorristas reclamaban a gritos y cacerolazos la devolución de su dinero bloqueado en los bancos en el corralito, instrumentado por el ministro de Economía Domingo Cavallo en busca de evitar el derrumbe del sistema bancario.

Miles de personas se lanzaron a los supermercados a saquear alimentos, un brutal contraste con la época en la que muchos argentinos compraban bienes importados de lujo gracias a un peso sobrevaluado.

Manifestantes caminan por una calle llena de piedras cerca del Congreso durante las protestas contra el gobierno de Fernando de la Rúa, el 20 de diciembre de 2001. Foto: AFP

En medio del incendio, De la Rúa decretó el estado de sitio el 19 de diciembre. La policía cargó con sus caballos contra las Madres de Plaza de Mayo, que buscan a sus hijos desaparecidos durante la dictadura. Fue como echar leña al fuego. Centenares de miles se lanzaron a las calles. Unas 40 personas cayeron bajo las balas policiales en las manifestaciones y saqueos. “El recuerdo es de sangre, dolor y el estado de sitio que es cosa de una dictadura”, reflexionó Pigna.

De la Rúa, del ala conservadora de la socialdemócrata Unión Cívica Radical (UCR), renunció y escapó en helicóptero de la Casa Rosada, rodeada por manifestantes, al atardecer del 20 de diciembre. En 11 días, Argentina tuvo cinco presidentes.

La crisis que detonó la caída de De la Rúa quedó como un punto bisagra en la historia argentina reciente.

Julio Burdman, analista político y académico de la Universidad de Buenos Aires

Nombrado presidente por el Congreso, el peronista Adolfo Rodríguez Saá declaró entre vítores el default más grande de la historia por US$ 100.000 millones (70% del pasivo). Duró una semana en el poder. Otro presidente peronista de derecha, Eduardo Duhalde, asumió y llamó a elecciones anticipadas. Así surgió un mandatario también peronista, pero ubicado más a la izquierda, Néstor Kirchner (2003-2007), que inició una era que continuó con dos mandatos de su esposa, la hoy vicepresidenta Cristina Fernández.

Punto bisagra en la historia

“La crisis que detonó la caída de De la Rúa quedó como un punto bisagra en la historia argentina reciente”, comenta a La Tercera Julio Burdman, analista político y académico de la Universidad de Buenos Aires. “Casi toda la segunda mitad del siglo XX estuvo marcada por una sucesión de crisis políticas y económicas, pero la de 2001 fue distinta, porque la sociedad argentina experimentó una quiebra generalizada. Desde entonces, los niveles de pobreza fueron siempre altos, y el Estado argentino tuvo que volcarse hacia las políticas de asistencia a la pobreza y el desempleo estructural. En el siglo XXI, después de la caída de De la Rúa, Argentina empezó a verse a sí misma como un país pobre. Tras la crisis surgieron dos corrientes políticas, el kirchnerismo y el macrismo, que aún discuten con los fantasmas de aquel colapso”, agrega.

La policía montada cruza a través de una pancarta sostenida por manifestantes antigubernamentales en Plaza de Mayo, Buenos Aires, el 20 de diciembre de 2001. Foto: AFP

José Ángel Di Mauro, director de Semanario Parlamentario y biógrafo de la actual vicepresidenta Cristina Fernández, dice que “2001 es para los argentinos una referencia siempre ineludible para todo tipo de crisis”. “Es habitual la comparación cada vez que estamos en problemas. Y sí, lo que sucedió entonces ha estado presente en todos los gobiernos, como una suerte de advertencia. Porque desde entonces diciembre se transformó en una suerte de advertencia para todos los gobiernos, y ese temor omnipresente ha empoderado a las organizaciones sociales y también a otros sectores para presionar para obtener distintas prebendas”, comenta a La Tercera.

2001 es para los argentinos una referencia siempre ineludible para todo tipo de crisis.

José Ángel Di Mauro, director de Semanario Parlamentario y biógrafo de Cristina Fernández

A dos décadas del estallido que derribó a De la Rúa, los ecos de esa crisis aún resuenan. “La sociedad argentina se fue adaptando a los techos que dejó la crisis. Veinte años después, los indicadores sociales siguen siendo malos, pero parecieran formar parte de la nueva normalidad. Esta sería, por lo tanto, la herida abierta: la aceptación de que Argentina ya no es lo que era. Casi todas las fuerzas políticas en la actualidad tienen nostalgias del pasado: de la primavera alfonsinista (1983-85), del peronismo histórico (1943-55) y hasta de la etapa pre-peronista... Eso se traduce en dificultades para diagnosticar el presente y anticipar el futuro”, apunta Burdman.

Árboles se queman en la Plaza de Mayo en Buenos Aires luego que la policía usara gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes durante los disturbios, el 20 de diciembre de 2001. Foto: AFP

La represión policial que marcó la salida del mandatario de la UCR aún es una herida abierta en la sociedad argentina. “Demostrando un curioso don del manejo de los tiempos, justamente la justicia ha confirmado esta semana las condenas a los responsables de la represión en Plaza de Mayo de esos días. Pero amén de esa página que la sociedad ha dado vuelta, sigue pendiente de soluciones que nunca llegan. Esa vez Argentina tocó fondo, pero recurrentemente nos ha pasado una y otra vez que hemos vuelto a estar en situaciones límite, y si eso sucede es porque la política no les ha encontrado solución a los problemas de la economía”, según Di Mauro.

Algo en lo que coincide Rosendo Fraga, politólogo y director del Centro de Estudios Nueva Mayoría. “En 20 años, Argentina no ha aprendido demasiado. La economía está en crisis, la inflación anual supera el 50% y el país está de vuelta al borde del default”, explica el analista a La Tercera.

En 20 años, Argentina no ha aprendido demasiado (...) El cuestionamiento a la dirigencia es importante tanto entonces como ahora.

Rosendo Fraga, politólogo y director del Centro de Estudios Nueva Mayoría

Di Mauro y Fraga también apuntan al aprendizaje de la clase política argentina tras la crisis de 2001. “A pesar de tener la oportunidad inédita de revertir una pendiente interminable, los políticos cayeron en tentaciones de eternización que priorizaron por sobre las soluciones definitivas que necesita el país, y así volvemos a respuestas coyunturales a problemas trascendentes que nunca terminamos solucionando, sino más bien ahondando”, asegura el director de Semanario Parlamentario.

Fraga, por su parte, cree que “la dirigencia política sí aprendió que perder el control de la calle implica perder el poder político. Esto hace que este más atenta a evitar los desbordes que tratar de resolver los problemas que pueden crearlos”. Y concluye: “El cuestionamiento a la dirigencia es importante tanto entonces como ahora”.

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