Guillermo Namor, el convencional articulador del bicameralismo cuyas movidas provocan malestar en el Frente Amplio

Esta semana, los convencionales del Frente Amplio manifestaron su descontento con el rumbo que han tomado las votaciones en la Comisión de Sistema Político. Esto porque, según ellos, se habría vulnerado el acuerdo al que llegaron para instalar un Consejo Territorial -con pocas atribuciones- que reemplace al Senado. Una de las indicaciones que levantó la alerta fue una redactada por la UDI y aprobada gracias a la articulación que hizo el convencional Guillermo Namor, la que permitiría que el Consejo conozca una serie de proyectos, incluidos algunos de iniciativa exclusiva del Presidente.


La semana pasada, la aprobación de una indicación presentada por convencionales de Vamos por Chile en la Comisión de Sistema Político de la Convención Constitucional fue el puntapié de la molestia del Frente Amplio (FA) hacia sus pares del Colectivo Socialista. Según alegaron desde este colectivo el lunes, convencionales socialistas sumados a la derecha han conseguido sumar atribuciones al Consejo Territorial, órgano que reemplazaría al Senado y que fue acordado a través de indicaciones en conjunto entre la izquierda y la centroizquierda.

El exvicepresidente de la Convención Jaime Bassa (FA) incluso cuestionó la continuidad de este entendimiento. Puede que el acuerdo se rompa efectivamente, porque hay una conjunción conceptual importante en los sectores que concurrimos a este acuerdo, y es que la cámara territorial no es un Senado. Aquí pareciera que faltan convicciones democráticas”.

En concreto, los colectivos que han votado a favor de darle más y nuevas atribuciones a esta Cámara son el Colectivo Socialista, Independientes No Neutrales y el Colectivo del Apruebo, además de la derecha. A ellos se suman los votos de Rosa Catrileo (Pueblo Mapuche) y Renato Garín (IND).

El inicio de la incomodidad del FA se remonta al 1 de marzo, cuando en la Comisión de Sistema Político, con 14 votos a favor y 11 en contra, se aprobó la indicación presentada por Marcela Cubillos y Constanza Hube (ambas de Vamos por Chile) referida al Congreso Plurinacional y que busca otorgar al Consejo o Cámara Territorial la facultad de “conocer” los proyectos de reforma constitucional. Detrás de esta aprobación hubo un convencional que solicitó una enmienda amistosa para modificar la redacción de la UDI y permitir que fuera aprobada por la mayoría simple de la comisión.

Se trató de Guillermo Namor (Independientes No Neutrales), egresado de Derecho de la Universidad de Chile y oriundo de Vallenar. Con 25 años, es el convencional más joven de la Comisión de Sistema Político, y ha oficiado de articulador entre quienes defienden el bicameralismo, junto con otorgar más facultades al órgano que reemplace al Senado.

Si bien para Namor el Senado sí tiene un carácter elitista, pues sostiene que hay minorías que están “excesivamente sobrerrepresentadas”, descarta que también lo sea la idea de someter a revisión los proyectos de ley. “Creo que la revisión tiene que ser política, de personas designadas políticamente, no de un órgano técnico, no de alguna tercera cámara designada a dedo”, argumenta.

Según cuenta, se inspiró en las académicas de la Red de Politólogas y del Instituto de Ciencia Política de la Universidad Católica, Julieta Suárez y Valeria Palanza, así como también en los investigadores del Centro de Estudios Públicos Eugenio García-Huidobro y Carmen Le Foulon. “Ellos nos permitieron levantar la alerta sobre la importancia de tener dos lógicas de representación marcadamente distintas. Y una lógica de verdad simétrica, en el sentido de que hay un Consejo o una Cámara que tiene atribuciones restringidas respecto del conocimiento general de la política de gobierno”, afirma.

Si bien García-Huidobro es crítico del acuerdo sobre el Consejo Territorial -porque, según explica, propone un diseño legislativo muy defectuoso y porque deliberadamente se buscó excluir a la derecha-, destaca que Namor tiene liderazgo dentro de la Convención. “Es una persona muy abierta a escuchar y dialogar, algo que no necesariamente abunda en la Convención. También ha demostrado ser estudioso con las discusiones sobre régimen político, sobre todo en lo relativo a la discusión sobre bicameralismo”, señala el investigador del CEP.

