David McAllister, eurodiputado: “Putin es responsable de los peores crímenes de guerra y atrocidades que se han cometido en nuestro continente desde 1945”

El presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, David McAllister, durante su entrevista con La Tercera. Foto: Andrés Pérez / La Tercera

Durante la visita de dos días del presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo a Chile, McAllister conversó con La Tercera sobre el desafío que representa la creciente influencia de China en Latinoamérica, así como de los planes de la Unión Europea para disputar esa situación, lo que incluye la firma de numerosos acuerdos, incluida la modernización del vigente con nuestro país.


Su nombre podría confundir a más de alguno. Es, a la distancia, el más británico posible, pero David McAllister no nació en la isla, sino que es alemán: su padre sirvió en el Ejército británico y su último destino fue Berlín Occidental. “Soy hijo de la Guerra Fría”, dijo a La Tercera el eurodiputado alemán del Partido Popular Europeo y presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo. Esa historia, haber visto al mundo polarizado a niveles extremos, le hizo creer que Europa no vería nunca más un enfrentamiento tan sangriento en sus tierras, pero la guerra de Rusia en Ucrania cambió el panorama global.

Su viaje lo llevará dos días a Brasil, luego de los dos programados en Chile, donde ya se reunió con representantes del gobierno y sostuvo otra con el expresidente Ricardo Lagos durante el lunes. Fue un día ajetreado, aseguró, pero la agenda es apretada. Este martes viajó a Valparaíso para continuar con una serie de reuniones, esta vez en el Congreso, pues su meta -a título personal, acotó- es impulsar “que la Unión Europea celebre acuerdos comerciales”, incluidos la modernización del UE-Chile y el UE-Mercosur, trabado hace meses por diferencias principalmente empujadas por Francia sobre las restricciones medioambientales que se exige a la UE y que, reclaman, se debían cumplir en Brasil.

¿Cómo se inserta la dinámica de Occidente alineándose, en su mayoría, tras Ucrania en un contexto geopolítico en que cada vez más pareciera que se están formando bandos en el mundo?

Crecí en Berlín Occidental, una ciudad rodeada por un muro que era el faro del mundo libre, rodeado por la amenaza comunista. Durante mi servicio militar cayó el muro, y vimos el colapso del Pacto de Varsovia. Mi generación se alegró mucho de ver una nueva fase de la historia europea, de que por fin Occidente y Oriente se unieran. Los países de Europa del Este se convirtieron en democracias, se unieron a la OTAN y a la Unión Europea, y esperábamos que llegara una fase en la que nunca jamás volviéramos a ver la guerra en Europa. Pero este 24 de febrero de 2022 lo ha cambiado todo, porque no se trata solo de una invasión brutal, injustificada e imperialista de la Federación Rusa contra Ucrania, es un ataque brutal y violento contra la arquitectura europea de paz y seguridad. Por eso creo firmemente que esta guerra de agresión rusa contra Ucrania es la amenaza más grave para el actual orden internacional basado en normas. El resultado de esta guerra afectará a los fundamentos mismos de nuestra convivencia en este mundo. Por eso Ucrania debe triunfar, porque si la Federación Rusa triunfa, serán muy malas noticias para todos los países pequeños, medianos y grandes del mundo. El “derecho de poder” es un concepto extremadamente peligroso en un mundo tan complejo como en el que vivimos. Por eso los europeos, junto con nuestros aliados y socios occidentales, Estados Unidos, Canadá, Japón, Corea del Sur, Australia, Reino Unido, estamos apoyando a Ucrania todo el tiempo que haga falta. Económica, financiera y humanitaria y también militarmente, porque las valientes mujeres y hombres ucranianos que luchan por su propio país y libertad defienden también nuestros valores europeos. Esta guerra debe terminar. Necesitamos una paz justa para los ucranianos, y está en manos del dictador ruso poner fin a estas atrocidades. El Presidente (Vladimir) Putin es responsable de los peores crímenes de guerra y atrocidades que ha visto nuestro continente desde 1945, y por eso lo consideramos un criminal de guerra. Algún día tendrá que justificarse por las atrocidades de las que él y su entorno son responsables. Me emociona bastante este tema porque nunca hubiera pensado que veríamos estas imágenes de Bucha. Celebramos que Chile, como muchos otros países latinoamericanos, haya sido claro en su condena a esta agresión bélica rusa.

El Presidente ruso Vladimir Putin participa en una reunión con una delegación de líderes africanos para discutir su propuesta de conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania, en San Petersburgo. Foto: Reuters

¿Cuánto tiempo más cree que se podrá sostener el apoyo económico y político a Ucrania desde la Unión Europea?

Solo puedo hablar en nombre de la Unión Europea, pero junto con nuestros aliados y socios seguimos unidos y decididos en nuestro apoyo a Ucrania. Comprendo perfectamente que los ucranianos no confíen en el Kremlin, porque hasta ahora la Federación Rusa no ha mostrado ningún interés en poner fin a estas atrocidades. Los ucranianos están librando una guerra totalmente defensiva, están tratando de hacer retroceder a los militares rusos, que primero en 2014 se anexionaron ilegalmente Crimea, y luego llevaron la guerra a un nuevo nivel, con una invasión en toda regla. Putin ha subestimado la valentía, el coraje y la fuerza del pueblo ucraniano. Ha sobrestimado las capacidades de sus propias Fuerzas Armadas, y ha subestimado totalmente la unidad de la UE y nuestros aliados occidentales. Mientras tanto, seguiremos apoyando a Ucrania, como ya he dicho, todo el tiempo que haga falta. Rusia es un patrocinador del terrorismo de Estado, y un Estado que utiliza los medios del terrorismo para bombardear hospitales, infraestructura civil y bloques de viviendas. Solo hay un calificativo para eso: es terrorismo de Estado. Existe un plan de paz. Son los 12 puntos presentados por el Presidente (Volodymyr) Zelensky, respaldados por la Unión Europea, por lo que está en manos del dictador ruso poner fin a esta guerra. Los ucranianos son gente tan amable y simpática como los chilenos.

El Acuerdo Marco Avanzado UE-Chile tomó cinco años para modernizarlo, y se habla en Chile de la intención de firmarlo durante la cumbre de jefes de Estado CELAC-UE. ¿Qué importancia tiene dicho acuerdo para la UE? ¿Cree posible cumplir con dicho plazo?

Chile es un socio clave para la Unión Europea en América Latina. Compartimos valores democráticos e intereses comunes en materia de comercio, cambio climático, conectividad y desarrollo sostenible. Me alegró mucho ver que la visita a Chile de la presidenta de la Comisión Europea, mi amiga Ursula von der Leyen, fue todo un éxito. En cuanto al acuerdo marco, creo que todos los grupos políticos del Parlamento Europeo acogimos con satisfacción la conclusión política de las negociaciones sobre el Acuerdo Marco Avanzado UE-Chile en diciembre del año pasado. En estos tiempos de cambios geopolíticos, es vital proteger los valores que defendemos y reforzar la amistad entre socios afines. Y Chile es sin duda un socio afín. Este acuerdo nos permitirá llevar nuestra asociación al siguiente nivel y reforzar el diálogo político, así como fomentar el comercio y las oportunidades de inversión. En el Parlamento Europeo celebramos que, por primera vez, este acuerdo incluya un capítulo independiente sobre comercio e igualdad de género. Esto incluye un capítulo separado que fue explícitamente demandado por el Parlamento Europeo. En cuanto al calendario, esperemos que el acuerdo se firme formalmente pronto. Cuanto antes, mejor. Ahora estamos en la fase de lo que en Bruselas llamamos revisión legal y, por supuesto, este acuerdo tiene que traducirse a las 24 lenguas oficiales de la Unión Europea. Como Parlamento Europeo, nos esforzaremos por lograr un acuerdo rápido y votarlo a su debido tiempo antes de las próximas elecciones europeas. Estas tendrán lugar del 6 al 9 de junio. La última sesión del Parlamento será en abril de 2024, pero queremos que esto se haga mucho antes, por lo que definitivamente queremos completar todo el procedimiento del Acuerdo Marco Avanzado UE-Chile antes del final de esta legislatura.

El eurodiputado alemán del Partido Popular Europeo y presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, David McAllister. Foto: Andrés Pérez / La Tercera.

Sobre el acuerdo UE-Mercosur, ¿cuál es su postura frente al castigo comercial a Brasil en materia medioambiental, considerando que algunos analistas han manifestado que es una de las grandes trabas para cerrarlo?