“Las indicaciones que se han hecho, incluida la de Guillermo, van en la línea de tratar de mejorar un mal acuerdo inicial y deben ser celebradas”, agrega García-Huidobro.

Disconformidad con el acuerdo

Según cuenta, tras firmar el acuerdo entre la izquierda y la centroizquierda, Namor quedó preocupado por las atribuciones del Consejo Territorial, pues considera que es necesaria la estabilidad de ciertas leyes que atañen a cuestiones del Estado, como reforma constitucional, ley electoral y organización del Estado. Por eso, para él era importante la aprobación de la indicación de Cubillos.

Según recuerda Pedro Muñoz (Colectivo Socialista), otro de los convencionales de la comisión, la jugada de Namor fue rápida. Durante la deliberación, previo a la votación de la indicación Cubillos-Hube, acordó la enmienda amistosa con los otros colectivos partidarios de robustecer las atribuciones de la segunda cámara, con lo que fue aprobada. “Su intervención fue clave para avanzar al interior de la misma comisión en el fortalecimiento de las atribuciones del Consejo Territorial”, dice Muñoz.

También a pedido de Namor, el artículo referido al Congreso Plurinacional se votó incluyendo que son leyes de concurrencia presidencial necesaria las que irroguen directamente gastos al Estado, aquellas que alteren la división política o administrativa del país y las relacionadas con operaciones que “puedan comprometer la responsabilidad patrimonial del Estado, de las entidades semifiscales, autónomas y condonar, reducir o modificar obligaciones, intereses u otras cargas financieras (...) establecidas en favor del Fisco”.

Pese a la aprobación de la indicación, existe un diagnóstico compartido de que esta norma no logrará convencer a los 2/3 del pleno. Cubillos advierte: “Lo que hicieron al apoyar esa iniciativa fue intentar corregir en algo el acuerdo al que llegaron con toda la izquierda, pero ellos saben, y nosotros también, que esa enmienda no tiene 2/3 en el pleno, como sí lo tiene el acuerdo que suscribieron para eliminar el Senado”.

Namor lo confirma: “No creo que sea una decisión extrapolable al pleno”, aunque advierte que cree que lo mismo ocurre con el Congreso unicameral. Por lo mismo, adelanta que probablemente tendrán que volver a sentarse para definir cómo van a votar o cuáles van a ser las líneas generales de votación en el primer pleno, que aún no tiene fecha de realización.

Por otro lado, para marcar distancia con el FA, Namor sostiene: “A diferencia de mis compañeros y compañeras, creo que el acuerdo sigue vigente”. No obstante, afirma que valora la voluntad que hubo de alcanzar este acuerdo que, para él, sirve como base del sistema político que quiere alcanzar. “Eso demostró responsabilidad de parte del FA, de sentarse a conversar en el ánimo de construir un sistema político que logre las mayorías en el pleno y no solo ir a ir a hacer fuerza”, dice.

¿Por qué bicameral?

Aunque para parte de la Convención lo que pareciera que está en discusión es la estructura del eventual Congreso, es decir, si este es bicameral o unicameral, Namor considera que lo que está en discusión es el sistema político completo. “Esto juega directamente con distintas variables, dentro de las cuales se encuentra, por ejemplo, el ciclo electoral”, señala.

De hecho, este último aspecto es una de sus principales preocupaciones. “Pareciera que algunos lo neutralizan, pero la ley electoral es la madre de gran parte de las batallas de la distribución del poder político”, dice.

A modo de ejemplo, Namor se pregunta: “¿Qué pasa si yo soy presidente y me elijo antes que el Congreso y logro impulsar la elección de un Congreso favorable a mí? En un Congreso unicameral, con este diseño, sin control preventivo, todo con mayoría simple, lo que va a pasar es que me voy a encargar de cambiar el sistema electoral de forma de favorecer mis intereses y perpetuarme en el poder”.

En este sentido, el convencional señala: “La premisa debe ser, a diferencia de la premisa de Jaime Guzmán, diseñar un sistema que presente los contrapesos suficientes para que las mayorías puedan, por medio de la vía institucional, encauzar las transformaciones que quiere, pero que esas mayorías no permitan desdibujar el sistema institucional democrático que estamos haciendo”.

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