El acuerdo con Mercosur ocupa un lugar destacado en nuestra agenda. La presidencia brasileña de Mercosur, por un lado, y la española del Consejo de la UE en el segundo semestre de este año, por otro, abren una ventana de oportunidad única para la conclusión del acuerdo. Personalmente, creo que deberíamos completarlo lo antes posible, puesto que tiene enormes ventajas para ambas partes. El acuerdo sería algo más que un pacto de libre comercio, se trata de reforzar nuestra asociación política con el bloque. Todavía tenemos algunos asuntos pendientes, sí, tienes razón. La UE ha presentado un instrumento adicional de sustentabilidad, que ha suscitado algunas preocupaciones por parte del Mercosur. Creo que ahora es importante que estemos abiertos a escuchar las preocupaciones de nuestros socios, queremos ser pragmáticos, y personalmente espero de verdad que podamos superar las cuestiones pendientes en los próximos meses. Si todo va bien, pero lo digo a título personal, lo mejor sería que en los próximos meses cerráramos el acuerdo con Chile, el con México, el de Australia y, como guinda del pastel, el acuerdo con Mercosur. Así que estás hablando con alguien que está muy a favor de que la Unión Europea celebre acuerdos comerciales. Nos encontramos en la temporada de América Latina en la Unión Europea. Hace dos semanas, el alto representante Josep Borrell presentó la nueva estrategia para América Latina, después tuvimos una notable visita de nuestra presidenta a cuatro importantes países de América Latina, y ahora estamos preparando la Cumbre UE-CELAC de los días 17 y 18 de julio en Bruselas.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto al Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en el palacio de Planalto. Foto: AP

Es conocido el interés de China por ampliar su esfera de influencia, y Latinoamérica es uno de los focos de esa intención. ¿Cuánto margen considera que tiene la UE para negociar con las economías más grandes de esta región sin hacer que miren hacia Beijing en vez de Occidente?

América Latina es una parte del mundo cultural, económica y políticamente muy cercana a la UE. En toda la región se hablan lenguas europeas, por lo tanto, tenemos mucha historia y vínculos culturales comunes. No es casualidad que, si nos fijamos en las cifras, sea en América Latina donde la UE tiene una de sus redes de acuerdos más densas. De 33 países, hemos formalizado acuerdos con 27. La Unión Europea es el tercer destino de las exportaciones procedentes de la región, y nosotros somos el primer inversor en la región. Y también somos, junto con nuestros Estados miembros, el mayor contribuyente de ayuda al desarrollo. Por supuesto, se trata también de una reacción a las crecientes ambiciones chinas en esta parte del mundo. Hemos sido testigos de que, desde el cambio de milenio, China ha ampliado sistemáticamente su presencia en América Latina y el Caribe, y están utilizando deliberada y abiertamente su influencia económica para perseguir una agenda de dominio mundial. Sabemos que China es ahora el mayor socio comercial de América del Sur, ampliando su presencia diplomática, cultural, e incluso militar. Ahora bien, la principal diferencia entre nosotros y China es que nosotros creemos en el actual orden internacional basado en normas. Queremos promover la cooperación multilateral entre iguales, China quiere cambiar el orden internacional existente, situándose en el centro. Tienen los medios económicos, financieros y militares para hacerlo. China no es nuestro adversario, pero su comportamiento cada vez más enérgico y sus políticas coercitivas ponen en entredicho nuestros valores, intereses y seguridad. Por eso, después de concluir importantes acuerdos comerciales con Japón y Corea del Sur, ahora estamos trabajando en acuerdos latinoamericanos, Chile-México-Mercosur, Australia-Nueva Zelanda, y en la próxima legislatura, creo que deberíamos intentar seriamente concluir acuerdos con India y con otros Estados miembros de la ASEAN (Asociación de Naciones de Asia Sudoriental). Todavía estamos esperando a que la UE presente su nueva estrategia para China, pero lo cierto es que seguirá la línea de las tres C: Cooperar cuando sea posible, competir si es necesario, pero también confrontar cuando resulte imprescindible. Hemos acuñado el término de-risk (reducir riesgos). No se trata de desvincularse de China, sino de reducir riesgos. Si queremos reducir nuestra dependencia de China, tenemos que diversificar nuestras cadenas de suministro: si dices A, desvincularte de China, tienes que hacer B, y eso significa asentar tus relaciones comerciales sobre una base jurídica sólida. Por eso estoy tan a favor de una política europea activa de comercio exterior.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.